La ilusi¨®n viaja en tranv¨ªa
Cuenta la historiadora Federica Castaldo que durante las dos d¨¦cadas anteriores al estreno de La colomba ferita, en 1670, N¨¢poles 'se hab¨ªa convertido en un centro de ferviente producci¨®n musical y dram¨¢tica, entre otras cosas gracias al di¨¢logo que hab¨ªa establecido con otras ciudades como Venecia, Roma y Florencia, mediante las compa?¨ªas de cantantes-actores itinerantes'. Lo primero que se desprende en un espect¨¢culo como el que estos d¨ªas ocupa el Teatro de la Zarzuela es la reinvenci¨®n del concepto de compa?¨ªa itinerante por parte de la Cappella de Turchini. Ello se traduce en la extraordinaria compenetraci¨®n de los elementos musicales y teatrales puestos en juego para producir la impresi¨®n de un teatro musical verdadero.
La colomba ferita
De Francesco Provenzale. Con Gabriella Sborgi, Roberta Invernizzi, Emanuela Galli, Daniela del Monaco, Roberta Andal¨°, Francesca Russo, Giuseppe Naviglio, Giuseppe de Vittorio, Rosario Totaro, Stefano di Fraia, Francesco Toma. Cappella della Piet¨¢ de' Turchini. Direcci¨®n musical: Antonio Florio. Direcci¨®n de escena: Davide Livermore. Producci¨®n del teatro San Carlo de N¨¢poles (1999). Teatro de La Zarzuela, Madrid, 21 de marzo.
La Cappella de Turchini utiliza la f¨®rmula musicolog¨ªa m¨¢s teatro, como raz¨®n primera de su existencia. El espect¨¢culo es as¨ª la ¨²ltima fase de un proceso de investigaci¨®n y estudio. As¨ª funcionan los Turchini, con ese aire de familia bien avenida, con ese esp¨ªritu de teatro dependiente y vocacional que ahora provoca cierta nostalgia, con esa actitud de sencillez que define en muchas ocasiones el arte sincero. Por ello, un grupo como los Turchini es una cosa rara y viene a significar algo as¨ª como un refugio del conformismo artesanal o una isla de resistencia frente a la cultura global. La ilusi¨®n, en los Turchini, viaja en tranv¨ªa, los grandes aeropuertos no son imprescindibles en su particular utop¨ªa.
Antonio Florio, el alma del grupo, es un personaje que inspira ternura. Dirige con una extra?a fuerza interior, matiza escrupulosamente cada pasaje, acent¨²a y dosifica cada efecto musical con equilibrio. Los instrumentistas as¨ª lo entienden y brindan una ejecuci¨®n admirable.
Enamora la contralto Daniela del M¨®naco, emociona Gabriella Sborgi por su manera de compartir los sentimientos, despierta admiraci¨®n Roberta Invernizzi, mueven a la sonrisa Giuseppe de Vittorio y Giuseppe Naviglio. La direcci¨®n esc¨¦nica introduce elementos de hoy para hacer m¨¢s pr¨®xima esta comedia de santos. Los obreros, los andamios, las turistas, la ropa tendida, los sonidos de la calle, dan una dimensi¨®n m¨¢s cotidiana a la historia. El perfil de estampita de Cristo o de la Virgen potencia el imaginario hagiogr¨¢fico. Roza la irreverencia sin caer en ella e introduce unas gotas de humor. Lo importante, no obstante, viene de la m¨²sica y del canto. Florio redescubre as¨ª la ¨®pera y lo que tiene de belleza antigua y cercana.
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