Los militares observan a¨²n la crisis como testigos mudos

Desde que el pasado lunes estall¨® en su presencia la grave crisis pol¨ªtica entre el jefe del Estado y el primer ministro turcos los militares han preferido mantener silencio. Guardianes de las esencias del sistema fundado en 1923 por Mustaf¨¢ Kemal, Ataturk, de entre las cenizas de Imperio Otomano, los generales siguen marcando el paso a la Turqu¨ªa moderna al amparo de la defensa del Estado unitario, frente a la presi¨®n independentista de la minor¨ªa kurda (una quinta parte de la poblaci¨®n), y del Estado laico, en respuesta al auge electoral del islamismo y el descr¨¦dito de los partidos tradicionales, sacudidos por interminables esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.

Precisamente la amonestaci¨®n del presidente de la Rep¨²blica, el ex presidente del Tribunal Constitucional Ahmet Necdet Sezer, al primer ministro, el socialdem¨®crata Bulent Ecevit, sobre la tibieza del Gabinete en la lucha contra la corrupci¨®n en la Administraci¨®n fue el detonante de la crisis. Al igual que Sezer, Ecevit tiene fama de incorruptible, aunque su halo de integridad no parece amparar a todo el Gobierno. As¨ª, la gendarmer¨ªa (un cuerpo que depende del Ej¨¦rcito) investiga las contrataciones irregulares en el Ministerio de Energ¨ªa, y el propio Sezer ha enviado inspectores de su confianza a la banca p¨²blica para averiguar el paradero de 20.000 millones de d¨®lares (3,6 billones de pesetas) en cr¨¦ditos fallidos.

Un probo funcionario

En mayo del a?o pasado, Ecevit propuso a Sezer para la jefatura del Estado con el prop¨®sito de acabar con la veleidades de Suleym¨¢n Demirel de perpetuarse, tras su reelecci¨®n, al frente de un r¨¦gimen presidencialista. Se esperaba de Sezer que se comportara como un probo funcionario, sin atreverse a eclipsar al jefe del Ejecutivo. Y aunque desde la presidencia del Constitucional Sezer no vacil¨® en declarar proscrito al islamista Partido del Bienestar (que entonces era el m¨¢s importante del Parlamento), una vez en la presidencia ha osado boicotear decretos presentados por el primer ministro.

Que ambos mandatarios se hayan observado desde entonces de reojo no resulta extra?o. Pero Ecevit dispar¨® el lunes las alarmas de la econom¨ªa turca cuando abandon¨® de un portazo la reuni¨®n con los militares, rompi¨® el secreto de las deliberaciones del Consejo de Seguridad Nacional y declar¨® ante los periodistas que el presidente de la Rep¨²blica le hab¨ªa insultado tras arrojarle a la cara un ejemplar de la Constituci¨®n.

Las encuestas reflejan un alt¨ªsimo respaldo popular al presidente turco. Pero el mejor espaldarazo para Sezer parece sin duda el silencio que han guardado hasta ahora los generales en la peor crisis pol¨ªtica del pa¨ªs en m¨¢s de tres a?os.