Las investigaciones del 23-F
La trama oculta del Cesid que particip¨® en el impulso del golpe fue revelada hace 10 a?os por el 'informe J¨¢udenes', publicado en 1997
La pr¨¢ctica totalidad de las ¨²ltimas publicaciones sobre la intentona golpista del 23-F llevan el marchamo de 'versi¨®n definitiva' y una proclamada vocaci¨®n investigadora. Se dir¨ªa que dentro del g¨¦nero editorial 23-F, ahora en plena ebullici¨®n con motivo del 20 aniversario de aquellos hechos, no tienen ya demasiado asiento las aportaciones que no reivindican el car¨¢cter de 'revelaci¨®n imprescindible' o la pretensi¨®n de poner punto final a la investigaci¨®n hist¨®rica.
Acostumbrado como est¨¢ a los excesos propagand¨ªsticos, el lector espa?ol juzga probablemente con benevolencia la utilizaci¨®n ligera de estos t¨¦rminos, pero el efecto inducido de esta carrera por el 'impacto' period¨ªstico o editorial es, parad¨®jicamente, el de alimentar la sensaci¨®n de 'misterio por desentra?ar' que sigue envolviendo todav¨ªa al 'Tejerazo'.
Sobre la base de la pantalla de medias verdades y patra?as desplegada por los condenados, el golpismo espa?ol siempre ha pretendido que la plena investigaci¨®n del 23-F era tarea materialmente imposible, terreno, por tanto, permanentemente expuesto a las miradas agudas, a la revisi¨®n de las conductas probadas, a las nuevas teor¨ªas destinadas a cerrar definitivamente el c¨ªrculo.
Y sin embargo, los hechos probados y las evidencias expuestas son a estas alturas bastante abrumadoras aunque, como no puede ser menos en un asunto de semejante envergadura y caracter¨ªsticas, queden naturalmente lagunas por cubrir y aspectos en los que las percepciones de los testigos, te?idas a veces de subjetivismo, se neutralizan mutuamente.
Renovada credibilidad
Las aportaciones de los nuevos t¨ªtulos surgidos al calor del aniversario no hay que buscarlas tanto en pretendidas revelaciones, dif¨ªcilmente imaginables dos d¨¦cadas despu¨¦s, como en la renovada credibilidad que se concede a determinados testigos o protagonistas de la intentona, en el ¨¦nfasis que se pone en ciertos aspectos de la trama, en la originalidad de la teor¨ªa que se articula para explicar los hechos. Frente al relato hecho de verdades fragmentadas, sujetas a las vicisitudes, a los imprevistos, a las dudas y vacilaciones y hasta a los equ¨ªvocos, componentes esenciales de la realidad, hay quienes construyen teor¨ªas cerradas, como la que atribuye al Cesid el papel de cerebro y coraz¨®n de la intentona, que explican de un golpe todo el proceso del 23- F, como si se hubiera tratado de una ensayo de laboratorio.
El relato impresionista compuesto por la reuni¨®n de fragmentos de verdades probadas es sustituido por una verdad pura, ¨²nica, lineal, cerrada e incuestionable. El m¨¦todo de partir de los hechos probadas para ir extendiendo el campo de la evidencia, es sustituido por la teor¨ªa global que permite supuestamente encajar las piezas que faltan y salvar las lagunas.
Frente al contraste de testimonios, obligado si de una investigaci¨®n se trata, se opta en ocasiones por publicar acr¨ªticamente la nueva palabra de los protagonistas del golpe o por recoger y avalar directamente versiones particulares no contrastadas.
La investigaci¨®n, t¨¦rmino ¨¦ste que el periodismo espa?ol acostumbra a utilizar abusivamente para denominar lo que, en ocasiones, no pasa de ser mera recepci¨®n de testimonios, es una vitola que se exhibe con ligereza, a despecho, incluso, de las hemerotecas. El papel que una parte de los servicios secretos, el Cesid, desempe?¨® el 23-F, por ejemplo, fue ya descrito con minuciosidad hace 10 a?os por EL PA?S y lo que hoy se presenta como gran revelaci¨®n: el informe J¨¢udenes, que debe su nombre al teniente coronel Juan J¨¢udenes Jordana, entonces jefe de la Divisi¨®n de Interior de esos mismos servicios, fue publicado hace 4 a?os.
Trama oculta del Cesid
Efectivamente, en febrero de 1991, sin esperar a que 10 a?os despu¨¦s algunos medios aclararan, aparatosamente, las dudas al respecto, este peri¨®dico descubri¨® la trama oculta del Cesid que particip¨® en la operaci¨®n. La falsa coartada de la Operaci¨®n Mister con la que los implicados de la AOME (Agrupaci¨®n de Operaciones Especiales) del Cesid trataron de protegerse, los movimientos de los agentes que coordinaron con radio tel¨¦fonos la llegada al Congreso de los autobuses de guardias civiles y el enfrentamiento interno suscitado en el seno de ese servicio, fue relatado en la ¨¦poca en peri¨®dicos y libros, aunque, ciertamente, sin otorgar a esos testimonios la categor¨ªa de documentos in¨¦ditos.
La implicaci¨®n en el 23-F de una parte de los servicios secretos fue denunciada, asimismo, en un informe de la extinta Brigada Antigolpe de la Polic¨ªa. El informe J¨¢udenes, documento clasificado secreto sobre la presunta implicaci¨®n de esa misma secci¨®n del Cesid, fue publicado en febrero de 1997.
El juez Baltasar Garz¨®n se incaut¨® de una copia de ese documento en el registro que el 8 de febrero de 1996 efectu¨® en la celda del coronel Perote, sustituto del procesado y absuelto en el 23-F Jos¨¦ Luis Cortina, al frente de la AOME. Los misterios y enigmas pendientes de la intentona golpista no dan para tantas revelaciones de ¨²ltima hora.
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