De Yalta a la globalizaci¨®n
El fin de la Europa de Yalta nacida con la victoria de la democracia frente al fascismo, arropada por una Am¨¦rica a¨²n enfervorecida por el New Deal del presidente Roosevelt, es el fin de la izquierda del siglo XX. La Europa de las Brigadas Internacionales y de los partisanos, de Gramsci, de la Resistencia francesa, de Sartre, Juliette Greco y el existencialismo; la Europa del compromiso de los intelectuales que luchan por la utop¨ªa y creen en el progreso de la historia, es toda una concepci¨®n del mundo que toca a su fin.
Despu¨¦s del fracaso de la Revoluci¨®n espartaquista de Rosa Luxemburgo en Alemania -en la que Carlos Marx hab¨ªa puesto todas sus esperanzas-, de la derrota de Bela Khun en Hungr¨ªa y de la Rep¨²blica espa?ola en la guerra civil, la Uni¨®n Sovi¨¦tica se hallaba aislada en un mundo hostil. El pacto contra natura con la Alemania de Hitler, en un equivocado intento de supervivencia, que ser¨ªa traicionado por los alemanes al invadir la URSS dos a?os despu¨¦s, colm¨® el vaso de hiel, frustraci¨®n y desamparo de la izquierda. Mas todo ello se olvid¨® por la inmolaci¨®n del pueblo ruso en la II Guerra Mundial y su contribuci¨®n a la victoria contra el nazismo. Con la Uni¨®n Sovi¨¦tica convertida en primera potencia, volv¨ªa a renacer la esperanza que provoc¨® un fuerte poder pol¨ªtico de la izquierda en la Europa de posguerra. Y dio lugar al periodo de mayor crecimiento econ¨®mico compartido en Occidente. La Europa de izquierdas era casi una realidad.
El Estado de bienestar que ahora la derecha pretende desarticular, si no mediatizar, ser¨¢ el logro de esa Europa social forjada con Atlee y Bevan en Gran Breta?a, Willy Brandt en la Rep¨²blica Federal de Alemania, Thorez, Mendes France y Waldek Rochet en Francia, y Togliatti, Longo y Nenni en Italia. Espa?a tendr¨¢ que esperar muchos a?os m¨¢s, hasta la llegada al poder del socialismo de Felipe Gonz¨¢lez, reforzado por la estabilidad que ha dado a la izquierda el sacrificio del PCE de Santiago Carrillo.
Esa Europa en paz durante m¨¢s de cuarenta a?os -el periodo m¨¢s largo de su historia y extra?amente denominado guerra fr¨ªa- gracias al equilibrio de fuerzas entre la URSS y EE UU fenecer¨ªa con la demolici¨®n del muro de Berl¨ªn, que arrastrar¨ªa la desmembraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y as¨ª accede Occidente a esa nueva Arcadia de la derecha, la era de la globalizaci¨®n y la pax americana, de los Bush, los thatcheristas en la Europa anglosajona, y, a orillas del Mediterr¨¢neo, la de Berlusconi y Aznar.
Nunca los ricos lo hab¨ªan sido tanto en la historia de la humanidad como en los ¨²ltimos 20 a?os, ni las desigualdades tan acusadas y flagrantes como en este periodo de globalizaci¨®n apresurada, liberalismo sin cortapisas y capitalismo duro y sin freno. A este respecto Ignacio Ramonet, en un art¨ªculo publicado en este diario, daba estos escandalosos datos: 'Que si en 1960 el 20% de la poblaci¨®n rica ten¨ªa unos recursos 30 veces superiores a los del 20% de los m¨¢s pobres, en 1995 los recursos de los ricos ?eran 82 veces superiores! Que en m¨¢s de 70 pa¨ªses la renta per c¨¢pita era inferior a la de hace 20 a?os... Que a escala planetaria, 3.000 millones de personas -?la mitad de la humanidad!- viv¨ªan con menos de dos d¨®lares diarios. Finalmente, estimaciones recientes de la ONU muestran que las 225 personas de mayor fortuna del planeta poseen un patrimonio equivalente a la renta anual acumulada de 2.500 millones de personas (o sea, ?el 40% de la poblaci¨®n mundial!). Y que la fortuna de las 15 personas m¨¢s ricas es superior al PIB total del conjunto de los pa¨ªses del Africa subsahariana...'.
