Vidas cruzadas
En diciembre del a?o pasado el pleno del Ayuntamiento de mi pueblo aprob¨® aceptar como oficial e impulsar entre los vecinos el euskal nortasun agiria o documento de identidad vasco. La propuesta del carnet vasco fue calurosamente aprobada por PNV, EA y EH. Tan s¨®lo se opusieron los concejales de la agrupaci¨®n local independiente Alonsotegiko Ezkerra. Con estas palabras: 'Mala cosa es que un ayuntamiento se meta en cuestiones de identidad. Mala cosa promover el establecimiento de diferencias. En Alonsotegiko Ezkerra lo tenemos claro: todas y todos somos vecinos de Alonsotegi. Esta es la identidad com¨²n que nos preocupa y que queremos proteger'.
Me encontraba en un bar al d¨ªa siguiente del referido pleno cuando un vecino se dirigi¨® a la encargada de la barra diciendo: 'El carnet vasco ese podr¨¢s hac¨¦rtelo t¨², que eres de aqu¨ª, pero yo como no soy de aqu¨ª...'. Quien esto dec¨ªa lleva m¨¢s a?os viviendo en Alonsotegi que yo, en este pueblo ha sacado adelante su vida y su familia y estoy seguro de que hasta ese d¨ªa jam¨¢s se hab¨ªa cuestionado su identidad. Habiendo salido de su tierra natal hace m¨¢s de cuarenta a?os, ¨¦ste era su pueblo y en las elecciones votaba a 'los de aqu¨ª', es decir, al PNV, hegem¨®nico pol¨ªtica y socialmente en la localidad. Y ahora, sin que pudiera comprender c¨®mo o por qu¨¦, de un d¨ªa para otro se ve¨ªa confrontado consigo mismo y de esa confrontaci¨®n surg¨ªa una terrible conclusi¨®n: 'No soy de aqu¨ª'.
Puede parecer una an¨¦cdota, pero no lo es. En Alonsotegi, como en toda la comarca de las Encartaciones, el nacionalismo vasco se ha asentado a lo largo de toda la etapa democr¨¢tica con una naturalidad pasmosa, gobernando en pr¨¢cticamente todos los municipios. Y ello en una zona en la que el porcentaje de personas con los dos primeros apellidos vascos no llega al 10% y el uso del euskera es, por desgracia, de los m¨¢s bajos de toda Euskal Herria. En la pr¨¢ctica, en las Encartaciones se ha desarrollado un nacionalismo c¨ªvico, acogedor, tranquilo, que ha sabido integrar a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n sin recurrir a la conformaci¨®n de comunidades diferenciadas. Todo esto puede ser historia si el nacionalismo vasco se vuelve contra s¨ª mismo, rompe con su propia tradici¨®n y se empe?a en trazar l¨ªneas divisorias en una poblaci¨®n que jam¨¢s ha pensado en ellas.
Escribe Giovanni Sartori en su reciente ¨²ltimo libro que no es lo mismo una sociedad fragmentada que una sociedad pluralista. El pluralismo presupone la existencia de m¨²ltiples asociaciones voluntarias e inclusivas, es decir, abiertas a la posibilidad de afiliaciones m¨²ltiples, siendo este, en opini¨®n del prestigioso profesor italiano, el rasgo distintivo del pluralismo. La existencia o no de l¨ªneas de divisi¨®n entrecruzadas (cross-cutting cleavages) es el mejor indicador de pluralismo social. Esto es as¨ª porque este entrecruzamiento de afiliaciones neutraliza los efectos negativos de las mismas, cosa que no ocurre cuando las l¨ªneas de divisi¨®n o las afiliaciones se suman y se refuerzan unas a otras. De ah¨ª su conclusi¨®n: 'La ausencia de cleavages cruzados es un criterio que permite por s¨ª solo excluir del pluralismo a todas las sociedades cuya articulaci¨®n se basa en tribu, raza, casta, religi¨®n y cualquier tipo de grupo tradicional'.
La ¨²ltima v¨ªctima de ETA, I?aki Totorika Vega, era un precioso ejemplo de este pluralismo social: afiliado al PNV y sindicado en UGT. Como lo fue otro asesinado, Jes¨²s Mar¨ªa Pedrosa Urquiza, concejal del PP en Durango y miembro del sindicato ELA. Como lo son tantas y tantas personas que han sabido conjugar en sus vidas las m¨¢s diversas afiliaciones, entrecruz¨¢ndolas, impidiendo de esta manera que se vuelvan fronteras o barricadas.
Frente a la talibanizaci¨®n de quienes se empe?an en amontonar sus afiliaciones hasta reducirlas a una sola, la mayor¨ªa de las vascas y de los vascos llevamos a?os degustando la diversidad de nuestras pertenencias. Y no vamos a renunciar a ninguna de ellas.
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