Bofet¨®n a Haider
La ultraderecha que representa J?rg Haider en Austria ha recibido un rapapolvo en las municipales de Viena, al mismo tiempo que sus hom¨®logos alemanes, los Republicanos, en las elecciones regionales de Baden-Wurtemberg. Esta ultraderecha xen¨®foba podr¨ªa estar en retirada. Pero estas buenas noticias no pueden ocultar que, pese a la derrota, el Partido Liberal de Haider, que bajo este nombre respetable esconde una ideolog¨ªa extremista, sigue siendo el segundo grupo m¨¢s votado en la macrocef¨¢lica capital de Austria.
El haiderismo parece en retirada respecto a las municipales de cinco a?os atr¨¢s y las generales de 1999, en las que logr¨® un 28% de los votos que le dieron entrada en el Gobierno de la mano de los democristianos de Wolfgang Schl¨¹ssel. Esto provoc¨® una poco efectiva y breve cuarentena diplom¨¢tica contra Austria por parte de los dem¨¢s miembros de la UE. Pero es posible que las sanciones diplom¨¢ticas hayan tenido alg¨²n efecto en estas elecciones municipales, en cuya campa?a se involucr¨® muy directamente Haider y en la que no faltaron soflamas antisemitas y comentarios burlescos contra el presidente de la comunidad jud¨ªa en Viena. Desde las ¨²ltimas municipales, esta ultraderecha ha perdido casi un tercio de sus votos. Con Haider a la baja y los democristianos estancados, las urnas han dado un serio varapalo al Gobierno austriaco, al tiempo que brindaban la mayor¨ªa absoluta en el Ayuntamiento de Viena a unos socialdem¨®cratas renovados en la oposici¨®n, tras sus largos a?os en el poder, y permit¨ªan mejorar a los Verdes.
En Alemania se han celebrado elecciones en los l?nder de Renania-Palatinado (con una victoria socialdem¨®crata) y en Baden-Wurtemberg (con un triunfo democristiano), que en terminos gubernamentales dejan las cosas como estaban, aunque los Verdes han retrocedido en ambos casos. En este ¨²ltimo Estado, la ultraderecha ha perdido tanto (del 9,1% al 4,3%) que no llega a superar la barrera de los cinco puntos y se queda fuera del Parlamento regional, lo que indica que una pol¨ªtica de acoso a la extrema derecha y a sus actos puede acabar dando resultados positivos.
Pero el esp¨ªritu de la ultraderecha xen¨®foba subsiste en Europa. A pesar de la divisi¨®n del Frente Nacional, ha logrado unos resultados nada desde?ables en diversos ayuntamientos de Francia, como la victoria de Catherine M¨¦gret en Vitrolle o unos resultados por encima del 20% en diversos barrios de Marsella, con un discurso centrado en una gesti¨®n que beneficie a los franceses frente a los extranjeros y que adquiri¨® un tono abiertamente xen¨®fobo en lo tocante a la inmigraci¨®n ¨¢rabe.
Estos ideales nacionalistas y xen¨®fobos pueden recibir un bal¨®n de ox¨ªgeno en las elecciones italianas del pr¨®ximo 13 de mayo. En la coalici¨®n denominada Casa de las Libertades -de nuevo, los nombres honorables como disfraz- conviven, junto a Forza Italia de Silvio Berlusconi, las candidaturas de la Alianza Nacional de Gianfranco Fini (neofascistas ligeramente reconvertidos) y las de la Liga Norte de Umberto Bossi, cuyos respectivos discursos guardan no pocas semejanzas con el del Partido Liberal de Haider.
Partidos de este tipo los hay en diversos pa¨ªses europeos. No por ello puede decirse que haya un movimiento de extrema derecha que recorra transversalmente Europa, pero tampoco la derrota de Haider o de los Republicanos permite suponer que esta ultraderecha, tan xen¨®foba como antieurope¨ªsta, est¨¦ en retirada general. Son piezas de un rompecabezas que exigen un seguimiento especial, porque podr¨ªan llegar a configurar una coalici¨®n contra el avance de la construcci¨®n europea, y en particular de su ampliaci¨®n al Este, la tarea hist¨®rica de la UE en esta d¨¦cada.
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