La derecha, tras la desaparici¨®n de la URSS, campa por sus respetos, bajo la ¨¦gida de una globalizaci¨®n dirigida con mano f¨¦rrea por el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y la OMC y el patrocinio de EE UU. El nuevo presidente americano, un mediocre iletrado y primario, tiene entre sus objetivos acabar con lo que queda del New Deal. La dr¨¢stica reducci¨®n de impuestos en momentos en que la econom¨ªa americana est¨¢ al borde de la recesi¨®n tendr¨¢ graves repercusiones en las prestaciones sociales, ya de por s¨ª magras, y hasta ha sido desaconsejada por un grupo de economistas del partido republicano. La supresi¨®n progresiva en ocho a?os del impuesto sucesorio sobre las grandes fortunas, preconizado por Bush, ha escandalizado hasta al propio estamento social desafectado. En carta a The New York Times, unos 20 multimillonarios entre los que se hallan las mayores fortunas de Am¨¦rica protestaban por esta decisi¨®n presidencial argumentando que es contraria al dinero que se perpet¨²a, y genera un d¨¦ficit en el presupuesto dif¨ªcil de paliar, absurdo e innecesario. El dinero, suscrib¨ªan, tiene que ser joven y cambiar de manos a cada generaci¨®n. En ello estriba, en gran parte, la fortaleza de Am¨¦rica.
Estas medidas de liberalizaci¨®n econ¨®mica a ultranza en EE UU van, como siempre, acompa?adas de las reaccionarias restricciones al aborto, inflexibilidad ante la pena de muerte, ayudas del Estado a las iglesias cristianas y a la escuela privada en detrimento de la p¨²blica, imposici¨®n de s¨ªmbolos cristianos y obligatoriedad de la oraci¨®n en los centros de ense?anza. La derecha espa?ola sigue el diktat de esa globalizaci¨®n bendecida por el capitalismo americano. Mas ciertas reminiscencias franquistas del Gobierno originan actuaciones intervencionistas que merman su credibilidad en la Uni¨®n Europea. V¨¦ase el mal uso que el partido del Gobierno ha hecho al otorgar multimillonarias ayudas a las compa?¨ªas el¨¦ctricas; al privatizar las grandes empresas p¨²blicas, colocando a personas afines en los ¨®rganos directivos: Telef¨®nica, Endesa, Repsol y hasta el BBVA; al utilizar la conocida acci¨®n de oro del Gobierno para bloquear la libertad de gesti¨®n de las empresas ya privatizadas.
El PP, por prepotencia, ha perdido los papeles. El tiempo del consenso, la etiqueta centrista y la moderaci¨®n han terminado. Resurge la derechona que aplica una pol¨ªtica de rodillo en la promulgaci¨®n de la Ley de Extranjer¨ªa, que acosa al poder judicial en la readmisi¨®n del juez Lia?o y en la negativa a pagar los atrasos de los funcionarios p¨²blicos. Tambi¨¦n ha perdido la verg¨¹enza. Pasados ya los 25 a?os de la muerte del dictador, los populares condecoran al verdugo de la dictadura en el Pa¨ªs Vasco, Melit¨®n Manzanas. Abusan de su mayor¨ªa parlamentaria y se oponen en solitario a condenar la sublevaci¨®n fascista del 18 de julio de 1936.
La estrategia pol¨ªtica del PP con los medios de comunicaci¨®n ha tenido resultados harto satisfactorios para el Gobierno. En prensa escrita, que no se puedan calificar de derechas o afines al gobierno, s¨®lo quedan EL PA?S y El Peri¨®dico,de momento; en la radio el poder est¨¢ m¨¢s equilibrado, aunque la balanza se inclina a la derecha; la televisi¨®n digital, el futuro medi¨¢tico, dirigidos por Abc y El Mundo. Sin comentarios. Los canales privados de televisi¨®n: Antena 3, no se sabe si es m¨¢s de derechas o del Gobierno, en todo caso, cumple para el PP holgadamente su funci¨®n. Tele 5 quiere ser m¨¢s neutral, pero en los informativos se ve de qu¨¦ pie cojea. Canal+ tiene por ahora poca incidencia, y Televisi¨®n Espa?ola es la televisi¨®n del r¨¦gimen. Para muestra, los telediarios y los ¨²ltimos programas de Negro sobre blanco en La 2, dedicados a P. J. Ram¨ªrez, Federico J. Losantos y el realizado con el sugerente t¨ªtulo de Un lector en La Moncloa, a mayor gloria del mism¨ªsimo Aznar. Despu¨¦s de lo expuesto, el se?or presidente del Gobierno se puede retirar tranquilo como viene anunciando. Esta vez s¨ª est¨¢ todo atado y bien atado.
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