Televisa elimina dos programas estelares de telebasura
Televisa, la principal cadena nacional de M¨¦xico, ha eliminado sus dos programas estelares de telebasura incapaz de soportar la creciente sublevaci¨®n social contra espacios que igual ventilaban la importancia de las dimensiones del pudendo en la armon¨ªa conyugal como abundaban sobre los cuernos,las broncas familiares, el bestialismo o asuntos capaces de turbar a la due?a de un burdel. Alzada la Iglesia cat¨®lica, las asociaciones de padres y los partidos pol¨ªticos, Televisa suprimir¨¢, a partir de hoy, las dos joyas de la corona: Hasta en las mejores familias, con cuatro millones de espectadores en sus mejores momentos, y la producci¨®n peruana Laura en Am¨¦rica.
'Mi esposo me pega cuando hacemos el amor, y me est¨¢ gustando', 'El amante de mi esposo es una perra', rezaban dos de los espacios de Hasta en las mejores familias, presentado por Carmen Salinas, una veterana actriz ducha en el fingimiento de pucheros y aflicci¨®n. En una de las apoteosis present¨® a un adolescente esquizofr¨¦nico que, en pa?os menores, se retorc¨ªa, babeaba y gem¨ªa en su regazo. Otros lloraban estimulados, no por el padecimiento, sino por la pomada esparcida en los p¨¢rpados.
Super¨¢ndose d¨ªa a d¨ªa, inventando o interpretando conflictos, los padres mexicanos debieron apartar del televisor a escobazos a hijos quincea?eros hipnotizados por meretrices que informaban sobre honorarios y metodolog¨ªa en la instrucci¨®n sexual de menores. 'Ante el rechazo de la opini¨®n p¨²blica dejar¨¢n de transmitirse', anunci¨® Televisa, despu¨¦s de haber recibido un alud de reclamaciones.
Tambi¨¦n sent¨® c¨¢tedra Laura Bozzo, mencionada por la prensa lime?a como una de las amantes del fugitivo Vladimiro Montesinos, jefe de facto de los servicios secretos del ex presidente Fujimori. Simulando sensibilidad con los problemas nacionales, se adentraba morbosa en el mundo de las ni?as seducidas por s¨¢tiros, en el sufrimiento de esposas abandonadas o en las canalladas de los hombres. En ocasiones, la polic¨ªa irrump¨ªa en el plat¨® y, entre aplausos, se llevaba a alg¨²n cr¨¢pula confeso.
Una se?ora enana, un par de travestidos, un lechugino de 1,90 y una matrona de mallas y retaguardia monumental constitu¨ªan el tribunal de Hasta en las mejores familias, completado en ocasiones por un mudo que emit¨ªa las opiniones a gru?idos. Mitad actuaci¨®n, mitad realidad, problemas de pareja o vecindad eran desarrollados a golpes, tirones de pelo y blasfemias apagadas por un pudoroso pitido. En una de las trifulcas, mientras rodaba por el suelo, una anciana larg¨® la dentadura postiza, y varios fueron retirados en volandas, o atendidos por un cardi¨®logo.
El reclutamiento de ponentes era sencillo. Una camioneta del programa bat¨ªa los barrios pobres ofreciendo entre tres mil y cuatro mil pesetas, y sobre todo, la fama. 'Mujeres casadas se venden por placer', 'El tama?o s¨ª importa', 'Esposas que adoran a la amante de su marido', 'Me averg¨¹enzo de mis padres', 'Hombre de d¨ªa, mujer de noche'. La variedad de cebos fue tan amplia y truculenta como adictiva su teatralizaci¨®n entre los sectores sociales m¨¢s desprevenidos o laxos, o acad¨¦micos en antropolog¨ªa y psiquiatr¨ªa.
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