Espa?a, dominio absoluto

Rey absoluto. El f¨²tbol sala espa?ol hizo ayer el pleno en Mosc¨². Nadie lo hab¨ªa logrado. Tras el Campeonato del Mundo, el Europeo. En principio, parec¨ªa l¨®gico el triunfo, al ser una competici¨®n continental, pero los hechos demuestran que eso no siempre se cumple en los deportes colectivos, o en los individuales. S¨®lo se explica porque la entidad que ha adquirido Espa?a en esta modalidad es apabullante. La gran extensi¨®n en la pr¨¢ctica del aficionado -por su accesibilidad y atractivo en todo tiempo- se ha trasladado magn¨ªficamente a la ¨¦lite. Ayer se cumplieron 22 partidos de una selecci¨®n invicta, que ha jugado cinco grandes finales consecutivas, mundiales y europeas, de las que ha ganado tres, y que se ha convertido en el rival a batir por todos.

Pero no fue un ¨¦xito f¨¢cil. Espa?a, que hab¨ªa goleado (4-1) a Ucrania justamente en el partido inaugural del torneo, necesit¨® el gol de oro, en la pr¨®rroga, para imponerse en la final. Domin¨® siempre, llev¨® el control del partido, pero quiz¨¢ cometi¨® el ¨²nico error de abusar de paciente. Ante un rival agazapado, sin m¨¢s objetivo que sorprender tras robar el bal¨®n, tard¨® demasiado en hacer valer su calidad y en disparar m¨¢s. La pesad¨ªsima pista perjudic¨® de nuevo la rapidez en la circulaci¨®n del bal¨®n y s¨®lo Orol abri¨® en dos ocasiones el hueco para disparar con potencia. La genialidad individual no sali¨® esta vez porque una chilena de Paulo Roberto, a gran pase de Javi Rodr¨ªguez, acab¨® en un poste.

Ucrania, un equipo sin tanta imaginaci¨®n, que incluso desperdici¨® varios contraataques al intentar resolver siempre la jugada con un solo jugador, tuvo, en cambio, la suerte de cara. A los cuatro minutos de la segunda mitad, un tiro lejano de Melnikov roz¨® en Orol, un defensa magistral, como Julio, y el peligroso 0-1 subi¨® al marcador. Quedaba tiempo para remontar, pero no para cometer errores ni esperar que un nuevo rebote decidiera lo peor. Y Espa?a cambi¨® de velocidad, aunque sufri¨® otro susto con un tiro al poste de Koridze, el m¨¢ximo goleador del torneo. Fue simple, como todo el juego de Ucrania. Recibi¨® un pase largo y tir¨® cruzado, a la media vuelta, con fortuna nuevamente, porque el bal¨®n pas¨® entre las piernas de Orol.

Habr¨ªa sido un mazazo, pero tambi¨¦n un castigo injusto. Espa?a se hab¨ªa pasado de paciente, pero tambi¨¦n Korneyev, un portero espl¨¦ndido, hab¨ªa parado todo por alto y hasta un gran tiro de Javi Rodr¨ªguez por bajo. Quiz¨¢ por eso la selecci¨®n sigui¨® empe?ada en marcar en jugada y seis minutos despu¨¦s Riquer logr¨® el empate en la ¨²nica combinaci¨®n que perfor¨® la muralla ucrania. Pudo tirar antes, pero prefiri¨® la jugada de calidad. La paciencia, al fin, ten¨ªa su premio y Espa?a pareci¨® imparable.

La pr¨®rroga era un peligroso cara o cruz, pero el partido tuvo ya sentido ¨²nico. Incluso el gol de oro se produjo en el solitario fallo ucranio de la final. Kudlay no cort¨® el saque de banda de Julio y Javi S¨¢nchez, el otro Javi esta vez -Rodr¨ªguez fue el decisivo en el Mundial-, remat¨® la ¨²ltima gloria.