El deportivismo fortalece su fe
Las remontadas ante Madrid y PSG muestran la transformaci¨®n an¨ªmica de un equipo acostumbrado al fatalismo
![Xos¨¦ Hermida](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe025824d-9859-458b-8543-f59a30f56188.png?auth=766204d1330997a091ada06595599afc403caa66d06fcbdee1e75b92e1fc62d8&width=100&height=100&smart=true)
'Se ha roto el fatalismo'. A muchos pudo sonarle t¨®pica aquella frase tan repetida el 19 de mayo del a?o pasado, el d¨ªa que el Deportivo gan¨® la Liga. Pero nueve meses despu¨¦s, los hechos parecen demostrar que algunos t¨®picos, por debajo de su barniz de frase hecha, encierran un punto de verdad. Las avasalladoras demostraciones ante el Madrid y el Par¨ªs Saint Germain confirman que la consecuci¨®n del t¨ªtulo de Liga ha transformado an¨ªmicamente al Deportivo. Lejos de las viejas aprensiones, de la est¨¦tica de la negra sombra que rodeaba al club gallego, del recuerdo del penalti de Djukic y de todo eso tantas veces mentado, los blanquiazules forman ahora un equipo que capaz de cualquier cosa.
Si el espect¨¢culo contra el Madrid parec¨ªa irrepetible, Riazor comprob¨® el mi¨¦rcoles ante el PSG que la ¨¦pica futbol¨ªstica a¨²n ten¨ªa un pelda?o m¨¢s: no hay precedentes inmediatos, en un partido de ese nivel, de un equipo que haya sido capaz de remontar tres goles en s¨®lo 27 minutos. Esa clase de haza?a parec¨ªa reservada hasta hace poco a gente como los alemanes, que nunca flaquean en la batalla. Pero nadie esperar¨ªa algo as¨ª de los volubles conjuntos espa?oles, y mucho menos de uno con singular fama de hipocondr¨ªaco.
Desde principios de temporada, los m¨¢s cualificados portavoces del vestuario vienen insistiendo en que el t¨ªtulo de Liga ha proporcionado al equipo el certificado de madurez. Irureta tiene una opini¨®n parecida e incluso ha se?alado la consecuci¨®n del ¨²ltimo campeonato como la mecha que encendi¨® la maravillosa explosi¨®n de Djalminha. En la misma noche del mi¨¦rcoles, el t¨¦cnico mostraba cierta sorpresa al constatar 'la tranquilidad y la seguridad' de su equipo para afrontar los peores momentos. De un plumazo, el Depor parece haber borrado todas las huellas de su arraigado fatalismo -perdi¨® una Liga en el ¨²ltimo minuto, perdi¨® varios ascensos en el ¨²ltimo partido, perdi¨® a jugadores fant¨¢sticos como Amancio y Luis Su¨¢rez...- y ha desplegado las velas para dejarse empujar por el viento a la conquista del mundo.
Ning¨²n triunfo parcial equivale a un t¨ªtulo como el de Liga, pero, en todo caso, las proezas ante Madrid y PSG encierran un valor simb¨®lico, emotivo y propagand¨ªstico casi equivalente a la consecuci¨®n del ¨²ltimo campeonato. Hasta hace unas semanas, el Depor arrastraba un cierto lastre de impopularidad e incluso en su propia hinchada afloraba de vez en cuando un acento de insatisfacci¨®n. Al Depor se le ve¨ªa como un equipo cuya solvencia nadie pon¨ªa en duda, el t¨ªpico rival que se le indigesta a todo el mundo, pero que al mismo tiempo practica un f¨²tbol calculador e insulso. Hasta se le pon¨ªan reparos a su t¨ªtulo de Liga, logrado, seg¨²n advert¨ªan muchos, en la peor temporada que se le recuerda a Madrid y Barcelona. En s¨®lo once d¨ªas, todos esos prejuicios han sido desterrados y ahora no es dif¨ªcil aventurar que el Deportivo gozar¨¢ de bula para cierto tiempo.
En ese aspecto, uno de los m¨¢s reivindicados por las ¨²ltimas haza?as es Irureta. Lo m¨¢s corriente era escuchar que la imagen anodina del Depor respond¨ªa a la transmisi¨®n del car¨¢cter de su entrenador. De ah¨ª que el propio Irureta, al t¨¦rmino del partido del Madrid, no resistiese la tentaci¨®n de proclamar, con m¨¢s orgullo que amargura: 'ahora supongo que ya nadie dir¨¢ que somos cicateros, ni amarrateguis, ni nada de eso que tanto se ha dicho'. Ahora, el Deportivo vuelve a ser un equipo con una aureola m¨¢gica, como en aquella ¨¦poca de Bebeto y Arsenio en la que el mundo empez¨® a conocer la marea blanquiazul.
![Makaay y Donato felicitan a Pandiani por uno de sus goles del mi¨¦rcoles ante el Par¨ªs Saint Germain.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W5HOQTOXE3URY3D3PSFVHNEQR4.jpg?auth=3404005a25e1bf1ebb19c36cbfa74f40c2b656fcfce99872338e855597541417&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Xos¨¦ Hermida](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe025824d-9859-458b-8543-f59a30f56188.png?auth=766204d1330997a091ada06595599afc403caa66d06fcbdee1e75b92e1fc62d8&width=100&height=100&smart=true)