Colores
El desconcierto socialista en Andaluc¨ªa es evidente. Viendo la brecha abierta que est¨¢ dejando ante el PP, la direcci¨®n socialista ha pretendido cerrar la crisis, sobrevenida a caballo de la caja ¨²nica, las actitudes xen¨®fobas de algunos y el conflicto entre capitales, con un toque de clar¨ªn anunciando que se pasa p¨¢gina. Pero queda por escribir todav¨ªa alg¨²n cap¨ªtulo m¨¢s de este fenomenal l¨ªo que lleva camino de convertirse en un follet¨ªn. El cap¨ªtulo en cuesti¨®n trata de la ciudad de Sevilla, de su alcalde y del proyecto de Puerto Triana.
Resultan preocupantes algunas de las actuaciones tenidas a lo largo del proceso de gestaci¨®n del m¨¢s colosal, agresivo y perturbador proyecto urban¨ªstico que ha tenido la ciudad de Sevilla desde hace mucho tiempo. La propuesta del presidente Chaves para constituir esa llamada Mesa de Puerto Triana, destinada a sortear los limites que oportunamente establece la ley urban¨ªstica para este tipo de proyectos, nos hace temer gestos poco respetuosos con el acatamiento a las resoluciones administrativas ajustadas a la ley. ?Se va a convertir el alcalde de Sevilla en el representante de la iniciativa particular en esa mesa? ?Acaso el informe jur¨ªdico del abogado Clavero , solicitado por parte de la promoci¨®n privada, va a sustituir a los anteriores informes reglamentarios?
La gravedad de lo que est¨¢ ocurriendo es que cada vez m¨¢s est¨¢n desapareciendo los l¨ªmites entre lo que deber¨ªa ser una pol¨ªtica municipal progresista, defensora de intereses generales o p¨²blicos, y aquella otra que se califica de conservadora o privatizadora a ultranza. Ya casi no existe diferencia entre la izquierda y la derecha municipal sevillana. Si nos fijamos en la actuaci¨®n del alcalde en este asunto de Puerto Triana, pero tambi¨¦n en la gesti¨®n de la movida cofradiera y alg¨²n otro m¨¢s, uno no sabe cu¨¢les son los colores de unos y otros. Cuando la izquierda hace la pol¨ªtica de la derecha puede que a corto plazo provoque que ¨¦sta se quede sin rumbo, recurriendo a la demagogia y al grito, pero a continuaci¨®n har¨¢ que sea la propia izquierda la que se quede sin se?as de identidad, sin nada que ofrecer al ciudadano a la hora de reclamar su voto. Un escenario que exigir¨¢ una lupa para determinar las diferencias entre unos y otros.
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