Mire, mire.Ah¨ª est¨¢
Es como una moda decir que no hay izquierda, o que ha muerto; algunos insisten en que no hace falta, y en que tampoco hay derecha, y es todo un centro como un gran lodazal, como aquellas arenas de las novelas de mi infancia que se tragaban vivos jinetes y cabalgaduras. Sin embargo, si se asoma uno un poco ve pasar la izquierda. Las dos cabezas de manifestaci¨®n que el domingo se unieron en Madrid son la izquierda que defiende a los inmigrantes perseguidos por la derecha. Los encerrados en Barcelona, en Murcia, o en donde sea, son la izquierda. Los sindicatos que discuten una huelga general contra la ley de trabajo est¨¢n en una posici¨®n de izquierdas. Zapatero, aceptando a rega?adientes elevar al Constitucional sus protestas, aunque s¨®lo sea por unos art¨ªculos, contra la ley de inmigraci¨®n (falsamente llamada de Extranjer¨ªa), est¨¢ aceptando una posici¨®n de izquierda.
No voy a caer en la ingenuidad de decir que el partido socialista es una izquierda, pero su diferencia con la derecha es abismal. Como en Par¨ªs: la alcald¨ªa la ha ganado lo que llaman izquierda -que es m¨¢s avanzada que aqu¨ª, porque socialistas y comunistas colaboran-, y la importancia se le suele dar a que es la primera vez en un siglo que Par¨ªs no est¨¢ gobernado por la derecha, pero me parece m¨¢s importante el hecho de que el nuevo alcalde sea un homosexual que ha salido del armario, y sin embargo ha sido votado. No tengo por qu¨¦ pensar que la homosexualidad sea un factor de izquierdas: pero la derecha est¨¢ en contra de las parejas de hecho, y la Iglesia, su aliada eterna, de la pr¨¢ctica. El votante de izquierda est¨¢ a favor de esa y de otras libertades.
?ltimamente la izquierda pol¨ªtica, profesional, o los partidos que adoptan ese nombre, tiene una tendencia al moralismo y la Virtud, y al orden establecido. Son gentes que todav¨ªa creen en la Verdad y la palabra progresista la han devaluado, quiz¨¢ por una confusi¨®n entre progresismo y tecnolog¨ªa, cuando el progresismo tiene el sentido de descascarillar estas cuestiones de la vieja moral. Para encontrar a la izquierda basta con asomarse y mirar: ah¨ª, ah¨ª est¨¢. Lo que puede pasar es que a algunos no les guste que sea un poco fea, m¨¢s bien pobre, equ¨ªvoca. Ya no es la gauche divine: es la izquierda maldita.
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