Cinco estrellas para un Oscar
Javier Bardem se ha metido en una batalla que, seg¨²n reconoce, no es la suya. Es el sue?o de muchos, de casi todos los que comparten su profesi¨®n, pero al parecer no el suyo. La recta final de los oscars ha empezado ya en Los ?ngeles. El lunes se celebr¨® la tradicional comida de los candidatos a todos los premios, en la que Bardem, acompa?ado de su novia, Cristina Pales, almorz¨® junto a sus rivales, Ed Harris, Tom Hanks, Russell Crowe y Geoffrey Rush. Esta reuni¨®n, de car¨¢cter distendido, tiene como objetivo que los candidatos se conozcan y, en la medida de lo posible, se relajen.
Bardem, a pesar de quejarse de 'los flashes', est¨¢ contento, no s¨®lo por los premios que ha conseguido en Venecia o en Nueva York (adem¨¢s de la candidatura al Globo de Oro, al Esp¨ªritu Independiente o al Oscar), sino por lo que eso ha supuesto. 'Estar ah¨ª, con Al Pacino, que viniera a saludarme, sentarme con ¨¦l; con Sean Penn, Nick Nolte, que hayan visto la pel¨ªcula, hablar de mi trabajo, pues, la verdad, eso me gust¨®. Eso ya es el premio de mi vida', confiesa un int¨¦rprete para el que s¨®lo hay un dios, y ¨¦se se llama Pacino.
'Llevo promocionando esta pel¨ªcula desde septiembre y est¨¢ siendo agotador', afirm¨® en Los ?ngeles en una ¨²ltima ronda de entrevistas, de cenas y recepciones con miembros de la Academia para dar a conocer su trabajo. Rosie O'Donnell ha cambiado sus preferencias amorosas y, tras a?os de proclamar su amor plat¨®nico por Tom Cruise, ahora habla de que este nudo en el coraz¨®n se le forma cada vez que ve a Javier Bardem.
Regalos y papeles
Su rostro aparece en anuncios cada vez m¨¢s grandes que proclaman las maravillas de Antes que anochezca, carteles dirigidos sobre todo a los miembros de la Academia, que pueden entrar gratis a las proyecciones. Incluso en Internet, el nombre de Bardem forma parte de la ficticia bolsa de actores, donde el p¨²blico puede comprar y vender acciones de sus int¨¦rpretes preferidos. 'No creo que haya muchos brokers invirtiendo en m¨ª', descarta con incredulidad, aunque cosas m¨¢s raras est¨¢ viendo. 'He recibido dos Cadillac, una casa en Beverly Hills, varios relojes de oro, pero ning¨²n papel. Algo est¨¢ mal aqu¨ª', reconoci¨® durante el banquete que ofreci¨® la Academia a los candidatos al Oscar y del que sali¨® con una camiseta, un certificado, una foto y el est¨®mago lleno. Iba de broma en lo referente a los regalos, pero muy en serio en lo de los papeles, y ¨¦sa es la parte que le interesa de toda esta carrera. Bardem no quiere para nada una limusina -'que no cabe por la calle Echegaray'-, y lo del esmoquin lo tiene solucionado gracias a Giorgio Armani, el ¨²nico dise?ador que confi¨® en ¨¦l desde el principio, prest¨¢ndole todo el vestuario para el Festival de Venecia y con el que piensa repetir en los oscars.
Cuando hoy, mi¨¦rcoles, concluya su ¨²ltimo acto p¨²blico en Los Angeles, Bardem regresar¨¢ a Espa?a para superar el cansancio antes de la recta final hasta el d¨ªa 25.
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