Duran Lleida ser¨¢ el 'n¨²mero dos' en la nueva CiU refundada

La justicia distributiva ha acabado triunfando en Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU). Si Jordi Pujol eligi¨® a Artur Mas consejero jefe el pasado mes de enero y su sucesor en Converg¨¨ncia (CDC), ahora ser¨¢ Josep Antoni Duran Lleida, l¨ªder del partido minoritario, Uni¨®, el secretario general -n¨²mero dos- de la nueva federaci¨®n de partidos en que se convertir¨¢ a partir de ma?ana CiU. Ambos partidos se comprometen adem¨¢s a celebrar una asamblea en 2004, justo un a?o despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas, para estudiar un posible proceso de fusi¨®n, un punto que los democristianos se han resistido a aceptar. Pero, en todo caso, con unos comicios catalanes de por medio con un resultado m¨¢s que incierto para los nacionalistas.

Estos son los puntos m¨¢s importantes de un acuerdo que Uni¨® y Converg¨¨ncia persegu¨ªan desde hace dos meses al que finalmente se lleg¨® anoche despu¨¦s de horas de reuni¨®n. Los dos jefes de delegaci¨®n, Xavier Trias (CDC) y N¨²ria de Gispert (UDC), han llevado el peso de la negociaci¨®n bajo la mirada vigilante de Pujol, Mas y Duran Lleida.

La contrapartida del nombramiento del l¨ªder democristiano es la aceptaci¨®n por parte de Uni¨® de que Mas es el sucesor de Jordi Pujol que continua siendo el n¨²mero uno en la coalici¨®n refundada, que presidir¨¢, y con un voto de calidad en una ejecutiva paritaria de los dos partidos. Uni¨® se resisti¨® hasta el ¨²ltimo momento a aceptar la creaci¨®n de dos vicepresidencias que igualaban los poderes de Duran y de Mas dentro de la coalici¨®n. Los democristianos defendieron siempre que CDC ocupara el primer puesto -la presidencia- siempre que el segundo puesto fuera para Uni¨®. Duran, como secretario general de la federaci¨®n, tendr¨¢ plenos poderes y se responsabilizar¨¢ de la campa?a electoral de las auton¨®micas, cuando se hab¨ªa opuesto a implicarse a fondo con Mas como candidato.

Hoy ser¨¢ presentado el acuerdo al que llegaron ayer los negociadores de ambos partidos. En una rueda prensa conjunta se quiere escenificar que se entra con buen pie en una nueva etapa de relaciones. CiU necesita como agua de mayo plasmar esta situaci¨®n de entente para tener una m¨ªnimas garant¨ªas en el 2003, campa?a electoral en la que CiU tendr¨¢ que medirse, sin Pujol, con los socialistas de Pasqual Maragall.