La ruina de vivir con 500 millones al mes

Los turcos comenzaron a enfrentarse ayer al fantasma de recesi¨®n despu¨¦s de un fin de semana en el que se endeudaron para adquirir d¨®lares y firmar letras de compras a plazos. 'Los precios de hoy pueden ser irrisorios cuando venzan los cr¨¦ditos', explicaba el director de una agencia de turismo. Cada cual intenta sacar partido de la crisis. Pero los turcos empezaron a pagar ayer hasta un 10% m¨¢s por los populares cigarrillos extralargos o el raki, la bebida anisada nacional. Es la primera subida de una cadena que se espera imparable tras la brutal devaluaci¨®n de la lira la semana pasada.

'Cuando suba la gasolina en Turqu¨ªa, todo el sistema de precios controlados puede venirse abajo', advert¨ªa un diplom¨¢tico europeo. Los problemas de suministro de energ¨ªa son ya end¨¦micos en Turqu¨ªa tras la Guerra del Golfo, que priv¨® a sus refiner¨ªas del crudo iraqu¨ª, y el conflicto checheno, que dej¨® inutilizado el oleoducto que comunica los yacimientos del Caspio con los puertos del mar Negro.

Desde hace ya varios meses los apagones interrumpen la actividad de las empresas o la vida cotidiana de los ciudadanos. Las empresas suministradoras de electricidad han comenzado a racionar el consumo y cortan la luz durante unas pocas horas, barrio a barrio y por riguroso turno.

Tras la semana negra de la econom¨ªa turca, la prensa ha emergido con inusual virulencia contra el Gobierno, que ha ofrecido la cabeza de los responsables del Banco Central y del Tesoro como culpables del descalabro econ¨®mico, mientras se mantienen en su puesto todos los ministros. 'Un equipo viejo promete una nueva pol¨ªtica', resum¨ªa ayer las cr¨ªticas el titular de la primera p¨¢gina del Turkish Daily News, cuyo principal editorialista, Ilnur ?evik, se atrev¨ªa a augurar: 'Esta situaci¨®n es una abierta invitaci¨®n al desorden p¨²blico y al caos'.

Pero no parece que las protestas se vayan a extender por las calles de Turqu¨ªa, un pa¨ªs que a¨²n no se ha recuperado del sangriento enfrentamiento social que precedi¨® al ¨²ltimo golpe militar, en 1980. Los turcos se han acostumbrado a lidiar con las crisis econ¨®micas. Y aunque los sindicatos aseguran ya que una familia no puede vivir por encima del umbral de pobreza con menos de 500 millones de liras al mes (unas 100.000 pesetas), lo cierto es que millones de pensionistas y funcionarios tienen que desenvolverse con menos de una tercera parte de esa suma.

Al final, los turcos vuelven a sus asuntos con resignaci¨®n mientras siguen afan¨¢ndose en cualquier negocio que se presente, como el floreciente mercado negro de divisas.