'La buena ciencia no depende s¨®lo del dinero'
Para poner en marcha un buen programa de investigaci¨®n, bien sea en un laboratorio, en una universidad o en un pa¨ªs entero, no basta solamente con dinero. Hacen falta, adem¨¢s, buenas dosis de talento, una formaci¨®n adecuada, un tejido cient¨ªfico e industrial s¨®lido y un plan a ejecutar. As¨ª lo entiende Harold Varmus, premio Nobel de Medicina en 1989 y durante siete a?os director de los prestigiosos Institutos Nacionales de Salud (NIH, en sus siglas inglesas) de EE UU.
Bajo su mandato, los NIH experimentaron el mayor crecimiento de su historia, hasta alcanzar un presupuesto de 20.000 millones de d¨®lares y consolidarse como el principal motor mundial en investigaciones biom¨¦dicas. Varmus, actual presidente del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC) de Nueva York, particip¨® en la sesi¨®n inaugural del Parque Cient¨ªfico de Barcelona, celebrada recientemente.
'A los investigadores se nos exige cada vez m¨¢s resultados y en menos tiempo'
Pregunta. Los NIH recibieron un fuerte impulso bajo su direcci¨®n. ?C¨®mo lo logr¨®?
Respuesta. Hay varias razones, aunque la principal tal vez fuera el inter¨¦s p¨²blico por potenciar la investigaci¨®n biom¨¦dica. Cuando acced¨ª al cargo hab¨ªa muchos grupos trabajando en distintas enfermedades que precisaban de un fuerte impulso para culminar sus investigaciones. Asimismo, desde amplios sectores de la poblaci¨®n se percib¨ªa que los descubrimientos que se iban produciendo pod¨ªan tener una aplicaci¨®n directa y en un plazo de tiempo razonable. Si a ello sumamos una situaci¨®n econ¨®mica favorable, es f¨¢cil entender el apoyo no s¨®lo del Congreso, sino tambi¨¦n de la sociedad estadounidense, a la biomedicina. El ejemplo m¨¢s claro lo tenemos en el proyecto Genoma Humano, en el que ha existido un fuerte impulso desde el sector p¨²blico con la participaci¨®n y el apoyo del sector privado, sobre todo de las empresas farmac¨¦uticas y biotecnol¨®gicas, y de la sociedad en general.
P. Suele decirse que la ciencia depende del dinero que se invierta. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. El dinero es muy importante, pero no es suficiente. La buena ciencia depende tambi¨¦n de otras cosas, como el talento. Para desarrollar una buena investigaci¨®n hay que tener en cuenta a los cient¨ªficos y, aunque a veces cueste verlo, algo tan intangible como la oportunidad cient¨ªfica. A ello hay que sumarle tiempo, plazos...
P. Y un buen dise?o.
R. ?D¨®nde? ?Se refiere a un laboratorio de una universidad o a un pa¨ªs?
P. Probablemente haya aspectos comunes.
R. En efecto, los hay. La planificaci¨®n, por ejemplo, puede ser clave para el ¨¦xito de una investigaci¨®n. El proyecto Genoma Humano es un buen caso de ello. Se dise?¨® un programa y se fijaron plazos y objetivos. En ese dise?o inicial se incluy¨® la puesta a punto de la tecnolog¨ªa necesaria y miles de investigadores se fijaron un objetivo com¨²n, cada uno en su ¨¢rea, para hacerlo posible. Los resultados se est¨¢n viendo ahora. Lo mismo se hizo en los a?os ochenta cuando se detect¨® el potencial de la red y el sistema detect¨® que no hab¨ªa apenas infraestructuras ni personal suficientemente formado. Se dise?¨® un plan para que en pocos a?os pudiera haber gente, tecnolog¨ªa y ciencia suficiente en este campo. Lo mismo se ha hecho en otras muchas ¨¢reas.
P. Por tanto, el papel del administrador no se reduce a la financiaci¨®n.
R. Su funci¨®n es organizar las cosas para que las necesidades que se detectan hoy sean una realidad ma?ana. Por ejemplo, invirtiendo en la creaci¨®n de centros, fomentando programas de formaci¨®n y facilitando la investigaci¨®n en aspectos b¨¢sicos de los que puedan surgir aplicaciones. Aunque nadie sepa cu¨¢ndo va a surgir esa aplicaci¨®n.
P. ?La investigaci¨®n en c¨¢ncer es otro ejemplo de planificaci¨®n a gran escala?
R. Podr¨ªa serlo. Se invirti¨® mucho a inicios de los setenta y es ahora, 30 a?os m¨¢s tarde, que estamos empezando a recoger los frutos en forma de nuevos f¨¢rmacos basados en el conocimiento de los mecanismos b¨¢sicos del c¨¢ncer. El ejemplo es v¨¢lido para explicar al p¨²blico c¨®mo una inversi¨®n inicial, aunque se tarden a?os, puede dar resultados positivos. Pero tambi¨¦n es verdad que al principio no hubo la suficiente coordinaci¨®n. Se perdieron muchos esfuerzos y dinero por culpa de una gesti¨®n poco adecuada.
P. No negar¨¢, sin embargo, que 30 a?os pueden parecerle demasiados a cualquiera.
R. Es cierto que a los cient¨ªficos se nos exige cada vez m¨¢s resultados y en menos tiempo. Pero la gente debe entender que cualquier resultado que se obtenga debe traducirse luego en algo ¨²til, en una aplicaci¨®n segura y efectiva. Tras cualquier descubrimiento se precisa de alguien que lo transforme primero en aplicaci¨®n y luego en explotaci¨®n comercial. El principio activo del ¨²ltimo f¨¢rmaco aparecido contra la leucemia se descubri¨® hace casi cuarenta a?os, y el conocimiento sobre virus y retrovirus en que se basan los actuales medicamentos contra el sida se obtuvo a inicios de los setenta. Quiero decir con ello que el conocimiento es informaci¨®n. Tarde o temprano alguien encontrar¨¢ la manera de transformarlo en aplicaci¨®n.
P. ?Y no cree que esa exigencia induce efectos perversos en el sistema?
R. Si alguna compa?¨ªa anuncia resultados que no se traducen en aplicaciones reales, acabar¨¢ desacredit¨¢ndose. No obstante, hay algo que no debe olvidarse: las empresas juegan un papel muy importante en el descubrimiento de nuevos principios activos y en su transformaci¨®n en productos ¨²tiles.
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