Unidades con un objetivo preciso
Algunos hospitales tienen ¨¢reas y terapias especiales para tratar dolores dif¨ªciles
Algunos hospitales espa?oles han creado en los ¨²ltimos a?os recintos espec¨ªficos para tratar a pacientes con dolores dif¨ªciles, como los cr¨®nicos o los terminales. Con estas unidades del dolor, cuya implantaci¨®n se extiende cada vez m¨¢s, se pretende, seg¨²n los especialistas, utilizar adecuadamente f¨¢rmacos, como la morfina y otras medidas especiales, para eliminar cualquier consecuencia dolorosa de la cirug¨ªa, el c¨¢ncer y las enfermedades cr¨®nicas.
Uno de los primeros hospitales en contar con una de estas unidades fue la cl¨ªnica Puerta de Hierro de Madrid. Seg¨²n explica Cristina del Pozo, en ella se atiende tanto el dolor benigno (no cancer¨ªgeno) como el maligno. Para ello se utiliza la escalera de tratamiento de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, que comienza con una dosificaci¨®n creciente de f¨¢rmacos y contin¨²a con t¨¦cnicas m¨¢s agresivas o intervencionistas, como los electrodos o la radiofrecuencia, aunque ¨¦stas s¨®lo se utilizan 'cuando se consideran muy necesarias'.
Para el tratamiento del dolor cr¨®nico destacan dos f¨®rmulas: el cat¨¦ter epidural y la analgesia subaracnoidea. La primera es similar a la utilizada en los partos. Consiste en pinchar entre dos v¨¦rtebras e introducir un cat¨¦ter en la zona epidural y administrar un analg¨¦sico local, que puede ser morfina. 'Seg¨²n se va usando, los m¨¦dicos le ven m¨¢s beneficios', se?ala Santiago Garc¨ªa del Valle, jefe de la Unidad de Anestesiolog¨ªa y Reanimaci¨®n de la Fundaci¨®n Hospital Alcorc¨®n (FHA), que ha puesto en marcha la experiencia denominada 'hospital sin dolor'.
La analgesia subaracnoidea es similar al cat¨¦ter epidural, con la diferencia de que el pinchazo es m¨¢s profundo para dormir una parte espec¨ªfica del cuerpo. Suele utilizarse en la zona lumbar para frenar los dolores de cadera y de piernas.
Electrodos medulares
Una de las terapias m¨¢s novedosas son los electrodos medulares. De nuevo se utiliza el espacio epidural, en cuyo interior se colocan electrodos para estimular las ra¨ªces nerviosas donde se produce el dolor. Estos electrodos suben el umbral doloroso, de modo que el paciente no llega a sentir ni el fr¨ªo ni el calor.
Para evitar pinchazos y otras intervenciones cada vez que hay que medicar a un paciente se ha ideado la colocaci¨®n de reservorios de f¨¢rmacos. Se trata de una membrana que se coloca debajo de la piel y que libera de forma continuada los analg¨¦sicos prescritos. Este dep¨®sito permite cambiar la concentraci¨®n y aumentar las dosis. 'Est¨¢ especialmente recomendado para los pacientes oncol¨®gicos', se?ala Garc¨ªa del Valle. 'Tambi¨¦n se puede conectar una aguja y una bomba externa para poder suministrar otros medicamentos distintos, como un anest¨¦sico local o morfina', explica Del Pozo.
La variante intratecal tambi¨¦n se ha implantado hace poco tiempo. Consiste en colocar estas membranas en el l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo. En general se utiliza para enfermos tumorales cuyas expectativas de vida son cortas. A trav¨¦s de este dispositivo se les suministra clonidina o morfina. 'Se utiliza cada vez m¨¢s, porque a trav¨¦s de ordenadores externos se puede aumentar o disminuir las dosis. Cada vez m¨¢s hospitales est¨¢n apostando por estos modelos', concluye Del Pozo. Otra de las novedosas t¨¦cnicas de la cl¨ªnica Puerta de Hierro es la radiofrecuencia para destruir o bloquear una zona maligna o dolorosa con calor.
Autodispensaci¨®n
La FHA ha ideado un ¨¢rea destinada al tratamiento del dolor agudo posoperatorio. El paciente que acaba de ser operado est¨¢ conectado a una peque?a m¨¢quina port¨¢til que le suministra los analg¨¦sicos. Una variante de esta opci¨®n es que el enfermo se autoadministre los f¨¢rmacos. La m¨¢quina dispone de un bot¨®n desde el que abre una v¨¢lvula que permite la salida del medicamento. El dispositivo contiene un mecanismo de seguridad que corta el suministro o lo distancia cada cierto tiempo. Adem¨¢s, la m¨¢quina cuenta con un peque?o ordenador en el que se recoge cu¨¢ntas veces se ha querido medicar el paciente, las dosis m¨¢ximas y las horas.
