Cadencioso toreo de Ochoa

La cadencia del toreo de Fernando Ochoa fue lo m¨¢s art¨ªstico de la corrida-homenaje al inolvidable m¨²sico-poeta veracruzano Agust¨ªn Lara, en la que los toros lidiados llevaron el nombre de algunos de sus ¨¦xitos musicales.

Con dominio, Ochoa veronique¨® al tercero de la lidia ordinaria de nombre Escarcha, res que al recargar con fuerza en el castigo levant¨® en vilo al caballo propin¨¢ndole tremendo batacazo al varilarguero Ricardo Morales. Con simetr¨ªa y armon¨ªa, Ochoa hizo un cadencioso y variado trasteo al noble ejemplar aplaudido por su trap¨ªo al salir y que por su bravura mereci¨® el arrastre lento.

Camin¨¢ndole inici¨® su muleteo con efectivos doblones para intercalar trincherillas y pases de la firma y luego ejecut¨® tres series de derechazos en los que varios de ellos fueron trazados en limpios c¨ªrculos completos, remat¨¢ndolos con el martinete y el pase del desd¨¦n. Lig¨® con temple los naturales en dos tandas que abroch¨® con cambios de mano por delante y la ranchera y coron¨® su magn¨ªfica labor con una serie de extraordinarias manoletinas. Por pinchar dos veces en todo lo alto perdi¨® el trofeo.

Por falta de presencia el p¨²blico protest¨® el sexto y el juez de plaza, Heriberto Lanfranchi, acertadamente lo devolvi¨®. El sustituto fue Farolito, al que Ochoa recibi¨® con aseadas ver¨®nicas pero como el corn¨²peta fue excesivamente castigado en varas, termin¨® violento, situaci¨®n que no le import¨® al michoacano para darle una lidia con arrojo y valent¨ªa.

Con el ¨¢spero Organillero, corrido en segundo lugar, Finito de C¨®rdoba inici¨® su labor con la pa?osa castigando al bicho con doblones para despu¨¦s darle la distancia necesaria y correrle la mano en cinco series de templados redondos, pero inexplicablemente a cierto sector de la concurrencia no le agrad¨® su actuaci¨®n. Quiz¨¢ porque tore¨® muy retirado y aqu¨ª en M¨¦xico les gusta que se ci?an.

Al mejor del encierro, Rival, que hizo quinto, cargando la suerte, Finito de C¨®rdoba lo salud¨® con excelentes ver¨®nicas y su trasteo lo inici¨® otra vez camin¨¢ndole y con pases de trincherillas y de la firma lo dej¨® en los medios. Continu¨® cargando la suerte en una serie de redondos pero como al final no domin¨® la bravura del enemigo, las galer¨ªas nuevamente no quedaron satisfechas.

Guillermo Capetillo est¨¢ en la calle. Tuvo tres oponentes para tratar de justificar su presencia en un cartel de toreros de arte, pero salvo alg¨²n aislado detalle, s¨®lo mostr¨® su falta de sitio y su incapacidad para torearlo. Tanto con el incierto Janitzio, al que capote¨® con pasos hacia atr¨¢s y que durante el ¨²ltimo tercio estuvo en baile continuo, como con el soso Flaco de oro, en el que prosigui¨® con su zapatilleo en los mantazos y en los trapazos con que cubri¨® el ¨²ltimo tercio. Regal¨® el claro sobrero Talism¨¢n al que tampoco pudo torear con quietud y a los tres los despach¨® de forma infame. Anduvo con exceso de precauciones y esto motiv¨® que la mitad de la concurrencia abandonara la plaza.

Giovanni Aloi pas¨® sin pena ni gloria como torero a caballo con el tardo Novillero, pero mostr¨® destreza montando a Juglar, Durasno y C¨®nsul.

Fue otra larga corrida, en tarde airosa, fr¨ªa y a ratos con ligera lluvia, que dur¨® tres horas y 15 minutos.