El Betis se acomoda en el atasco

Un clamoroso error de la endeble defensa del Universidad de Las Palmas permiti¨® ayer a un Betis ausente y conformista permanecer una jornada m¨¢s anclado en lo alto de la tabla. Una ¨®ptima situaci¨®n que, sin embargo, empieza a vivirse con cierto desasosiego en el equipo de Fernando V¨¢zquez conforme van asomando las orejas rivales directos por el ascenso, como el Atl¨¦tico de Madrid o el Tenerife, pr¨®ximo contendiente del cuadro verdiblanco y que ya le pisa los talones.

Una posici¨®n que tampoco sirve para que el Betis enmascare algo m¨¢s que evidente en las ¨²ltimas cuatro jornadas, en las que s¨®lo ha sumado tres de los 12 puntos: se halla inmerso en una crisis que puede convertir las 14 jornadas restantes en un calvario. De que esto no es s¨®lo una conjetura dieron buena muestra sus jugadores. Ausentes durante la primera mitad, a merced del juego distendido del hasta ayer colista, tan s¨®lo reaccionaron cuando los recaditos del Universidad les metieron el miedo en el cuerpo.

Y fue Capi, una vez m¨¢s, quien se encarg¨® de reanimar a sus l¨¢nguidos compa?eros. En una de sus correr¨ªas, Capi cubri¨® medio campo, se plant¨® ante la defensa canaria, la desbord¨® por el centro y, solo ante Mois¨¦s, envi¨® alto. Contagiado por el empuje del canterano, Amato dio su r¨¦plica justamente antes del descanso con un fuerte disparo raso y cruzado que propici¨® el lucimiento del meta canario.

Apenas siete minutos tard¨® tras el descanso el Universidad en apaciguar los crecidos ¨¢nimos verdiblancos. El gol de Jonathan y su posterior tentativa fusilando a Valerio desde la frontal, esta vez sin ¨¦xito, se le hicieron un mundo al Betis. Pero ah¨ª apareci¨® de nuevo Capi para robar un bal¨®n a la confundida defensa canaria y aprovechar la indecisi¨®n de Mois¨¦s para empatar el partido a puerta vac¨ªa. Un gol que desarm¨® al equipo insular, que comenz¨® a dar bandazos sin sentido y permiti¨® al Betis acosar sin tregua su porter¨ªa.

Apurado ya el tiempo a?adido, Capi resurgi¨® y sorte¨® a cuanto rival le sali¨® al paso, pero, una vez solo ante Mois¨¦s, su ¨ªmpetu le traicion¨® y fall¨® un disparo en el que apenas si cab¨ªa margen de error.