La fuerza tranquila de Eric Clapton sedujo a 10.000 seguidores
Exaltaci¨®n y calma. El primero de los dos conciertos de Eric Clapton en Madrid fue una sucesi¨®n de momentos de sosiego e intensidad, tanto del lado de los m¨²sicos como por parte del p¨²blico. La fuerza tranquila de uno de los grandes de la guitarra de los ¨²ltimos treinta a?os sedujo a m¨¢s de 10.000 personas que abarrotaron el Palacio de los Deportes de Madrid. Hoy ofrece su segundo concierto en Madrid y el domingo se presentar¨¢ en el Palau San Jordi de Barcelona.
La mayor¨ªa de los asistentes al concierto de Eric Clapton anoche en Madrid era gente de entre 30 y 50 a?os, centrada, formal, que hubieran preferido ver a su ¨ªdolo en un teatro o en cualquier otro sitio tranquilo. Asistieron quietos y atentos a toda la actuaci¨®n, rompiendo a aplaudir entusiasmados al final de cada tema.
Eric Clapton empez¨® con la guitarra ac¨²stica e interpret¨® cinco canciones entre las que lanz¨®, quiz¨¢ prematuramente, sus "l¨¢grimas en el cielo", canci¨®n que escribi¨® a la muerte de su hijo (Tears in heaven), que no alcanz¨® a conmover a un p¨²blico cogido por sorpresa; y la canci¨®n que da t¨ªtulo a su nuevo disco, Reptile, que saldr¨¢ a la venta el pr¨®ximo 5 de marzo. Es un tema inspirado por Joao Gilberto, de ritmos brasile?os, redondeado por la percusi¨®n de Paulinho da Costa.
Pero fue cuando Clapton se colg¨® la guitarra el¨¦ctrica que empezaron los destellos de este genio de la guitarra. El repertorio escogido puede haber parecido algo incoherente, con temas de su ¨¦poca de Cream, algunas composiciones suyas y versiones de Willie Dixon y Stevie Wonder, pero en la ejecuci¨®n adquirieron la continuidad de un autor que sabe imprimir su firma.
Del blues al rock y en el camino inverso, Clapton se luci¨® m¨¢s con su famosa "mano lenta", que en los momentos en que el cantante sal¨ªa a primer plano.
Intensidad
El concierto fue ganando en intensidad, a medida que Eric Clapton se soltaba en escena con temas como Coochie coochie man o Wonderful to night. No interpret¨® m¨¢s de dos o tres temas de su nuevo ¨¢lbum y tampoco se centr¨® en su anterior trabajo con B. B. King, Riding With the king, que ayer mismo se llevaba un grammy como mejor ¨¢lbum de blues. Pic¨® de aqu¨ª y de all¨¢ y se acompa?¨® de una banda de veteranos seguros y experimentados.
Todos los temas de las casi dos horas de concierto en Madrid fueron interpretados con la misma paleta de sonidos, capaces de hermanar canciones tan dispares como Cocaine y Over the rainbow, de la pel¨ªcula El mago de Oz.
Vestido con camisa azul y vaqueros, ante una escenograf¨ªa sobria y un discreto juego de luces, Eric Clapton fue creciendo en escena a medida que se concentraba en s¨ª mismo y en el embrujo que brotaba de su instrumento.
'Claptoman¨ªa'
La claptoman¨ªa roz¨® su c¨¦nit con la energ¨ªa de uno de los temas emblem¨¢ticos en la carrera de este m¨²sico, Laya, justo antes de los bises . El p¨²blico, abierto y tranquilo, casi inm¨®vil, absorbi¨® todo lo que se le ofrec¨ªa con sed pero sin avidez, confiados en que el manantial que flu¨ªa tiene a¨²n mucho que ofrecer.
Fue un concierto el de ayer que dej¨® satisfechos a casi la totalidad de los asistentes, sobre todo a los que siguen pensando que "Eric Clapton es Dios", como rezaban ya hace casi cuatro d¨¦cadas unas pintadas en las calles de Londres.
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