Un consejo, se?or
Sucede con algunas instancias creadas en los ochenta que uno se entera de su val¨ªa cuando estos se?oritos mandones se las ponen entre ceja y ceja. Es el caso del Consejo Social con el que cada universidad se dota para acercar la vieja instituci¨®n a la sociedad cambiante. El principio democr¨¢tico subyacente es incuestionable, pero ?qu¨¦ han hecho en tal sentido los consejos sociales? Poco m¨¢s que congresos y jornadas de autoafirmaci¨®n ha trascendido de ellos. Como mucho nos enter¨¢bamos, llegado el caso, de que su presidencia se la trajinaban entre personas de confianza del Honorable y agraciados con premio de consolaci¨®n por abandono de cargo. Parece que no es suficiente y para los nuevos consejos se propone una mayor presencia de miembros designados desde la Generalitat. S¨®lo falta que les responsabilicen de controlar la endogamia universitaria.
Sorprende que, pese a los desmanes anunciados contra esta instancia de participaci¨®n social en la universidad, se observa escasa movilizaci¨®n en su defensa. En expresi¨®n al uso, se dir¨ªa que el 'mercado universitario' ya ha descontado el valor de los consejos, por eso importa poco lo que el PP pueda hacer con ellos. Supongo que es m¨¢s entretenido el espect¨¢culo que ofrecen los actuales presidentes dando la raz¨®n al proyecto de reforma, mientras que los rectores, salvo el de siempre, se oponen con razones de fondo. A nadie se le escapa que en nombre de la autonom¨ªa universitaria se han cometido desmanes dignos de escarnio, pero en su imperfecci¨®n est¨¢ la virtud. Por ello no les faltan motivos de preocupaci¨®n a los rectores al saber que habr¨¢n de compartir sus responsabilidades con consejeros delegados. En cuyo caso me permito aportar una idea: ante todo transparencia, que se les cambie el nombre y en vez de consejos sociales se les llame directamente consejos de administraci¨®n.
As¨ª se acabar¨ªa con las discrepancias entre rectores, presidentes de consejos y Administraci¨®n. Circunstancia que har¨ªa innecesaria la aplicaci¨®n de la m¨¢xima del libro de estilo del PP, seg¨²n la cual a quien se opone se le depone y para ello s¨®lo hay que practicar el 'entrismo' en las instituciones. La verdad, a cada cual lo suyo, se lo est¨¢n haciendo tan bien que ya casi no queda t¨ªtere con cabeza democr¨¢tica en el sector p¨²blico de la educaci¨®n. En fin, con independencia de si la breve historia de los consejos se merece o no este final, lo preocupante es que se trata de otra intentona m¨¢s, de car¨¢cter pol¨ªtico, para 'tocar' a la universidad sin solucionar nada. Pues si su prop¨®sito fuera 'en positivo', mira que hay asuntos pendientes por resolver y sobre los que los rectores estar¨ªan dispuestos a negociar bajo las coordenadas democr¨¢ticas. Pero el problema no es pol¨ªtico sino psicol¨®gico pues, bajo el s¨ªndrome de la mayor¨ªa absoluta, quieren zamparse al padre que les da de comer.
?NGEL SAN MART?N ?ngel San Mart¨ªn es profesor de la Universidad de Valencia
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