'Es un buen recurso psicol¨®gico, porque el paciente se autorregula. Cuando est¨¢ dormido y no le duele, no se medica. Esto tambi¨¦n nos permite bajar la concentraci¨®n o aumentar los intervalos de seguridad seg¨²n van remitiendo los dolores', comenta el jefe de la Unidad de Anestesiolog¨ªa de la FHA.
Los especialistas coinciden en que la puesta en marcha de estas unidades incrementa de forma autom¨¢tica el n¨²mero de pacientes que se atienden cada a?o. En Puerta Hierro se atiende a los enfermos de la zona centro de Madrid, cuyos hospitales carecen de este servicio. Ello motiva que muchas veces esta secci¨®n est¨¦ saturada de trabajo, porque, adem¨¢s de las consultas externas, debe atender a los enfermos del propio hospital. 'El paciente, cuando le duele algo, no tiene por qu¨¦ aguantarse. El dolor puede ser tan malo como la propia enfermedad. Por ejemplo, un paciente puede tener complicaciones si respira mal, porque le duele al hacerlo. La obligaci¨®n del m¨¦dico es parar el dolor y mejorar su calidad de vida', afirma Garc¨ªa del Valle.
Por las consultas de la FHA y de la cl¨ªnica Puerta de Hierro pasan m¨¢s de 6.000 pacientes al a?o. Y tambi¨¦n se ocupan de la docencia. 'Ense?amos a los m¨¦dicos a que sepan c¨®mo preguntar y distinguir los distintos tipos de dolores. Lo que queremos es que aqu¨ª nos manden s¨®lo los casos justificados. Les ense?amos a confiar en el uso de la morfina y sus beneficios', explica Del Pozo.
Analgesia para los ni?os
Si las unidades del dolor se hacen recomendables para cualquier enfermo, se convierten casi en obligatorias en la medicina infantil. Un hospital pionero en este ¨¢mbito ha sido La Paz, de Madrid. Hace dos a?os inaugur¨® esta especialidad que ya ha atendido a m¨¢s de 700 ni?os con dolores agudos, politraumatizados y quemados. Los beneficios son dobles, seg¨²n el responsable de la Unidad del Dolor Infantil de La Paz, Francisco Reinoso. Primero, el ni?o est¨¢ en fase de crecimiento, por lo que carece de la capacidad de inhibirlo. Para explicarlo pone un ejemplo. Cuando un adulto sufre un zarpazo de un le¨®n, no siente al principio el dolor, porque todas las energ¨ªas del cuerpo se dirigen a escaparse del animal. Cuando est¨¦ a salvo, comenzar¨¢ el dolor. Esta dilaci¨®n no existe para el ni?o. La segunda parte es igual de importante. Si el ni?o se acostumbra al dolor desde peque?o, estar¨¢ interiorizando esta opci¨®n como aprender a hablar. Cuando sea mayor, estar¨¢ mucho m¨¢s sensibilizado a las dolencias, porque habr¨¢ creado una hipersensibilidad al dolor que muchas veces no podr¨¢ superar. 'El dolor est¨¢ infratratado en los hospitales y, sobre todo, en pediatr¨ªa', asegura Reinoso. Los f¨¢rmacos para los menores son los mismos que para los adultos (morfina y fentanilo, entre otros), pero en dosis menores. Se tratan tanto los dolores derivados de pruebas m¨¦dicas, como los oncol¨®gicos o los cr¨®nicos. Se atiende, por ejemplo, a pacientes con artritis cr¨®nica juvenil, a los que se prescribe corticoides en las articulaciones para evitar este dolor tan estresante. 'Muchas veces son las propias familias las que insisten en que sean tratados por nuestra unidad, en especial, en los casos oncol¨®gicos', explica este especialista. 'Se les suministra morfina o fentanilo, pero en unas dosis ajustad¨ªsimas. Hasta ahora, a los pediatras siempre les ha dado mucho reparo estos tratamientos'. Cuatro enfermeras y un anestesista atienden los 365 d¨ªas del a?o y las 24 horas del d¨ªa a los peque?os. Se les trata hasta los 14 a?os, por t¨¦rmino medio, pero, si el caso lo requiere, pueden seguir hasta los 16 o m¨¢s.
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