Traves¨ªa zapatista

El acto multitudinario realizado ayer en el Z¨®calo capitalino marca la culminaci¨®n de la movilizaci¨®n zapatista hacia la ciudad de M¨¦xico y el inicio de una nueva lucha c¨ªvica que habr¨¢ de desarrollarse en el Congreso de la Uni¨®n para lograr la inclusi¨®n de los ind¨ªgenas mexicanos, sus derechos y sus especificidades, en el marco constitucional del pa¨ªs.

(...) En ese proceso, la naci¨®n asiste a la oportunidad m¨¢s promisoria que se haya presentado jam¨¢s para saldar su deuda hist¨®rica con los ind¨ªgenas, un oprobio que es y ha sido fuente de inestabilidad, violencia, ilegalidad y marginaci¨®n. La determinaci¨®n de las comunidades chiapanecas ha ganado, en los siete a?os transcurridos desde su alzamiento, una amplia legitimidad y un claro respaldo de los pueblos ind¨ªgenas de otras entidades. A ello ha de agregarse la disposici¨®n del Ejecutivo federal a pugnar por la aprobaci¨®n de la Cocopa de los acuerdos de San Andr¨¦s, as¨ª como la movilizaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas y sociales de la sociedad mestiza en esa misma direcci¨®n.

No debe olvidarse, sin embargo, que los intereses contrarios a ese acto de elemental justicia no se reduc¨ªan a las c¨²pulas tecnocr¨¢ticas que ostentaron el poder p¨²blico durante los ¨²ltimos sexenios pri¨ªstas, sino que persisten en las corporaciones empresariales, en los cacicazgos ancestrales, en el propio legislativo e incluso en el c¨ªrculo del presidente Vicente Fox. Desde esta perspectiva, la traves¨ªa zapatista que culmin¨® ayer en el Z¨®calo no s¨®lo es un parteaguas de la lucha ind¨ªgena, sino tambi¨¦n del dif¨ªcil proceso de democratizaci¨®n nacional.

M¨¦xico DF, 12 de marzo