'El embajador Vich hizo m¨¢s por Valencia que todos los Borja'
Es el ¨²ltimo sabio de su generaci¨®n y en su cabeza guarda toda la secuencia de la historia valenciana tan fresca como si hubiese ocurrido ayer. Pere Maria Orts (Valencia, 1921) es un selecto coleccionista de pintura y autor de abundantes estudios de genealog¨ªa y her¨¢ldica, entre los que destaca Hist¨°ria de la senyera al Pa¨ªs Valenci¨¤, un libro de referencia contra la confusi¨®n. Ahora ha hecho una concesi¨®n a su inexpugnabilidad para desmitificar a los Borja, Blasco Ib¨¢?ez y Mayans.
Pregunta. Con el dinero del Premio de las Letras Valencianas, que le fue concedido en 1996, compr¨® un ¨®leo de Palomino y lo don¨® a la Generalitat. ?Por qu¨¦ lo hizo?
'Gregorio Mayans era un se?or muy ilustrado, pero en sus obras se olvid¨® de la Ilustraci¨®n'
Respuesta. No he cobrado en esta vida nada, excepto los seis meses de alf¨¦rez de complemento que me pagaron en las milicias. Tengo unas necesidades muy controladas y no preciso m¨¢s dinero del que tengo. Al darme el premio, como sab¨ªa que hab¨ªa un cuadro pendiente de pago en el Museo de Bellas Artes e iban a retirarlo los propietarios, pues lo compr¨¦ e hice la donaci¨®n. Y a¨²n sobr¨® algo de dinero que destin¨¦ a la biblioteca del instituto de Benidorm que lleva mi nombre.
P. ?De d¨®nde surge su pasi¨®n por el arte?
R. En mi casa siempre o¨ª hablar de arte y de pintores sobre los que se ejerc¨ªa un cierto mecenazgo, como el caso de Puig Roda. Siempre tuve la ilusi¨®n de los cuadros, porque en casa ten¨ªamos algunos, y cuando tuve la posibilidad de comprarlos, lo hice. Los primeros que compr¨¦, por cierto, los regal¨¦ a la parroquia de Benidorm.
P. ?Ha ido al IVAM alguna vez o s¨®lo le interesa el Museo de Bellas Artes San P¨ªo V?
R. No, no: he ido. Soy de los que se esfuerzan por entenderlo todo, aunque no siempre es posible. Quisiera que me gustaran todas las cosas del se?or Tapies, pero desgraciadamente no pasa as¨ª. Aunque eso tampoco significa que la pintura realista o hiperrealista de ahora, como la de Claudio Bravo, me contente demasiado.
P. Hemos celebrado el a?o Borja por segunda vez en poco tiempo. ?No los estamos celebrando demasiado?
R. Me parece que se est¨¢ cayendo en una fenomenal exageraci¨®n. No hay que olvidarse de los Borja, pero no veo motivo para tanta alharaca. Al final parecer¨¢ que en Valencia no han existido m¨¢s que los Borja, el se?or Blasco Ib¨¢?ez y el se?or Mayans. No veo que nadie se acuerde del rey Pere I, un se?or nacido en Valencia y que tuvo una proyecci¨®n internacional extraordinaria en las V¨ªsperas Sicilianas, la conquista de Sicilia y el hundimiento del papado, que fueron el origen de la Reforma.
P. ?Qu¨¦ repercusiones tuvo para los valencianos una dinast¨ªa papal como la de los Borja?
R. Ninguna. S¨®lo para su familia y sus amigos. El primer Borja, Alfonso, parece que compr¨® la di¨®cesis porque pensaba ganar dinero con ella, y cuando accedi¨® al pontificado con el nombre de Calixto III ejerci¨® un nepotismo descomunal. En tres a?os coloc¨® a todos los posibles parientes. Pero el asunto se complic¨® m¨¢s con Rodrigo de Borja, Alejandro VI, quien estuvo once a?os en el papado. Los Borja eran los se?ores que ten¨ªan las rentas m¨¢s altas del Reino de Valencia, y este dinero se fue de Valencia para comprar se?or¨ªos, ducados y para financiar sus pol¨ªticas.
