El Alav¨¦s olvida su jerarqu¨ªa
La Real Sociedad estuvo cerca de imponerse a un rival sin nervio
El equipo que sorprende en Europa, etiquetado ahora como 'mejor equipo vasco', no supo asumir en Anoeta su nueva jerarqu¨ªa. El asombroso Alav¨¦s s¨®lo se entretuvo diez minutos en explicar a su rival el porqu¨¦ de su nueva dimensi¨®n, ejercicio suficiente para empatar un encuentro que le trajo sin cuidado. La Real, fiel a su condici¨®n de equipo inferior, ofreci¨® en cambio lo mejor de su breve repertorio, esto es pundonor y cierta valent¨ªa. L¨®gicamente, de f¨²tbol se discuti¨® bien poco.
El Alav¨¦s reclamaba un encuentro c¨®modo y ajustado a la rutina que m¨¢s agradece: contenci¨®n y contragolpe. Esperaban los de Man¨¦ una Real desesperada -lo est¨¢- y muchos huecos por donde hurgar en las miserias del rival. Pero los donostiarras arrancaron el encuentro m¨¢s bien impresionados por la nueva dimensi¨®n de un vecino hasta hace bien poco menos poderoso. El temor de unos y la apat¨ªa del resto bloque¨® la cita en el centro del campo: todos parec¨ªan dispuestos al cuerpo a cuerpo; ninguno quiso resolverse a pensar. Con todo, la Real quer¨ªa m¨¢s el bal¨®n y lo manoseaba cada vez con m¨¢s entusiasmo aunque con desigual fortuna. Los donostiarras tuvieron que prescindir del carril derecho, donde Fuentes no dispone de permiso de circulaci¨®n. A cambio, entregaron demasiadas responsabilidades al desigual Rekarte, cuyos centros son pura anarqu¨ªa. Total, nada. El Alav¨¦s se defend¨ªa con tanto oficio como desgana y s¨®lo empez¨® a preocuparse cunado comprob¨® que, ayer s¨ª, De Pedro estaba en el partido. El zurdo quiso echarse a su equipo a la espalda, corri¨® como nunca, se multiplic¨® y eclips¨® al doble pivote (Alonso, Luis Alberto) de su equipo, pero su esfuerzo apenas alter¨® el signo gimn¨¢stico del choque.
Precisamente, el tanto local lleg¨® tras una exhibici¨®n de ri?ones y suspensi¨®n: Idiakez hizo un c¨®rner de un saque de banda y De Paula aprovech¨® el gesto para elevarse y cabecear a la red un bal¨®n de apariencia imposible. El descanso y un balonazo al larguero de Iker sacudieron a un Alav¨¦s aparentemente ajeno a cualquier sobresalto. S¨®lo entonces el grupo de Man¨¦ se record¨® a s¨ª mismo, se enganch¨® al bal¨®n y empez¨® a moverlo demasiado r¨¢pido para el rival. Tanto que fabricaron cuatro ocasiones en cinco minutos, hasta que empataron. Toshack coloc¨® un defensa m¨¢s y su sencillo gesto sirvi¨® para contener el chaparr¨®n. El Alav¨¦s volvi¨® a arrugarse y no hall¨® ni en su banquillo ni sobre el c¨¦sped atajos para esquivar la estrategia b¨¢sica de Toshack.
El Alav¨¦s certific¨® la sospecha de que Europa atonta y la Real Sociedad confirm¨® lo sabido: le falta demasiado f¨²tbol para superar incluso a vecinos aletargados.
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