La Poni
La vi por primera vez disfrazada de gatito en un baile del Jockey Club de M¨¦xico. Toda de blanco, rubia como es, con antifaz y joyas claras, parec¨ªa un sue?o bello y amable de Jean Cocteau. Como toda buena gatita, ten¨ªa un bigote que surg¨ªa de la m¨¢scara. Pero en ella, el obligado flojel de los gatos no era, como el salvaje bigote de Frida Kahlo, una agresi¨®n sino una insinuaci¨®n. Era una, varias antenas que apuntaban ya a las direcciones m¨²ltiples, a las dimensiones variadas de una obra que abarca el cuento, la novela, la cr¨®nica, el reportaje, la memoria... Salimos juntos, hace muchos a?os, yo con un libro de cuentos, Los d¨ªas enmascarados, ella con un singular ejercicio de inocencia infantil, Lilus Kikus. La iron¨ªa, la perversidad de este texto inicial, no fueron percibidas de inmediato. Como una de esas ni?as de Balthus, como una Shirley Temple sin hoyuelos, Elena se revel¨® al cabo como una Alicia en el Pa¨ªs de los Testimonios. Sin abandonar nunca su juego de fingido asombro ante la excentricidad que se cree l¨®gica o la l¨®gica que se cree exc¨¦ntrica, Elena fue ganando gravedad junto a la gracia. Sus retratos de mujeres famosas e infames, an¨®nimas y estelares, fueron creando una gran galer¨ªa biogr¨¢fica del ser femenino en M¨¦xico. Supongo que su novela premiada en Madrid culmina esta exploraci¨®n, imaginaria y documental, de la condici¨®n femenina. Elena ha contribuido como pocos escritores a darle a la mujer papel central, pero no sacramental, en nuestra sociedad. No nos ha excluido -gracias, Elena- a los hombres que amamos, acompa?amos, somos amados y apoyados por las mujeres. Pero nadie puede oscurecer el hecho de que Elena Poniatowska ha contribuido de manera poderosa a darle a las mujeres un sitio ¨²nico, que es de las carencias, los prejuicios, las exclusiones que las rodean en nuestro mundo a¨²n machista pero cada vez m¨¢s humano. No s¨®lo feminista sino humano, incluyente. 'Hombres necios que acus¨¢is a la mujer sin raz¨®n'. La divisa de Sor Juana In¨¦s de la Cruz no s¨®lo es eco en Sor Elena de la Cruz-y-Ficci¨®n. Es un abrazo, es una especie de compasi¨®n abarcante, 'Hombres necios, un¨ªos a mi trabajo, a mi lucha, a mi propia necedad'. La Noche de Tlatelolco es la grande y definitiva cr¨®nica del turbio crep¨²sculo del crimen que tambi¨¦n marc¨® el cresp¨²sculo del r¨¦gimen autoritario del PRI en M¨¦xico. De esa terrible noche del 2 de octubre de 1968 data, acaso, la transformaci¨®n de la Princesa Poniatowska, descendiente de Maria Leszczyinska, la segunda mujer de Luis XV de Francia, del Rey Estanislado I de Polonia y del heroico Mariscal de Napole¨®n, Josef Poniatowski, en una Pasionaria sonriente y tranquila de las causas de izquierda. No siempre estoy de acuerdo con ella en sus juicios. Siempre admiro su convicci¨®n y su valor. Pero por fortuna hoy la democracia mexicana se hace de acuerdos y desacuerdos l¨ªcitos, respetables y respetados. Lo importante de Elena es que sus posiciones en la calle no disminuyen ni suplantan sus devociones en la casa: el amor a sus hijos, la fidelidad a sus amigos, la entrega a sus letras. Amigo de Elena desde m¨¢s a?os que los que quiero o puedo recordar, hoy le env¨ªo un inmenso abrazo, tan juvenil como nuestros primerizos, por haber obtenido el Premio Alfaguara de Novela 2001.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.