P. ?Descapitalizaron el reino?
R. M¨¢s que descapitalizarlo, paralizaron las inversiones en construcciones de car¨¢cter religioso, que eran las ¨²nicas posibles en ese momento. No s¨¦ si arreglar¨ªan alguna gotera en el Palacio Arzobispal, pero no mucho m¨¢s. Las rentas del arzobispado, que entonces era el motor de la cultura, se fueron a otra parte en una ¨¦poca tan crucial como el siglo XV. Desde 1429, en que los Borja cogen la di¨®cesis de Valencia, hasta 1511 no entra un solo obispo, m¨¢s que el de gracia, y todas las rentas se env¨ªan fuera. Para hacernos una idea de lo que se perdi¨® s¨®lo hay que fijarse en lo que hizo unos a?os despu¨¦s Juan de Ribera, que no s¨®lo cre¨® el magn¨ªfico edificio del colegio del Corpus Christi con sus colecciones de arte, sino que esta aportaci¨®n cultural se ha proyectado sobre la Iglesia valenciana y la espa?ola hasta ahora.
Por el contrario, ?qu¨¦ hicieron los Borja? Porque su palacio, que es donde est¨¢n las Cortes Valencianas, es s¨®lo un pedazo de lo que debiera de ser un palacio. Adem¨¢s lo hicieron con un estilo g¨®tico anterior al de la ¨¦poca. Al mismo tiempo se hizo el palacio de los Mendoza en Guadalajara o la Casa de las Conchas de Salamanca, y s¨®lo hay que comparar. Para m¨ª, los Borja frenaron el Renacimiento en el Reino Valencia.
P. Por lo menos concedieron la bula para fundar la Universidad de Valencia, ?no?
R. Cosa muy de agradecer. Pero lo que hubiese correspondido no era un pergamino, sino que los Borja hubiesen pagado la Universidad. Hiz¨® m¨¢s por Valencia el embajador Jeroni Vich i Vallterra que todos los Borja. Este se?or lo ¨²nico que hizo fue comprar un claustro renacentista en Italia para su casa de Valencia y traerse un tr¨ªptico y dos cuadros de Sebastiano del Piombo. Y eso fue suficiente para revolucionar todo el arte valenciano, porque esa pintura ejerci¨® una notable influencia italiana sobre Vicent Macip, Joan de Juanes y Ribalta, que los vieron en su casa.
P. ?Los Borja hablaban en valenciano como se dice?
R. Se ha dicho mucho, pero debi¨® ser una cosa puramente testimonial, porque Alejandro VI se fue de Valencia con 16 a?os y era casi italiano. Y no digamos Lucrecia, C¨¦sar y Jofr¨¦. C¨¦sar fue el primer italiano, y por eso entusiasm¨® tanto a Maquiavelo. Pero lo m¨¢s grave no es que hablaran o no en valenciano en el Vaticano, sino que sus descendientes no lo hablaran en el Ducado de Gandia y, siendo la primera familia de la nobleza valenciana, castellanizaron al resto de la nobleza.
P. ?La leyenda negra no fue elaborada por sus adversarios, por las grandes familias de Roma que no aceptaban a un papa no italiano?
