El presidente ucranio exige la adhesi¨®n de sus ministros en un caso de asesinato
El presidente ucranio, Leonid Kuchma, envuelto en un esc¨¢ndalo que le tiene contra las cuerdas, ha decidido que la mejor defensa es el ataque. Sus ¨²ltimas iniciativas han sido ordenar el desmantelamiento de los campamentos instalados en Kiev para exigir su renuncia y lanzar un ultim¨¢tum a los altos funcionarios, empezando por los ministros: o se desmarcan p¨²blicamente antes de una semana de las 'formaciones antiestatales' que intentan expulsarle del poder o deben presentar su dimisi¨®n.
El caso Gongadze se ha transmutado en unos meses en el Kuchmagate. Su origen fue la desaparici¨®n en septiembre de Gueorgu¨ª Gongadze, director de un peri¨®dico digital cr¨ªtico con el poder. Su continuaci¨®n fue la aparici¨®n en noviembre de un cad¨¢ver decapitado que pruebas de ADN han identificado con un 99,6% de certeza como el del informador. El caso estall¨® a finales de ese mismo mes cuando se hizo p¨²blico el contenido de unas grabaciones (obtenidas por un ex oficial de seguridad escondiendo un magnet¨®fono en el despacho presidencial) en las que alguien cuya voz parece la de Kuchma habla con lenguaje gansteril de deshacerse del periodista.
Kuchma lo niega todo, se proclama v¨ªctima de una conjura con ramificaciones exteriores y se niega a dimitir como le exigen grupos opositores, manifestaciones callejeras y acampadas de protesta que, por dos veces (la ¨²ltima ayer), han sido desmanteladas a la fuerza.
Cada vez m¨¢s detectives
Entre tanto, la investigaci¨®n sobre el esc¨¢ndalo parece cada vez m¨¢s lejos de arrojar una conclusi¨®n definitiva, a medida que aumenta el n¨²mero de detectives: a los de la fiscal¨ªa general se han unido ya agentes del FBI estadounidense e investigadores privados.
El Instituto Internacional de Prensa (IPI) estudi¨® tambi¨¦n las cintas sin poder probar ni que est¨¦n manipuladas como sostiene Kuchma ni todo lo contrario, aunque, eso s¨ª, haciendo notar que es dif¨ªcil creer en la falsificaci¨®n de centenares de horas de grabaci¨®n. Su contenido ha estrechado a¨²n m¨¢s el cerco al presidente, al ligarle con casos de corrupci¨®n y de amenazas a jueces y dirigentes regionales para lograr su reelecci¨®n.
Kuchma no est¨¢ satisfecho del matizado apoyo recibido del primer ministro, V¨ªctor Yushchenko, que no quiere que su cabeza ruede si lo hace la del presidente y que, adem¨¢s, es el principal candidato a sucederle. Pero Kuchma act¨²a seg¨²n el viejo principio de que quien no est¨¢ con ¨¦l est¨¢ contra ¨¦l. ?sa es la explicaci¨®n de su ultim¨¢tum. Lo que no queda claro es c¨®mo piensa hacerlo efectivo.
Dif¨ªcilmente ser¨ªa con la ley en la mano. Y, sin ella, la crisis podr¨ªa entrar en un escenario extremadamente desestabilizador. Esto es algo que pone los pelos de punta en Occidente, donde se ve a Ucrania (de 50 millones de habitantes) como tamp¨®n con una Rusia que conserva algunos reflejos de la guerra fr¨ªa. EE UU y la UE han pedido una investigaci¨®n independiente que zanje todas las dudas y han expresado su preocupaci¨®n por la suerte de las libertades y los derechos humanos en Ucrania.
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