Tres joyas
El dios mercado ha invadido todo el horizonte en una suerte de infinita cadena industrial, donde la cultura suele aparecer empaquetada, adocenada, con esa ausencia de imaginaci¨®n y de riesgo que caracteriza los escaparates de los grandes almacenes. Estas recientes manifestaciones del escritor Juan Goytisolo han intentado analizar esta mercantilizaci¨®n creciente que busca mucho m¨¢s el beneficio que la calidad. Al comp¨¢s de esta adoraci¨®n de los becerros de oro, los hallazgos culturales se convierten en aut¨¦nticas piezas de orfebrer¨ªa. De hecho, las joyas de la cultura hay que descubrirlas en las tiendas de barrio, es decir, en las pel¨ªculas de bajo presupuesto, en los montajes teatrales audaces o en las novelas que publican peque?as, pero prestigiosas editoriales.
El primer ejemplo de joya primorosa es la pel¨ªcula El Bola, un prodigio de sensibilidad, lucidez y radicalidad sobre un asunto tan hiriente como los malos tratos a los ni?os o a los adolescentes. Una vez m¨¢s, la industria decidi¨® retirar de las pantallas este filme que ahora la fuerza de la artesan¨ªa, en forma de premios Goya, ha devuelto a las salas de cine. La segunda joya maravillosa es la novela Balzac y la joven costurera china, de Dao Sijie, editada por Salamandra. Humor y ternura en medio de la tragedia de la revoluci¨®n cultural de los a?os setenta, canto a la amistad entre j¨®venes, exaltaci¨®n de los amores adolescentes y, por encima de todo, una de las m¨¢s bellas incitaciones a la lectura que ha generado la literatura de nuestros d¨ªas. En ¨²ltimo lugar -mas no por ello menos importante- aparece el espect¨¢culo teatral Besos. Desde la direcci¨®n y la interpretaci¨®n, el valenciano Carles Alberola ha logrado al frente de Albena Teatre poner en pie un montaje sencillo, fresco, imaginativo e iconoclasta. Estas tres joyas nos reconcilian con el placer de la cultura, nos hacen pensar y sentir, nos sorprenden y nos deslumbran. El Bola, Balzac y la joven costurera china y Besos plantan cara desde la artesan¨ªa creativa a esos bloques impersonales de cemento en que se ha convertido buena parte de la cultura.
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