R. La prueba de que la Iglesia no ha tenido ning¨²n inter¨¦s en elaborar leyendas negras sobre los Borja es que durante varias generaciones posteriores continuaron teniendo altos cargos eclesi¨¢sticos e incluso varios cardenales. Por lo menos hasta el siglo XVIII. La leyenda naci¨® m¨¢s durante el siglo XIX, cuando V¨ªctor Hugo escribe lo de Lucrecia falseando la historia y Donizetti compone la ¨®pera, lo que posteriormente, lleva a Churchill a decir que despu¨¦s de Lucrecia Borja, Agatha Christie era la persona que m¨¢s dinero hab¨ªa sacado de sus cr¨ªmenes. Lucrecia no mat¨® a nadie. Fue un juguete en manos de C¨¦sar y de su padre. Otro asunto son las relaciones sexuales que practicaron entre ellos, pero no me interesan. A los valencianos, que la leyenda sea superior a la realidad o que la realidad supere a la leyenda, no nos debe de preocupar. Lo que hay que hacer es poner los pies en el suelo para hablar de ellos de acuerdo con la realidad, sin crear fantas¨ªas: sin olvidos, alabanzas ni excesos.
P. A menudo se discute sobre si en Valencia hubo o no Ilustraci¨®n. ?Usted de qu¨¦ parte est¨¢?
R. Hubo, porque la gente sab¨ªa lo que era la Ilustraci¨®n. Pero los ilustrados de Valencia m¨¢s sobresalientes, como el caso de Gregorio Mayans, no trabajaban como los ilustrados. Mayans era un se?or cult¨ªsimo, que sab¨ªa mucho lat¨ªn y que en sus cartas recomendaba ir a las fuentes y a los archivos, pero ¨¦l no iba. ?l sabe qu¨¦ es la Ilustraci¨®n, pero trabaja como en el siglo XVII. No hay m¨¢s que leer su introducci¨®n a El Quijote para darse cuenta de que o no hab¨ªa le¨ªdo el libro o, si lo hab¨ªa hecho, no lo hab¨ªa entendido. Escrib¨ªa sin conocimiento de causa y sin entrar al fondo de la cuesti¨®n. La biograf¨ªa de Luis Vives se la invent¨® completamente. Es una fantas¨ªa total, y Mayans ya no era un cr¨ªo. Era un hombre muy ilustrado, pero en sus obras olvidaba la Ilustraci¨®n.
P. Hablemos de Blasco Ib¨¢?ez. ?Su legado ideol¨®gico neutraliza su legado literario?
R. Mire, John Dospasos dec¨ªa que Midas todo lo que tocaba lo convert¨ªa en oro y que Blasco todo lo que tocaba lo convert¨ªa en barro. Era un hombre muy prol¨ªfico, escribi¨® mucho y tuvo mucha suerte, pero no creo que tenga gran importancia literaria. Aunque lo peor no es eso: Blasco impidi¨® que el socialismo cuajara en Valencia. ?l y Rodrigo Soriano eran unos burgueses cuya ¨²nica pr¨¦dica fue el anticlericalismo, que es lo que hizo Alejandro Lerroux en Catalu?a. Y eso fue funest¨ªsimo, porque la mayor¨ªa de sus seguidores cayeron en manos del anarquismo, lo que signific¨® una cat¨¢strofe para el tesoro art¨ªstico de Valencia y de Catalu?a. Las destrozas del a?o 1936 en Valencia no tienen parang¨®n. Ni en Madrid, que fue frente, ocurri¨® lo de aqu¨ª. Valencia se ha quedado sin archivos: el fuego anul¨® la historia familiar de la ciudad. Todo gracias a Blasco. Si el Cid ganaba batallas despu¨¦s de muerto, Blasco quemaba iglesias despu¨¦s de muerto.
Por no hablar de su lugarteniente, F¨¦lix Azzati, quien dijo en el Congreso de los Diputados la tonter¨ªa de que si ¨¦l y la Virgen de los Desamparados se presentaban a las elecciones, sacaba m¨¢s votos. Eso sent¨® fatal y el acto de desagravio se ha convertido con los a?os en el Traslado de la Virgen, que desgraciadamente no parece que sea un acto muy religioso. Mire si estoy disgustado que desde que le han dedicado una calle al dichoso Azzati ¨¦se, cuando tengo que referirme a esa calle, doy mil rodeos antes de pronunciar su nombre. Fue un hombre funest¨ªsimo para la historia de Valencia, como Blasco Ib¨¢?ez.
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