Reci¨¦n llegados y ricos comerciantes
Un libro estudia c¨®mo los vascos controlaron en la Sevilla del siglo XVII el comercio indiano
Mart¨ªn de Artieto, vizca¨ªno establecido en Sevilla, adquiri¨® en 1565 lencer¨ªa por valor de 516.583 maraved¨ªes para venderla en las Indias. Es uno de los m¨²ltiples sectores comerciales que en esta ciudad andaluza controlaron los vascos en ¨¦poca colonial. Procedentes de Renter¨ªa, Elgoibar, Lequeitio, Durango, Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria, muchos j¨®venes vascos, casi siempre solteros, llegaron a Sevilla en la segunda mitad del siglo XVII con el ¨¢nimo de enriquecerse, en un momento en el que si bien la ciudad ya no ten¨ªa el esplendor de anta?o, segu¨ªa manteniendo el monopolio del tr¨¢fico indiano y magn¨ªficas oportunidades para hacer fortuna.
Algunos lo consiguieron, llegando a monopolizar las compa?¨ªas de oro y plata, a ocupar puestos de relevancia en instituciones fundamentales como el Consulado de Sevilla y la Casa de la Contrataci¨®n y, en definitiva, a dominar el comercio peninsular de la Carrera de Indias. Fernando Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez (Ourense, 1962), profesor de Historia en el IES de Aracena (Huelva) ha investigado esa presencia vasca en el libro Comerciantes vascos en Sevilla. 1650-1700, editado conjuntamente por la Diputaci¨®n hispalense y el Gobierno vasco.
La decisi¨®n de la Corona de colocar a Sevilla al frente del tr¨¢fico mercantil con el Nuevo Mundo la convirti¨® durante dos siglos en el mayor centro comercial y mar¨ªtimo de la cristiandad: sus barrios se poblaron de colonias de extranjeros (franceses, ingleses, genoveses, holandeses....) y peninsulares, atra¨ªdos por las posibilidades de la empresa americana. Entre ellos estaban los empresarios vascos, que desempe?aron un papel destacado en el proceso colonizador y comercial de Espa?a con Am¨¦rica. 'La labor que en el siglo XVII realizaron en Sevilla y en sus instituciones mercantiles estos vascos es uno de los aspectos m¨¢s olvidados de la historia del pueblo vasco, de Sevilla y de Espa?a', afirma Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez. En su opini¨®n, los vascos dominaron en la segunda mitad del siglo el comercio espa?ol con Am¨¦rica por varias razones: 'Por su sentido corporativista, porque Andaluc¨ªa y Castilla entran en decadencia y eso favorece a vascos y catalanes, y porque al ser s¨²bditos de la Corona, gozaban de una doble ventaja: estaban dentro, pero no dentro. Manten¨ªan sus fueros y privilegios, pero a diferencia de catalanes y aragoneses, a los que les estaba vedado, pod¨ªan participar en la Carrera de Indias'.
Hasta ese momento, a los comerciantes de las provincias vascas se les conoc¨ªa por su gran tradici¨®n marinera y por el control que ejerc¨ªan sobre el comercio de la lana que desde el interior de Castilla sal¨ªa por sus puertos con destino a Holanda e Inglaterra, y tambi¨¦n por sus incipientes exportaciones de hierro a Am¨¦rica. El declive del comercio de la lana propici¨® esa emigraci¨®n del norte a Andaluc¨ªa, principalmente a Sevilla, C¨¢diz y El Puerto de Santa Mar¨ªa. Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez ha encontrado 936 personas con apellidos vascos en los registros mercantiles de los nav¨ªos de las flotas y galeones de la Carrera analizados (en total 664 barcos) en esos 50 a?os. En ese periodo realizaron m¨¢s de 7.000 operaciones mercantiles que constan en los registros del Archivo de Indias y del Archivo de Protocolos.
Hidalgu¨ªa universal
Estos empresarios diversificaron su producci¨®n y llegaron a comprar tierras en Andaluc¨ªa para exportar aceite, vino, aguardiente sevillano y todo tipo de mercanc¨ªas, como productos textiles, libros, papel y cera. Los vascos asentados en Sevilla manten¨ªan unos lazos muy estrechos entre ellos y con los de su regi¨®n. Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez ha podido verificar la hegemon¨ªa absoluta de los cargadores vascos en la mayor parte de los productos f¨¦rreos y met¨¢licos que exportaron a las Indias y la existencia de un peque?o, pero s¨®lido, grupo de cosecheros de origen vasco asentados en Sevilla y C¨¢diz que facturaron al Nuevo Mundo importantes cantidades de aceite, vino y aguardiente, papel, cera e hilos.
