El asombro del talib¨¢n navarro
Considera el autor que las medidas del Gobierno navarro sobre el euskera van contra el patrimonio cultural propio.
El pasado 23 de diciembre, Manuel Pulido, asesor jur¨ªdico del presidente del Gobierno de Navarra, public¨® un art¨ªculo titulado La curiosidad del jurista persa en el que sosten¨ªa que el Decreto Foral 372/2000, que regula el uso del vascuence en las Administraciones P¨²blicas, era adecuado a la ley y a la realidad ling¨¹¨ªstica de Navarra.
Posteriormente, el Gobierno de Navarra ha publicado tres acuerdos referidos a planes de actuaci¨®n sobre el uso del vascuence en las zonas vasc¨®fona y mixta y a la regulaci¨®n del conocimiento de idiomas en los baremos de m¨¦ritos en la oferta p¨²blica e empleo. El objetivo es frenar la expansi¨®n del euskara despojando de sus derechos ling¨¹¨ªsticos a los ciudadanos de las zonas mixta y no-vasc¨®fona y limitando la cooficialidad de la zona vasc¨®fona. Al mismo tiempo desaparece el vascuence como requisito de cualquier puesto de trabajo oficial (excepto para traductores y ense?antes en euskera, ?valga la perogrullada!) y en los concursos de m¨¦ritos, globalmente, puede tener menos valor que el ingl¨¦s, el franc¨¦s o el alem¨¢n, ya que ¨¦stos se podr¨¢n valorar en todas las convocatorias de oferta p¨²blica de empleo, mientras que la lengua vasca s¨®lo en determinados casos.
Argumentaba el asesor Pulido, por boca de su ficticio jurista persa, que 'la legislaci¨®n de desarrollo de la Ley de Amejoramiento del Fuero -especie de Estatuto de Autonom¨ªa para Navarra que todav¨ªa no ha sido sometida a votaci¨®n popular-, en concreto su art¨ªculo 9, hab¨ªa sido en parte desnaturalizado' por la posterior Ley del Vascuence (1986) y por un decreto de 1994 del propio Gobierno de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN). Lo que ocultaba Pulido era que la propia Ley de Amejoramiento del Fuero no recog¨ªa la declaraci¨®n del Parlamento de Navarra de 1980 que establec¨ªa que 'el castellano y el euskera ser¨¢n las lenguas oficiales de Navarra. Dicho principio se incorporar¨¢ a las bases de Reintegraci¨®n Foral y Amejoramiento del R¨¦gimen Foral de Navarra -la futura Ley de Amejoramiento de 1982-, as¨ª como la competencia plena del Parlamento Foral para su regulaci¨®n por medio de una Ley'. Tampoco mencionaba que UPN se opuso a la propia Ley del Vascuence, as¨ª como los nacionalistas vascos, que pretend¨ªan la cooficialidad del euskera y el castellano.
El Gobierno de Navarra justifica estas medidas como 'correctoras' de la 'discriminaci¨®n' que sufr¨ªan los no vascoparlantes, como consecuencia de su anterior decreto de 1994. La realidad es que, en sus seis a?os de vigencia, de m¨¢s de 12.000 trabajadores p¨²blicos, no llegan al centenar los que han accedido con el requisito del euskera (excluidos, l¨®gicamente, ense?antes y traductores). Simult¨¢neamente, tal y como recogen los planes de actuaci¨®n, se han comenzado a desmantelar se?ales viarias, anuncios, papeler¨ªa, imagen corporativa y dem¨¢s expresiones p¨²blicas biling¨¹es por otras s¨®lo en espa?ol.
En consecuencia, se est¨¢ produciendo una situaci¨®n de tensi¨®n que en nada beneficia la convivencia social y que ha sido denunciada desde todas las instancias sociales, culturales y pol¨ªticas navarras, no s¨®lo nacionalistas (con la l¨®gica excepci¨®n de UPN) y por la Asamblea General de la Oficina Europea de Lenguas Minorizadas reunida en Dublin el 3 de febrero. Tambi¨¦n se han presentado diversos recursos contencioso-administrativos ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
En estos d¨ªas, el mundo no sale de su asombro ante la amenaza, por parte de los talibanes afganos, de destruir las estatuas de Buda y otras muestras del patrimonio cultural no musulmanes. No podemos obviar la analog¨ªa con la actitud y actuaci¨®n del Gobierno de Navarra respecto a la lengua vasca, poseedor del dudoso m¨¦rito de ser el ¨²nico gobierno que legisla contra su propio patrimonio, tal y como denuncia la citada Oficina Europea.
