Mujeres
Todo el mundo conoce el famoso paseo a caballo de Lady Godiva, pero muchos menos saben que fue la condici¨®n que le impuso su marido para dejar de cobrar impuestos en su tierra. As¨ª ha ocurrido durante mucho tiempo con distintos contenidos y circunstancias. En casos extremos, como el de los talibanes, ni siquiera puede ocurrir nada ni habr¨¢ circunstancia que valga porque hasta la memoria es sepultada bajo el asesinato, pero en las civilizadas y pr¨®speras democracias que permiten pensar, las injusticias dan lugar a movimientos como el feminista.
No se trata de una lucha entre santas v¨ªctimas y perversos tiranos, sino de algo tan sencillo como querer ser y estar, y algo tan humano como el miedo y la resistencia a perder protagonismo. Al fin y al cabo se sabe que el dominio es una tentaci¨®n irresistible, que las tentaciones existen para todos, que todos tenemos algo que decir, algo que arreglar y algo que cambiar, y sin embargo nos podr¨ªa resultar f¨¢cil ponernos de acuerdo si comenz¨¢ramos de cero: yo digo, t¨² dices y decidimos todos juntos y contentos.
El problema es que en el camino hacia el lugar de decisi¨®n se estrellan los acuerdos porque al final s¨®lo est¨¢ el hombre. La pir¨¢mide est¨¢ perfectamente estructurada de comportamientos unilaterales masculinos, y eso lo complica todo. Ellos prefieren que las cosas sigan como est¨¢n y ellas, cuando quieren penetrar y llegar, lo intentan como pueden: amold¨¢ndose a lo establecido, aunque tengan que dejar en ese camino jirones de su propia condici¨®n. La posibilidad de integrar las reglas y valores femeninos como una condici¨®n m¨¢s de la superestructura se considera imposible, o demasiado lejana. Y es una l¨¢stima.
Porque de lo que no cabe duda es de que hombres y mujeres no somos iguales: entre nosotros hay diferencias f¨ªsicas, cerebrales, hormonales, de sentimientos y comportamientos; y tambi¨¦n es seguro que ambos tenemos valores positivos, por lo que resulta l¨®gico y evidente que podr¨ªamos complementarnos, que esa paridad o mezcla de saberes e intereses no har¨ªa sino enriquecer a la sociedad. Es una l¨¢stima que no nos podamos aprovechar m¨¢s y mejor de ello.
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