Raymond Carr coordina un libro que rebate la idea del 'alma permanente' de Espa?a
El profesor brit¨¢nico presenta la edici¨®n de una s¨ªntesis de 2.000 a?os de historia espa?ola
'La historia de Espa?a no se puede explicar como si fuera un ente aut¨®nomo, como si estuviera marcada por un alma o una esencia que recorre infalible el tiempo y el espacio. Lo que me ense?¨® mi maestro, Vicens Vives, es que la Historia de Espa?a, por muy excepcional que a veces nos parezca, se puede estudiar con los mismos m¨¦todos que un historiador emplea para analizar cualquier pa¨ªs moderno'.
Eso dijo Raymond Carr poco antes de entrar a la presentaci¨®n del libro, un acto que dirigi¨® Juan Pablo Fusi y al que finalmente no asisti¨® el todav¨ªa director de la Biblioteca Nacional y pr¨®ximo director del Instituto Cervantes, Jon Juaristi, cuya asistencia estaba anunciada. Juaristi, que acababa de llegar de Washington, present¨® a la misma hora en el Club Siglo XXI una conferencia del secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca.
'Cap¨ªtulos excelentes'
El historiador brit¨¢nico estaba contento, de todos modos, porque, en su opini¨®n, el libro aporta 'cap¨ªtulos excelentes', dentro de un esquema de trabajo que intenta 'unir un estilo narrativo con el repaso a los aspectos culturales, sociales y econ¨®micos'.
Una tarea muy dif¨ªcil, seg¨²n Carr, 'sobre todo por la reciente explosi¨®n de los estudios de investigadores especialistas, por ejemplo, los de los economistas de la Historia del XIX, las nuevas visiones sobre la historia pol¨ªtica de la Restauraci¨®n o la gran avalancha de monograf¨ªas sobre las historias regionales del pa¨ªs'.
El gui?o de Carr a la todav¨ªa caliente pol¨¦mica desatada por la fragmentaci¨®n y enanizaci¨®n de la ense?anza de la Historia en las diversas autonom¨ªas espa?olas no excluye que el libro, que trata de contar la gran historia, se detenga tambi¨¦n en las peque?as historias de estos 2.000 a?os.
Carr cree que, en ese sentido, el volumen desvela algunas claves sobre la 'gran importancia del papel que han jugado los artistas a lo largo del tiempo, especialmente la influencia que tuvieron en el periodo barroco', o sobre el influjo que determinados personajes ejercieron en el curso de los hechos, 'desde Franco o C¨¢novas a las figuras de reyes como Carlos V y, especialmente, Felipe II, a cuyas dificultades econ¨®micas se dedica un espl¨¦ndido cap¨ªtulo'.
Los autores que desarrollan los nueve acercamientos a los distintos periodos son A.T. Fear (Espa?a prehist¨®rica y romana), Roger Collins (Espa?a visig¨®tica, 409-711), Richard Fletcher (La Alta Edad Media, 700-1250), Angus Mackay (La Baja Edad Media, 1250-1500), Felipe Fern¨¢ndez-Armesto (El imperio improbable); Henry Kamen (Vicisitudes de una potencia mundial, 1500-1700), Richard Herr (Flujo y reflujo, 1700-1833), Raymond Carr (Liberalismo y reacci¨®n, 1833-1931) y Sebastian Balfour (Espa?a, desde 1931 hasta hoy).
Una aportaci¨®n original de esta Historia de Espa?a divulgativa y did¨¢ctica, que se cierra con tres ap¨¦ndices (una bibliograf¨ªa fundamental, una cronolog¨ªa y un ¨ªndice onom¨¢stico), es, para el autor de Espa?a 1808-1975, 'la revelaci¨®n del misticismo como caracter¨ªstica principal de la sensibilidad religiosa espa?ola'.
Metidos en ese crucial asunto, Carr no cree que el libro d¨¦ una visi¨®n optimista del pa¨ªs. 'Aunque el ¨²ltimo cap¨ªtulo es como una novela con happy end, pues concluye con un pa¨ªs moderno, parecido a cualquiera de su entorno, no se ocultan los problemas cardinales, como el asunto vasco, un problema tan serio que yo no le veo ninguna soluci¨®n'.
'No s¨¦ qu¨¦ va a pasar si los peneuvistas pierden el control de la vida pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco', concluye Carr.
'Una visi¨®n serena y sin t¨®picos'
Juan Pablo Fusi, que present¨® ayer el libro junto a Raymond Carr, considera que los historiadores espa?oles est¨¢n en deuda con la historiograf¨ªa anglosajona, que ha logrado, como en este volumen colectivo, 'dar una visi¨®n de Espa?a serena y despojada de t¨®picos, mitos y leyendas, interpretaciones abusivas y extrapolaciones ideol¨®gicas'. Seg¨²n Fusi, las caracter¨ªsticas de ese modo de contar son 'el empirismo, la narrativa, la precisi¨®n, la inteligencia, el uso ponderad¨ªsimo de la evidencia y el distanciamiento cr¨ªtico sobre los debates m¨¢s traum¨¢ticamente hisp¨¢nicos: el drama y el naufragio de la naci¨®n y el catolicismo'. Adem¨¢s, Fusi cree que el libro de Pen¨ªnsula da 'una visi¨®n de una Espa?a diversa, no excepcional pero s¨ª espec¨ªfica, sin un destino singular sino hecho de rupturas, discontinuidades y m¨²ltiples posibilidades'. Y, sobre todo, ayuda a rectificar algunos clich¨¦s. Sobre la Edad Media, el volumen sostiene que coexisti¨® una sociedad ib¨¦rica de la diversidad con una tolerancia limitada. Que 'el pa¨ªs estaba menos aislado de lo que se ha dicho y que hab¨ªa escasa penetraci¨®n de unas culturas en otras'. En cuanto al Imperio, queda definido como 'accidental y fr¨¢gil'. Y el propio Carr, en su an¨¢lisis sobre el liberalismo, afirma que 'su debilidad deriv¨® de que la esencia del pa¨ªs era fundamentalmente rural y analfabeta'. La ¨²ltima parte, de 1931 hasta ahora, se trata de una manera, dice Fusi, 'correcta, y tal vez un poco as¨¦ptica, pero muy asumible'.
Babelia
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