Seg¨²n muestran los propios estudios y encuestas socioling¨¹¨ªsticos del Gobierno de Navarra, la aceptaci¨®n social y la expansi¨®n voluntaria del euskera iba aumentando progresivamente. As¨ª, por ejemplo, a pesar de las limitaciones impuestas por la ley, el porcentaje en la matriculaci¨®n de ni?os de 3 a?os en modelos educativos en euskera ha pasado de ser el 21% en 1989 al 32% en 2000, mientras que el de matriculados en modelos que ofrecen la lengua vasca como asignatura ha pasado, en las mismas fechas, del 8% al 30%.
De hecho, en 1995 el Partido Socialista y el nacionalista Eusko Alkartasuna presentaron en el Parlamento de Navarra un proposici¨®n para que, en la pr¨¢ctica, desapareciese la zona no-vasc¨®fona y fuese posible, en la pr¨¢ctica, una situaci¨®n de biling¨¹ismo voluntario en todo el territorio navarro. La propuesta no prosper¨® al no contar con el apoyo de UPN ni de Herri Batasuna (que defend¨ªa la cooficialidad).
Se produce una situaci¨®n parad¨®jica: mientras el voto nacionalista se estanca o desciende (seg¨²n el tipo de elecciones), aumentan las actitudes favorables a la lengua vasca y el n¨²mero de vascoparlantes. La pr¨¢ctica social rompe en Navarra la estrategia pol¨ªtica de UPN y del PP de criminalizar el nacionalismo y la cultura vasca, a pesar del efecto negativo y distorsionador de la organizaci¨®n terrorista ETA.
Lo que realmente molesta a UPN parece ser que, a pesar de todas las trabas que pone su Gobierno a la libre expansi¨®n del vascuence, la sociedad navarra est¨¢ apostando por el biling¨¹ismo voluntario, m¨¢s all¨¢ de las restricciones legales y administrativas. En el fondo no es m¨¢s que otra muestra de su miedo al pluralismo pol¨ªtico y cultural por el que opta la ciudadan¨ªa. Claramente lo se?alaba el se?or Pulido: 'La reforma es de car¨¢cter puntual (!) y tiende a corregir bien los excesos o ultra vires en que incurri¨® la legislaci¨®n anterior, bien en resolver problemas de aplicaci¨®n indebida o expansiva del vascuence en una Comunidad que no es biling¨¹e salvo en las zonas vascoparlantes'. Queda claro que el asesor del presidente desconoce que hay m¨¢s vascoparlantes en Pamplona y su comarca que en la denominada zona vasc¨®fona. Lo que no menciona es que el Gobierno de Navarra pretende ejecutar v¨ªa decreto lo que no pudo conseguir durante la tramitaci¨®n de la Ley del Vascuence: encerrar el euskara y la cultura vasca en un gueto.
Incluso han vuelto aflorar algunos demonios de la derecha navarra m¨¢s integrista, como el hecho de acusar a los partidos CDN e IU de 'nacionalistas encubiertos' (en el m¨¢s rancio estilo del franquista contubernio judeomas¨®nico) o de tachar de 'filoetarra' la manifestaci¨®n pac¨ªfica y festiva del 24 de febrero, que congreg¨® a m¨¢s de 20.000 ciudadanos contra las medidas del Gobierno.
Parece claro que la intenci¨®n de UPN es frenar el desarrollo voluntario de normalizar el euskara, sobre todo en tres funciones b¨¢sicas (la administrativa, la docente y la simb¨®lica), en las que se estaba practicando una cierta normalizaci¨®n, a pesar del propio Gobierno. Cualquier situaci¨®n de tensi¨®n social beneficiar¨ªa su estrategia frentista (tambi¨¦n la de ETA y su voluntad totalitaria).
Una respuesta inteligente pasa por recuperar un amplio consenso social y pol¨ªtico que, sin ning¨²n tipo de imposici¨®n, respete la voluntad ciudadana y ponga las instituciones p¨²blicas al servicio de todos los navarros. Hoy d¨ªa, parece que la ciudadan¨ªa lo entiende mejor que sus propios representantes pol¨ªticos.
El asesor jur¨ªdico Pulido conclu¨ªa su reflexi¨®n: 'Cualquier lector no apasionado y sobre todo que no considere el vascuence como un derecho colectivo de un pueblo, podr¨¢ discutir un ¨¢pice la oportunidad y legalidad del decreto foral'. La sociedad navarra est¨¢ hablando al mostrar su rechazo masivo al decreto y a los acuerdos del Gobierno de UPN. Los tribunales, esperemos que lo hagan sin tardanza.
Jos¨¦ Luis Mendoza es profesor de Lengua y Literatura vascas en Pamplona.
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