'Los macedonios son los terroristas'

El entierro de Razim Koraci, de 60 a?os, y de su hijo Ramadan, de 37 a?os, que murieron el jueves tras los disparos de la polic¨ªa macedonia, se celebr¨® ayer en Tetovo sin incidentes ni manifestaciones pol¨ªticas, en un marco s¨®lo religioso. Los 400 albaneses asistentes a la ceremonia se niegan a admitir que los dos albaneses muertos llevasen granadas de mano. Se aferran a la versi¨®n, lanzada por un dirigente del gubernamental Partido Democr¨¢tico de los Albaneses (DPA), de que Ramadan Koraci s¨®lo lanz¨® contra los polic¨ªas un tel¨¦fono m¨®vil.

El entierro de ayer en Tetovo de los dos albaneses muertos por los disparos de la polic¨ªa constituye una piedra de toque para valorar el estado an¨ªmico de la poblaci¨®n albanesa en Macedonia. Una conversaci¨®n entre tres asistentes al entierro, dos j¨®venes de unos 20 a?os y un hombre de unos 40, revela de forma palpable que el nivel de movilizaci¨®n de los albaneses de Macedonia se encuentra hoy por hoy muy por debajo del de sus compatriotas de Kosovo, cuando en 1998 ya hab¨ªa empezado a actuar contra los serbios la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK). Los dos f¨¦retros de color verde, cubiertos con pa?os del mismo color con vers¨ªculos del Cor¨¢n, se pasaban de mano en mano, por encima de las cabezas, para llevarlos hacia la tumba. Los dos j¨®venes albaneses iniciaron una breve conversaci¨®n. Un joven dijo al otro: 'Venga, saca la bandera para tapar los ata¨²des'. Se refer¨ªa a una bandera albanesa que llevaba escondida bajo la chaqueta. Se meti¨® por medio el hombre mayor y les reprendi¨®: 'Dejad eso. No queremos empezar aqu¨ª un l¨ªo'. Un joven repondi¨®: 'Bueno, si t¨² lo dices'.

Los familiares de los muertos no se prestaron a la menor declaraci¨®n pol¨ªtica y quisieron que todo se mantuviese en el ¨¢mbito religioso y privado. Las mujeres de la familia esperaban hacinadas en tres coches a que los imames encargados de lavar los cad¨¢veres concluyesen el ritual. Cuando los religiosos terminaron su trabajo, las mujeres entraron en el recinto y cosieron la mortaja en que iban envueltos los cuerpos. Despu¨¦s, las mujeres se retiraron y los imames iniciaron con invocaciones a Al¨¢ los rezos que preceden al entierro.

Los vecinos de los muertos niegan de forma categ¨®rica que llevasen granadas de mano. Esto parece deducirse del examen de las im¨¢genes grabadas por las c¨¢maras de televisi¨®n. Abas Berzati, un metal¨²rgico de 52 a?os, que fue emigrante en Suiza, asegura: 'Los conoc¨ªa y le puedo decir a un 100%, a un 1.000%, ?no, no y no! Estoy seguro de que no llevaban granadas y que lanzaron un tel¨¦fono m¨®vil'. Berzati hace tres d¨ªas que huy¨® de Drenovac, un barrio de las afueras de Tetovo, con su mujer y sus cinco hijos, por miedo a los ataques de la polic¨ªa. Un cu?ado de Ramadan, el m¨¢s joven de los muertos, comerciante de 27 a?os, que no quiso dar su nombre, declar¨® a este peri¨®dico: 'Desde 1960 estamos acostumbrados a esto: torturas y malos tratos. Los macedonios son los terroristas'. Como si los hechos quisiesen darle la raz¨®n, en ese momento se escucharon varios impactos de artiller¨ªa en la colina que domina Tetovo. Niega el joven que los muertos llevasen granadas: 'Para hacer su mierda ellos pueden decir lo que quieran. Las pel¨ªculas muestran que era un tel¨¦fono m¨®vil. Al¨¢ los castigar¨¢. Se puede uno escapar de todo, pero no de Al¨¢ que es grande'.

A duras penas se pudo reconstruir el entorno familiar de los muertos. El silencio de los parientes y la presencia de docenas de periodistas extranjeros dio rienda suelta a la fantas¨ªa y toda clase de rumores. Algunos aseguraban que el joven muerto era padre de 11 hijos. Koraci hab¨ªa trabajado como ch¨®fer en una empresa de transporte y ahora se dedicaba a ganarse alg¨²n dinero como taxista en el veh¨ªculo que detuvieron los polic¨ªas cuando encontraron la muerte. Koraci ten¨ªa cinco hijas y cuatro hijos. Varios de ellos residen en el extranjero. Casi cada familia albanesa tiene alg¨²n pariente en la di¨¢spora, emigrantes legales o ilegales, sobre todo en Alemania, Suiza y Austria.