Los bancos de Nicaragua, en estado cr¨ªtico
S¨®lo uno de cada diez nicarag¨¹enses prefiere depositar su dinero antes que guardarlo bajo el colch¨®n. Y puede que en un futuro el porcentaje se reduzca. El p¨¢nico se est¨¢ apoderando de ese 13% que, seg¨²n una encuesta realizada por Cid Gallup a finales de 2000, alguna vez ha solicitado un cr¨¦dito o ha abierto una cuenta: siete entidades bancarias han quebrado en menos de un lustro, cuatro de ellas en apenas seis meses. Los casos de esta epidemia presentan un historial similar y parecidos s¨ªntomas: los directivos y funcionarios de la entidad, ampar¨¢ndose en el sigilo (secreto) bancario, se conceden pr¨¦stamos a s¨ª mismos o a personas cercanas sin las debidas garant¨ªas y por cantidades superiores a las permitidas por la Superintendencia de Bancos (SIB), ¨®rgano rector y supervisor del sistema financiero. Los cr¨¦ditos nunca se pagan, el banco quiebra y todo termina con el rescate por parte del Banco Central o su fusi¨®n con otra entidad y sin que nadie sea condenado por los fraudes.
El ¨²ltimo en caer enfermo fue el Banco Mercantil (Bamer), el primero de capital privado en operar en Nicaragua. Fue intervenido por la SIB el pasado 5 de marzo y posteriormente absorbido por el Banco Centroamericano tras un proceso de licitaci¨®n p¨²blica de urgencia, resuelto en 48 horas. Aunque hasta el momento no se han encontrado indicios de anomal¨ªas, el superintendente Noel Sacasa afirm¨® que "quedan abiertas investigaciones para determinar posibles operaciones fraudulentas". La ya maltrecha situaci¨®n del banco se agrav¨® en los d¨ªas previos a la intervenci¨®n ante una fuga de dep¨®sitos que provoc¨® un "grave problema de iliquidez", en palabras de Sacasa. Los rumores de quiebra llevaron a cientos de ahorrantes a cancelar sus cuentas ante el temor de quedarse sin su dinero, lo que precipit¨® una muerte ya esperada. El Bamer arrastraba p¨¦rdidas de 11,9 millones de c¨®rdobas (922.000 d¨®lares estadounidenses), seg¨²n un informe de la SIB para el per¨ªodo de enero a noviembre de 2000.
El Banco del Caf¨¦ (Bancafe) fue el pen¨²ltimo en desaparecer. El 17 de noviembre, la SIB decret¨® la liquidaci¨®n forzosa de la entidad por el mal manejo de al menos 50 millones de d¨®lares. Entre otras irregularidades, se dieron pr¨¦stamos millonarios a inmobiliarias creadas por los directivos del banco, empresas con un capital social menor que el dinero solicitado y que nunca garantizaron el pago. Otras 16 empresas, relacionadas con los hermanos Sa¨²l, Alvin y Alejandro Centeno, concentraron cr¨¦ditos por 10,5 millones de d¨®lares, un valor tres veces superior a lo permitido para misma unidad de cr¨¦dito. La cartera total de cr¨¦ditos del Bancafe equival¨ªa al 113% de su capital social, cuando el m¨¢ximo permitido es del 30%.
Varios socios minoritarios han entablado un juicio contra seis altos directivos por estafa, fraude y delito contra la buena fe en los negocios. Cuatro de ellos han logrado evadirse de la justicia, pero el ex presidente de la entidad, Francisco Mayorga -que fue presidente del Banco Central principios de los 90-, y Omar Ernesto Gonz¨¢lez, miembro de la junta directiva, han sido detenidos por la Polic¨ªa Nacional y permanecen en prisi¨®n preventiva. La entidad fue absorbida por el Banco de la Producci¨®n tras dos meses de incertidumbre durante los cuales el Estado s¨®lo garantiz¨® la mitad de los dep¨®sitos inferiores a 20.000 c¨®rdobas.
El apellido Centeno tambi¨¦n aparece en la lista de morosos cuyo impago provoc¨® la quiebra del Banco Intercontinental (Interbank), anunciada s¨®lo 100 d¨ªas antes que la del Banco del Caf¨¦. Los tres hermanos recibieron entregas irregulares de prestamos por m¨¢s del 40% capital del banco. Los Centeno fueron procesados por estafa, pero resultaron sobrese¨ªdos definitivamente por falta de pruebas, tras acordar directamente con el presidente Arnoldo Alem¨¢n la forma de devoluci¨®n del dinero.
El Banco de Cr¨¦dito Popular, el ultimo de propiedad estatal que exist¨ªa en Nicaragua, fue declarado en quiebra en diciembre de 2000 y cerr¨® sus ventanillas el pasado 2 de enero. Llevaba 24 meses operando con un capital inferior al exigido debido a que nunca se recuperaron 50 millones de d¨®lares de pr¨¦stamos presuntamente otorgados por criterios pol¨ªticos a miembros del gubernamental Partido Liberal Constitucionalista. El estatal Banco Nacional de Desarrollo perdi¨® su licencia de operaci¨®n en 1997 tras un infructuoso proceso de saneamiento de su cartera valorado en mil millones d¨®lares iniciado en 1992. Entre los morosos, altos cargos del Gobierno presidido por Violeta Barrios de Chamorro. Cierran la lista de v¨ªctimas el Banco del Sur, de capital mayoritariamente guatemalteco, desaparecido a principios de 1999, y el Banco Europeo Centroamericano, de capital italiano, que quebr¨® en 1996.
?Qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo en contagiarse? En las 24 horas posteriores al cierre del Bamer, los depositantes retiraron de las cajas del Banco Nicarag¨¹ense de Industria y Comercio (Banic) 4,8 millones de d¨®lares y 10 millones de c¨®rdobas. Los incesantes rumores sobre el contenido de un informe confidencial del Banco Mundial sobre la filial nicarag¨¹ense de este banco espolearon el miedo de que sea el siguiente en caer, hasta el punto de que la junta directiva hizo desde Panam¨¢ un llamamiento a la calma.
Ahora, el Gobierno, presidido por Arnoldo Alem¨¢n, se apresta a recaudar los 150 millones que adeudan a cuatro bancos cerca de 30.000 productores de caf¨¦. La fecha de vencimiento de los pr¨¦stamos cafetaleros se acerca y el precio del gramo se ha desplomado en los mercados internacionales.
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