Los nuevos actores de la no violencia
Ese portentoso vendedor de ideolog¨ªa USA que fue Marshall McLuhan nos convenci¨®, hace 30 a?os, del inevitable cumplimiento de su profec¨ªa sobre la aldea global: un maravilloso espacio ¨²nico en el que el american way of life y las virtudes de la tecnocomunicaci¨®n iban a abolir la multiplicidad de lugares y a hacernos convivir, a todos los humanos, en la armon¨ªa de una sola y misma realidad compartida. Su mensaje era: todos igualmente desarrollados, felices, comunicantes, norteamericanizados. Kisinger y Brzecinsky agregaron a esta doctrina los escolios geopol¨ªticos; las exigencias de la dominaci¨®n financiera le han puesto m¨²sica de globalizaci¨®n, y el despliegue digital ha servido de ocasi¨®n e instrumento para enmallarnos en el ciberespacio, a mayor gloria y provecho de las multinacionales y de su hegemon¨ªa.
Pero la profec¨ªa no ha funcionado porque la aspiraci¨®n humana a la diversidad ha resistido a la voluntad de cancelaci¨®n de las diferencias y se ha opuesto -con ¨¦xito- a la avalancha homogeneizadora de la producci¨®n y del consumo de masas, considerablemente reforzados por la presi¨®n pol¨ªtica del gran poder econ¨®mico. Esa uniformizaci¨®n ha generado, al contrario, una incontenible eclosi¨®n de afirmaciones locales y comunitarias, una reivindicaci¨®n, con frecuencia dram¨¢ticamente radical e incluso violenta, de identidades colectivas que, en su condici¨®n esencialmente reactiva, al mismo tiempo impugnan y afirman la naturaleza global de todo acontecer contempor¨¢neo. No se trata de la incoherente banalidad al uso de 'pensar globalmente y de actuar localmente', sino del compacto entramado entre lo local y lo global, de la calidad de su entretejimiento que los hace indisociables en su hacer y en sus resultados. Su alcance e importancia les vienen de la intensidad de su interrelaci¨®n. De aqu¨ª que lo globalmente relevante tenga que ser tambi¨¦n localmente decisivo. A esta realidad tan de ahora, que es simult¨¢neamente proceso y resultado, la llamamos glocalidad -contracci¨®n de global y local-, y a sus protagonistas, actores glocales.
Dos de los m¨¢s significativos est¨¢n siendo noticia estos d¨ªas. Ambos tienen en com¨²n su apuesta por una sociedad alternativa que asuma el proceso mundializador al que nos empuja el desarrollo tecnol¨®gico pero que nos evite las cat¨¢strofes ecol¨®gica y social hacia las que nos lleva la globalizaci¨®n ultraliberal, resultado de la implacable codicia de unos pocos y la impotente indiferencia de los m¨¢s. Ambos tienen en com¨²n su pasado de luchadores en su tierra y en su pueblo, en combates de contenido local y concreto pero cuya relevancia global han sabido presentar y subrayar echando mano de los recursos de nuestro contexto tan avasalladoramente medi¨¢tico. Ambos han enraizado su acci¨®n, necesariamente contestataria en cuanto antagonista de un orden que rechazan, en la no-violencia. Y ¨¦sta es quiz¨¢ su caracter¨ªstica fundamental: recusar la violencia -componente esencial de la sociedad que quieren cambiar radicalmente- por medios no violentos. Ambos apelan a los mismos maestros. Ambos -en su ¨¢mbito y para sus prop¨®sitos- usan los mismos modos y maneras.
Jos¨¦ Bov¨¦ hace casi treinta a?os que est¨¢ oponi¨¦ndose, en su Larzac de adopci¨®n, a una agricultura productivista y depredadora que acaba con la calidad de los productos, favorece el despilfarro de las ayudas p¨²blicas y el enriquecimiento de los grandes propietarios y fragiliza la seguridad de la alimentaci¨®n. Bov¨¦, disc¨ªpulo de Lanza del Vasto, que, como ¨¦l dice, no ha dado un pu?etazo aunque haya corrido y se haya protegido ante la polic¨ªa, ha producido contestaciones de car¨¢cter eminentemente simb¨®lico-medi¨¢tico. El subcomandante Marcos, peculiar guerrillero que ha defendido durante nueve a?os a la comunidad india de Chiapas frente a un poder autocr¨¢tico central y que s¨®lo ha hecho la guerra durante 11 d¨ªas, y cuya arma fundamental es su pasamonta?as, llegar¨¢ ma?ana a la ciudad de M¨¦xico, meta de una marcha que, como la marcha de la sal de Gandhi -en la que est¨¢ directamente inspirada-, es antes que nada una acci¨®n mexicana de pedagog¨ªa ciudadana a la que la glocalidad presta dimensi¨®n mundial, pues, hoy, frente a la profec¨ªa macluhaniana, lo universal es s¨®lo la vocaci¨®n planetaria de lo local.
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