Los ¨²ltimos de la mili
130 de 756 reclutas convocados en el tercer llamamiento de 2001 acudieron ayer al cuartel de Getafe
'Siempre tiene que haber un primero y un ¨²ltimo y a nosotros nos ha tocado. ?Hay que fastidiarse!' Daniel Torrado, de 20 a?os, ha salvado por un d¨ªa la coleta. El peluquero de la unidad (asesor de imagen personal, se llama ahora) tiene todas las horas reservadas. Pero de ma?ana no pasa. Como tampoco los aros que adornan algunas orejas. 'Si v¨¦is a un instructor con pendiente, ten¨¦is permiso para llevarlos', les advierte con sorna el brigada Adolfo Herr¨¢iz.
Ayer cumpli¨® por ¨²ltima vez la funci¨®n que ha desempe?ado durante los ¨²ltimos 25 a?os. Recibir en el Acuartelamiento A¨¦reo de Getafe, 15 kil¨®metros al sur de Madrid, a los reclutas que se incorporan a la mili, entre intimidados y curiosos. Con modos severamente paternales, les alecciona sobre c¨®mo rellenar el cuestionario que servir¨¢ de base a su ficha personal, imparte algunos consejos pr¨¢cticos, distribuye mantas y juegos de s¨¢banas y adjudica literas y taquillas.
S¨®lo est¨¢ preparado el alojamiento para dos centenarses de reclutas, aunque figuran en la lista 756. Pero su olfato veterano no falla. Al final de la ma?ana, 130 soldados, el 17,3% de los convocados, ocupan las ocho primeras filas del sal¨®n de actos. Entre el 5 y el 7 de marzo se incorporaron los ¨²ltimos militares de reemplazo al Ej¨¦rcito de Tierra (1.177 de un total de 6.633) y el d¨ªa 13 lo hicieron a la Armada (251 de 2.717), por lo que a quienes ayer ingresaron en el Ej¨¦rcito del Aire les corresponder¨¢ el dudoso privilegio de poner el broche final al servicio militar obligatorio en Espa?a.
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la fecha de inicio del reclutamiento forzoso, en alg¨²n momento entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero ya est¨¢ claro que acabar¨¢ el 29 de diciembre de 2001, cuando Daniel y sus compa?eros reciban la blanca, la licencia definitiva.
Iv¨¢n Esp¨ªn, 18 a?os, de Carabanchel, no le ve pu?etera gracia a lo de hacer historia. Comparte un negocio de frutas con sus hermanos y la mili le ha 'partido por la mitad'. Reconoce que si al final se ha tenido que poner el uniforme es, 'm¨¢s que nada, por dejadez', porque no se preocup¨® del asunto hasta que era demasiado tarde. Pero ahora se lo toma de forma positiva y piensa que, al menos, tendr¨¢ 'algo que contarle a los nietos'.
'Hoy d¨ªa, el que quiere se libra', opina Fernando Rey, 20 a?os, de Coslada. Igual que Javier Pino, 18 a?os, de Alcorc¨®n, quiere ser polic¨ªa y conf¨ªa en que el tiempo en filas le punt¨²e para las oposiciones.
Ellos no se han planteado hacerse objetores. Tampoco Oscar Ariza, malague?o de 26 a?os, aunque reconoce que todos sus amigos lo son y que 'se part¨ªan de risa' cuando se enteraron de que iba a hacer la mili. Pero, replica, 'ellos tienen su camino y yo el m¨ªo'.
Quien s¨ª objet¨®, en diciembre pasado, es Javier Mart¨ªn, 21 a?os, de Pozuelo, pero un mes despu¨¦s se pele¨® con su jefe y dej¨® el trabajo, por lo que renunci¨® a la condici¨®n de objetor de conciencia y ahora quiere ser soldado profesional. De haberle subido el sueldo, admite, seguramente no habr¨ªa cogido nunca un fusil.
Como los dem¨¢s, ha o¨ªdo decir que el ministro Trillo est¨¢ dispuesto a pagarles 1.200.000 pesetas -en vez de las 1.500 mensuales que tienen asignadas- si prorrogan la mili por tres meses, lo que constituye 'un aliciente'. Sin embargo, Jonhatan Guti¨¦rrez, 20 a?os, de Badalona, recela de que, 'por pasar un a?o, te vayan a dar m¨¢s ca?a' y Mario Montero, de 19 a?os, quiere saber, antes de comprometerse, si podr¨¢ quedarse en su pueblo, Villatobas (Toledo), donde le ha tocado la mili.
Algunos reclutas llegan acompa?ados por sus familiares, sobre todo sus madres, que les despiden con l¨¢grimas a la puerta del cuartel, como si fueran a separarse durante meses, aunque en realidad est¨¢n de vuelta a la calle, con la tarde libre, a las pocas horas. 'Nosotros lo llevamos peor que ¨¦l, porque es hijo ¨²nico', reconoce Mercedes Carretero.
Las primeras palabras del teniente instructor son de bienvenida y agradecimiento. Les da las gracias, explica, porque, 'teniendo en cuenta los tiempos que corren, es m¨¢s f¨¢cil no comprometerse. Y de las opciones que ten¨ªan, unas legales y otras no tanto, ustedes han tomado la m¨¢s dif¨ªcil: venir a cumplir el servicio militar, que es un deber y un derecho. Eso me obliga a tratarles con respeto, consideraci¨®n y', a?ade bajando la voz, 'si me lo permiten, hasta con cari?o'.
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