La polic¨ªa desarticula la mayor rebeli¨®n carcelaria de la historia de Brasil
El secretario de la Administraci¨®n Penitenciaria del Estado de S?o Paulo, Nagashi Furukawa, anunci¨® ayer que las rebeliones fueron controladas en las 29 c¨¢rceles amotinadas, que suponen casi la mitad de todas las que tiene ese Estado. El ¨²ltimo penal en normalizarse fue el enorme complejo penitenciario de Carandir¨², enclavado en el centro de la capital, con un total de 10.000 presos (aunque su capacidad te¨®rica no supera los 2.000 internos). Muchos de los 5.000 rehenes siguieron ayer por la tarde en el penal. Los m¨¢s reacios a salir fueron varios grupos de madres y esposas de los presos, que decidieron quedarse hasta que la polic¨ªa abandonase la c¨¢rcel, por temor a que los agentes perpetrasen una matanza como en 1992, cuando acabaron muertos 112 reos en una rebeli¨®n similar.
Esta vez, la polic¨ªa -tras los disparos iniciales, que causaron dos muertos y varios heridos- se limit¨® a permanecer en los patios esperando a que las negociaciones resolvieran el problema.
Uno de los elementos que permiti¨® la liberaci¨®n de los rehenes fue la negociaci¨®n que el diputado de izquierdas Eduardo Greenhalgh, del Partido de los Trabajadores (PT), mantuvo dentro de la c¨¢rcel con los cabecillas de la rebeli¨®n. Anteriormente, las autoridades federales y estatales se negaron rotundamente a negociar las condiciones propuestas por el Primer Comando de la Ciudad (PCC), es decir, el retorno a Carandir¨² de los 10 activistas de dicha organizaci¨®n que hab¨ªan sido transferidos el viernes pasado a otras c¨¢rceles.
Dicha organizaci¨®n, nacida hace ocho a?os en las c¨¢rceles de R¨ªo de Janeiro entre presos condenados por tr¨¢fico de drogas y homicidio, organiz¨® el mot¨ªn. Bastaron unos tiros al aire para que los presos de medio Estado, en contacto a trav¨¦s de radio o de tel¨¦fonos m¨®viles, entraran en rebeli¨®n haciendo rehenes a los familiares que visitaban a los presos. Es la primera vez que los reclusos organizan un mot¨ªn de esta forma.
Todo el pa¨ªs pudo seguir durante 24 horas y en directo lo que ocurr¨ªa en los penales; algunas escenas de la intervenci¨®n policial recordaban a campos de concentraci¨®n, con miles de presos desnudos empujados contra las paredes de los patios y despues colocados de rodillas, mientras se cubr¨ªan los genitales con las manos.
El Ministerio de Justicia admiti¨® ayer su 'ineficacia' para prever motines masivos en las c¨¢rceles y anunci¨® que va a adquirir equipos para bloquear la telefon¨ªa m¨®vil, que sirvi¨® para articular la rebeli¨®n. Poco despu¨¦s, el presidente, Fernando Henrique Cardoso, dijo estar 'indignado' por la revuelta. A trav¨¦s de un portavoz, asegur¨® que la pol¨ªtica penitenciaria del Estado es 'excelente', y que el presupuesto ha crecido de 4,5 millones de d¨®lares a 33 en el ¨²ltimo a?o. Por su parte, Aminist¨ªa Internacional dijo ayer que 'el Gobierno debe sustituir la ret¨®rica por un respaldo financiero firme a la reforma del sistema penal y judicial'.
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