Caminos de madera
Sendas usadas anta?o por le?adores y gabarreros recorren toda la ladera oriental de este valle de Cercedilla
Como escarpias se nos ponen los pelos cuando o¨ªmos a los viejos le?adores de Cercedilla contar c¨®mo sub¨ªan hace 50 a?os con su cuadrilla por el valle de la Fuenfr¨ªa en pleno invierno, turn¨¢ndose en cabeza para hacer huella -entonces nevaba a capazos-, y una vez llegados a la corta, desenterraban de la nieve su hacha de cuatro kilos y le daban sin parar durante ocho horas. Sub¨ªan el lunes y bajaban el s¨¢bado, y all¨¢ que se estaban sin m¨¢s resguardo que un chozo, cortando, desramando y pelando dos o tres pinos diarios por barba -cuatro en el mejor de los casos- para sacar 12 o 16 pesetas por ¨¢rbol, dependiendo de si les contrataban con o sin seguro.
Desde octubre hasta marzo, los 10 o 12 le?adores que compon¨ªan cada cuadrilla faenaban formando parejas equilibradas: el zurdo con el diestro, el ma?oso con el biso?o, y as¨ª. Ello disminu¨ªa el riesgo de accidentes, pero no del todo. 'Un d¨ªa, no m¨¢s volver de la mili, sub¨ª a las ocho al monte y a las doce ya estaba en la casa de socorro con un buen corte', recuerda Miguel Mart¨ªn, que tambi¨¦n evoca lances como el del compa?ero que salv¨® la vida al protegerse tras una roca de un pino que rod¨® ladera abajo; o el de aquel que qued¨® atrapado bajo un tronco y s¨®lo entre Mart¨ªn y otro hombre se bastaron para alzar el palo a pulso y sacarlo de all¨ª.
El resto del a?o, hasta que el Ayuntamiento volv¨ªa a subastar los pinos y los maderistas a ajustarse con las cuadrillas, Mart¨ªn y compa?¨ªa trabajaban de gabarreros: esto es, haciendo le?a de los ¨¢rboles ca¨ªdos y baj¨¢ndola en caballer¨ªas al pueblo. Era toda una vida dedicada a la madera. En realidad, toda una historia, pues ya en 1568, durante la obra de El Escorial, un ayudante de Pedro del Hoyo, secretario de Felipe II, le dec¨ªa a aqu¨¦l en una misiva: 'Los de ?erezedilla se han con?ertado de traer de Valsabin mill y trezientas vigas a siete Reales cada una, con otra condi?ion que las han de tener baxadas del puerto... antes de que estorbe la nieve'.
Para recorrer algunas de las antiguas sendas de los le?adores y gabarreros, tomaremos como punto de partida el aparcamiento que hay justo enfrente del restaurante Casa Cirilo, en pleno valle de la Fuenfr¨ªa, casi al final de la carretera de las Dehesas. Por esa misma carretera descenderemos a pie unos 300 metros para, nada m¨¢s rebasar la residencia Lucas Oloz¨¢bal, salirnos a la izquierda siguiendo una vereda marcada con c¨ªrculos de pintura amarilla que pasa por delante de la fuente del Tercer Ret¨¦n, cruza el r¨ªo de la Venta por una pasadera de madera y asciende -tan suavemente, que a ratos se nos antojar¨¢ llana- por la ladera oriental del valle.
Se trata de la vereda del ?ngel. Qui¨¦n fue este ?ngel -si una criatura celestial o un cetrino hachero parrao-, lo ignoramos. El caso es que en tres cuartos de hora nos conducir¨¢ por el pinar hasta un verde collado conocido como raso de Pedro Morales. Aqu¨ª viraremos a la izquierda, rastreando las marcas amarillas, para subir en otro tanto por una empinada senda de gabarreros que lleva al mirador de Luis Rosales y, poco m¨¢s adelante, al de Vicente Aleixandre. De estos po¨¦ticos y archifamosos observatorios s¨®lo diremos que, vistas m¨¢s completas de la sierra, s¨®lo las hay desde los aviones que hacen el trayecto Madrid-Santiago de Compostela.
Justo por detr¨¢s del mirador m¨¢s alto pasa la llamada carretera de la Rep¨²blica, una ancha pista de tierra que seguiremos en sentido descendente para desviarnos cinco minutos despu¨¦s a la izquierda por la vereda Alta, que est¨¢ bien se?alizada con un letrero y c¨ªrculos naranja. Sin perder de vista ¨¦stos, pronto enlazaremos con la zigzagueante vereda de los Encuentros, la cual nos har¨¢ salir de nuevo junto a la fuente del Tercer Ret¨¦n y el punto de partida. Anta?o, cuando terminaban la faena, los le?adores lo festejaban merendando en casa del t¨ªo Cervecero. Bien estar¨¢, por tanto, que nosotros rematemos la nuestra con un cochinillo en Casa Cirilo.
Asados en horno de le?a
- D¨®nde. Cercedilla dista 57 kil¨®metros de la capital yendo por la carretera de A Coru?a (A-6) y la antigua N-VI hasta Guadarrama, para desviarse a la salida de este pueblo a la derecha por la M-622. Hay trenes de cercan¨ªas-Renfe (Tel. 902 24 02 02). Unos metros m¨¢s arriba de la estaci¨®n nace la carretera de las Dehesas (M-966), que en poco m¨¢s de tres kil¨®metros lleva hasta el aparcamiento del restaurante Casa Cirilo, punto de partida de esta excursi¨®n. - Cu¨¢ndo. Paseo circular de ocho kil¨®metros y tres horas de duraci¨®n, con un desnivel acumulado de 310 metros -Casa Cirilo, 1.360 metros; mirador de Vicente Aleixandre, 1.670- y una dificultad baja. Es ideal para iniciarse en el senderismo -basta seguir los c¨ªrculos amarillos y luego naranjas- en cualquier ¨¦poca del a?o. - Qui¨¦n. El centro de informaci¨®n Valle de la Fuenfr¨ªa (carretera de las Dehesas, km. 2; Tel. 91 852 22 13) dispone de personal y material adecuado -planos, croquis, folletos...- para ayudarnos a realizar ¨¦ste y otros itinerarios por la zona. M¨¢s datos sobre Cercedilla y su entorno, en la p¨¢gina web: www.pueblos-net.com/cercedilla. - Y qu¨¦ m¨¢s. Para reservar en Casa Cirilo y encargar un cochinillo o un cordero asados en horno de le?a, llamar al Tel. 91 852 02 41.
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