Vigor y energ¨ªa

Brigitte Engerer sustituy¨® el pasado mi¨¦rcoles a Ivo Pogorelich, cuyas actuaciones han quedado canceladas a causa de una depresi¨®n. El cambio de solista vino acompa?ado por una alteraci¨®n del programa: el n¨²mero dos de Rachmaninov fue cambiado por el Concierto en la menor de Grieg. En esta obra, la pianista francesa luci¨® un estilo poderoso y brillante, bien apto para sobreponerse a la orquesta, con una mano izquierda segura y fuerte, una derecha ¨¢gil y una sonoridad un punto antigua, entre otras cosas porque la nitidez no se situaba muy alta en su escala de valores. El elegante y eficaz sentido del rubato se acopl¨® perfectamente a la direcci¨®n de J?rvi, consiguiendo entre ambos un fraseo flexible y vigoroso, s¨®lo enturbiado por leves desajustes en la orquesta y cierto exceso de pedal en el piano. Brigitte Engerer interpret¨® luego, ya en solitario, un Preludio de Debussy (Jeux d'artifice), donde son¨® m¨¢s brillante que sofisticada y sutil.

De la Orquesta Nacional de Francia hubieran podido esperarse las sonoridades y refinamientos eleborados de los que tan pr¨®diga es la m¨²sica francesa. Pero la batuta de J?rvi condujo a la agrupaci¨®n, con gestos efectivos, por derroteros orientados hacia el vigor r¨ªtmico y la fuerza expresiva. Con todo, hubo momentos de gran delicadeza y recreaci¨®n t¨ªmbrica. El enfoque del director estonio nos hizo recordar que de la Sheherezade sinf¨®nica surgi¨® un ballet. Quiz¨¢ porque la partitura tiende a ello, J?rvi la interpret¨® como si se tratara de una aut¨¦ntica invitaci¨®n a la danza. Antes, con el C¨¦sar Frank de Le Chasseur maudit se hab¨ªan percibido las caracter¨ªsticas que tendr¨ªa la sesi¨®n: agitaci¨®n, flexibilidad, transiciones l¨®gicas, din¨¢micas muy amplias (?demasiado quiz¨¢?), contrastes... La orquesta traz¨® la m¨²sica con energ¨ªa, color y vitalidad.