Los riesgos del euro
En una ¨¦poca sin alicientes intelectuales, en la que el pensamiento ¨²nico se impone, el autor -economista del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a desde 1969 y miembro en la actualidad de la presidencia federal de Izquierda Unida- aporta una mirada cr¨ªtica, para algunos quiz¨¢ sea demasiado pesimista, sobre el euro. La moneda europea, a su juicio, ha sido v¨ªctima de la inmadurez de las condiciones econ¨®micas y pol¨ªticas para ser implantada en un conjunto excesivamente amplio y diverso de Estados.
Argumenta que a¨²n es pronto para saber si el euro tendr¨¢ un efecto positivo, aunque considera que los primeros indicios apuntan en la direcci¨®n opuesta. En poco m¨¢s de 20 meses, y sin soportar una amenaza especulativa, se lleg¨® a depreciar cerca del 30% frente al d¨®lar estadounidense. Un s¨ªntoma, para el autor, de los problemas graves e incluso contradicciones que arrastra la flamante moneda europea. Y hace hincapi¨¦ en el riesgo que suponen los cambios irreversibles y el fardo de una pol¨ªtica monetaria ¨²nica, especialmente dirigida a primar los intereses de las econom¨ªas centrales de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM) -l¨¦ase Alemania y detr¨¢s Francia- aplicados a econom¨ªas muy dispares. Adem¨¢s, recuerda, el euro se enfrenta a una Uni¨®n Europea dividida, sin impulso y sin contar con la confianza de los ciudadanos, cuando no de su abierta oposici¨®n.
La historia inacabada del euro
Pedro Montes Editorial Trotta
Aqu¨ª, la realidad da la raz¨®n a esta tesis: el ¨²ltimo eurobar¨®metro demuestra que crece la desconfianza de los ciudadanos europeos respecto al euro y s¨®lo el 55% de los mismos apoya a la moneda ¨²nica, mientras que el 37% no cree en la viabilidad de esta divisa y el 40% no piensa que los valores de cambio del euro sean irrevocables.
El autor afirma que el euro impone a todos los pa¨ªses un contexto excesivamente restringido y r¨ªgido para resolver sus problemas y atender las aspiraciones sociales de los europeos. Y, en particular, la sociedad espa?ola ha quedado atrapada en un marco que puede acabar resultando muy desfavorable por su retraso relativo y por las debilidades de su econom¨ªa. Y excesivamente opresivo para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, que, al menos en lo que se refiere a nivel de paro, calidad de empleo, protecci¨®n social, servicios p¨²blicos y redistribuci¨®n de la renta, generar¨¢n exigentes demandas sociales.
El autor, ante este panorama, se teme que ser¨¢n los trabajadores las principales v¨ªctimas de esta nueva situaci¨®n, ya que sobre ellos se tender¨¢ a descargar el peso de los ajustes y la austeridad y a quienes corresponde la tarea de remover los obst¨¢culos que impiden progresar hacia una sociedad m¨¢s justa y racional en el uso de los rescursos productivos y en el control colectivo de los mismos.
Es un diagn¨®stico pesimista, pero que no est¨¢ alejado de la realidad. Quiz¨¢ lo que m¨¢s se echa en falta en este an¨¢lisis es una alternativa v¨¢lida a la moneda ¨²nica. ?Es preferible quedarse al margen, como han decidido el Reino Unido, Dinamarca o Suecia? ?Est¨¢ preparada la d¨¦bil econom¨ªa espa?ola para mantenerse fuera de ese mainstream? Los riesgos del euro est¨¢n bien analizados. Queda por trazar una alternativa al margen de ese pensamiento ¨²nico. Que no es poco.
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