'El comportamiento solidario y la conciencia de grupo caracterizaron todas sus actividades y se manifest¨® en la defensa que hicieron de sus tradiciones y privilegios, principalmente a trav¨¦s de la Hermandad de los Vizca¨ªnos', se?ala el autor. Los m¨¢s poderosos, adem¨¢s de ser cargadores, pertenecieron a una orden militar, mayoritariamente la de Santiago. En opini¨®n del profesor, el concepto de hidalg¨ªa universal vasca favoreci¨® esta intensa actividad econ¨®mica. 'Estaba mal visto que el hidalgo castellano trabajara. Como de los vascos se supon¨ªa que todos eran nobles, todos ten¨ªan que trabajar', recuerda.
El monopolio de las compa?¨ªas de oro y plata
Una de las singularidades del asentamiento vasco en Sevilla fue la diversidad de actividades en las que participaron: desde armadores, due?os de nav¨ªos, capitanes, maestres, marineros, escribanos, comerciantes, compradores de oro y plata, funcionarios, religiosos o militares, hasta simples criados. Tambi¨¦n lo fue el elevado n¨²mero de vascos cuya participaci¨®n en el tr¨¢fico de Indias fue espor¨¢dica: 'De los 936 cargadores que registraron sus mercanc¨ªas en algunos de los convoyes de la Carrera, 776 efectuaron esta operaci¨®n a lo sumo en tres flotas', a?ade Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez. Los comerciantes dispon¨ªan de dos opciones para enviar sus productos al Nuevo Mundo: bien directamente, o a trav¨¦s de intermediarios que se ocupaban de la negociaci¨®n de los g¨¦neros mientras el propietario permanec¨ªa en su residencia habitual, aunque la mayor¨ªa se estableci¨® en los puertos andaluces. 'Estos hombres no s¨®lo dominaron las transacciones mercantiles oficiales con Am¨¦rica, sino que llegaron a monopolizar las labores de compra de metales preciosos y a financiar gran parte de las operaciones de la Carrera'. Asist¨ªan a las juntas del Consulado de Sevilla para velar por sus inversiones, donde algunos consiguieron acceder a los cargos m¨¢s importantes. Tambi¨¦n acapararon los cargos electivos de la Universidad de Cargadores a Indias. 'Supieron aprovechar la gran oportunidad que les brind¨® la d¨¦bil coyuntura econ¨®mica y mercantil del tr¨¢fico indiano y accedieron a los escalafones m¨¢s altos de la sociedad sevillana del momento', sostiene el autor, que considera que esta gran actividad favoreci¨® 'la recuperaci¨®n de las provincias vascas en el siglo XVIII, pues el dinero que obten¨ªan de Am¨¦rica a trav¨¦s de Sevilla lo enviaban a su tierra'. Eran en su mayor¨ªa emigrantes de primera generaci¨®n. 'Lo fueron los Arriola y los Cruzelaegui, los Ibarburu y los Galdona, los Olarte y los Ochoa de Yurretaur¨ªa, que monopolizaron junto a los Morales, las labores propias de las compa?¨ªas de oro y plata. Lorenzo L¨®pez de Zeiza, Antonio de Legorburu, Ram¨®n de Torrezar, Mart¨ªn de Ollo y Luis P¨¦rez de Garayo, que acapararon los puertos m¨¢s importantes del Consulado de Sevilla, tambi¨¦n fueron emigrantes', contin¨²a Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez, para quien buena parte del poder que ejercieron fue gracias a las excelentes relaciones (muchas de parentesco) que mantuvieron entre s¨ª. 'El dominio correspondi¨® a unas pocas familias en las que los intereses econ¨®micos y comerciales se mezclaban con los afectivos'. A su juicio, estas peculiaridades del asentamiento vasco en Sevilla, 'en el fondo no son m¨¢s que la certificaci¨®n documental de un trasvase de poder en el ¨¢mbito econ¨®mico peninsular de la Carrera de Indias'.
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