No es el fin
Los informes acerca de mi fallecimiento son muy exagerados', brome¨® una vez Mark Twain, y lo mismo puede decirse de las expectativas de un duro aterrizaje de EE UU. Las cosas se han puesto m¨¢s dif¨ªciles, pero nada m¨¢s que eso: no es una recesi¨®n, y, desde luego, no es el fin del mundo. Las encuestas Gallup informan de que el 33% de los estadounidenses est¨¢n muy satisfechos con su calidad de vida, mientras que el 56% est¨¢ un tanto insatisfecho, el 67% considera que la situaci¨®n econ¨®mica es buena o excelente y el 73% no tiene miedo a perder el empleo. Puede que el paro suba hasta el 5%, pero dentro de seis meses la econom¨ªa dejar¨¢ de estar estancada.
Despu¨¦s de una expansi¨®n de cinco a?os con un crecimiento superior al 4%, la tasa de crecimiento en EE UU ha descendido hasta rozar el cero. Ning¨²n periodo de expansi¨®n se ha quedado sin vapor de repente ni ha perdido las burbujas porque s¨ª. Es la Reserva Federal, y por la raz¨®n de siempre: el miedo a la inflaci¨®n. Esta vez la Reserva Federal ha actuado de forma preventiva con una inflaci¨®n baja, para que el remedio fuera m¨¢s suave; un ascenso moderado del desempleo y una pausa en el crecimiento. Es cierto que el crecimiento cero es una medida dr¨¢stica y que los mercados de alta tecnolog¨ªa son una carnicer¨ªa, pero si se controla la inflaci¨®n, en el futuro habr¨¢ expansi¨®n y recuperaci¨®n.
La econom¨ªa de EE UU es s¨®lida: todo el mundo trabaja. Nadie cree que Europa o Jap¨®n sean m¨¢s din¨¢micos
No hay nada que est¨¦ intr¨ªnsecamente mal en la econom¨ªa de EE UU, nada cuya respuesta tenga que ser una recesi¨®n. El excesivo calentamiento y el riesgo de inflaci¨®n est¨¢n siendo tratados con dos trimestres lentos, y quiz¨¢ haya otros dos m¨¢s. La mejora vendr¨¢ dada por la pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal. Una vez amainada la inflaci¨®n, la pol¨ªtica monetaria puede reducir el coste del capital, reanudar el gasto y reforzar la estabilidad financiera. Con un super¨¢vit hist¨®rico, la pol¨ªtica fiscal pide a gritos recortes de impuestos, y el 71% de los que responden a la encuesta Gallup est¨¢n de acuerdo.
Esta hip¨®tesis optimista tiene sus riesgos. Menor expectativa de beneficios para las empresas y posibilidad de que los mercados de valores no suban con rapidez y de que la confianza del consumidor siga bajando. Pero el peligro real est¨¢ en una subida demasiado vertiginosa. La Reserva Federal est¨¢ bajo presi¨®n para compensar la recesi¨®n y el Tesoro est¨¢ bajo presi¨®n para recortar los impuestos. ?Pisar¨¢n el acelerador algo m¨¢s de lo necesario los pol¨ªticos? Demasiado poco significa un retroceso; un exceso podr¨ªa suponer una subida m¨¢s all¨¢ del pleno empleo. El lapso de nueve meses hasta que la pol¨ªtica sea efectiva significa que la Reserva Federal tiene que actuar ahora; y el Tesoro est¨¢ bajo presi¨®n para moverse antes de que esto se perciba. Con pleno empleo, cualquier aumento del crecimiento por encima del 3% equivale a forzar las cosas.
?C¨®mo puede EE UU mantener el gasto para no meterse en problemas? Los recortes de impuestos fomentan el gasto excesivo, una bajada de los tipos de inter¨¦s asegura unos precios altos de los valores; el castillo de naipes est¨¢ condenado a desmoronarse. Esperen sentados. La econom¨ªa de EE UU es s¨®lida: todo el mundo trabaja; abunda el recorte de gastos y la innovaci¨®n; el apoyo de los inversores es fuerte, y tambi¨¦n desde el extranjero, porque nadie cree que Jap¨®n o Europa ofrezcan econom¨ªas m¨¢s din¨¢micas. Pero imaginemos que se produjera un colapso. Si esto sucediera, el mundo entero seguir¨ªa el mismo camino. Todos queremos que EE UU se recupere, bien y pronto.
Rudi Dornbusch es profesor de la C¨¢tedra Ford de Econom¨ªa en el Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts.
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