Sobre la inmigraci¨®n
En 1984 y en 1988 fui asesor en asuntos sociales del candidato dem¨®crata a la presidencia de Estados Unidos Jesse Jackson, disc¨ªpulo predilecto del gran l¨ªder de derechos civiles Martin Luther King. Aquella experiencia, m¨¢s el hecho de haber vivido en Estados Unidos durante 38 a?os, me ha ense?ado que el racismo ha desempe?ado siempre un papel important¨ªsimo en dividir a la clase trabajadora y las clases populares, debilit¨¢ndolas en su lucha para conseguir aumentar sus derechos sociales y pol¨ªticos. De ah¨ª que las opciones conservadoras hayan intentado hacer ver al trabajador blanco que su enemigo o adversario es el trabajador negro (con quien compite por su lugar de trabajo), y que tiene m¨¢s en com¨²n con el empresariado y el establishment estadounidense por ser blanco que con el trabajador negro por ser trabajador.
Grandes sectores de la derecha estadounidense utilizan electoralmente el racismo como elemento movilizador de la clase trabajadora blanca (principalmente la no cualificada), que se siente amenazada por el trabajador negro, procedente hist¨®ricamente de las zonas rurales o de la inmigraci¨®n.
Lo mismo est¨¢ ocurriendo en Catalu?a, como hemos visto con las declaraciones incendiarias de la se?ora Ferrusola, encaminadas a movilizar a las clases populares catalanas frente a un enemigo que adem¨¢s de acaparar todas las ayudas sociales est¨¢ destruyendo el pa¨ªs. Este mensaje racista puede extenderse f¨¢cilmente debido a la inseguridad de amplios sectores de nuestra poblaci¨®n por las condiciones precarias del mercado de trabajo catal¨¢n y del escaso desarrollo del Estado de bienestar en Catalu?a. Hay que entender que el racismo no es un mero fen¨®meno cultural, sino que se basa en una realidad econ¨®mica de inseguridad y precariedad. No es racista el m¨¢s ignorante, sino el que se siente m¨¢s inseguro. De ah¨ª que los argumentos que se utilizan con frecuencia, incluso por sectores de la izquierda, para justificar la inmigraci¨®n contribuyan a reproducir esta inseguridad y ansiedad entre amplios sectores populares. As¨ª se dice que en Espa?a hacen falta trabajadores inmigrantes, y se utilizan cifras a todas luces exageradas. Espa?a no tiene escasez de personas que desean trabajar. Si Espa?a tuviera trabajando el porcentaje de mujeres que tiene el promedio de la UE, habr¨ªa en el mercado de trabajo tres millones de mujeres m¨¢s de las que hay hoy, que sumadas a los dos millones de personas en paro sumar¨ªan cinco millones de posibles trabajadores.
En realidad, cuando se dice que hacen falta inmigrantes, se est¨¢ diciendo que falta mano de obra barata, lo cual crea una inseguridad en grandes sectores de la clase trabajadora puesto que la existencia de un amplio sector con salarios bajos amenaza a todos los trabajadores, pues presiona los salarios hacia abajo. El argumento que tambi¨¦n se utiliza de que los inmigrantes ocupan los lugares de trabajo que los espa?oles no desean, prescinde de que no hay puestos de trabajo intr¨ªnsecamente de salario bajo. El empresario tiene dos alternativas: o traerse inmigrantes mal pagados o invertir en el puesto de trabajo para aumentar su productividad y pagar mejor salario. En Espa?a, gran n¨²mero de empresarios prefieren lo primero porque no est¨¢n sujetos a presi¨®n para que hagan lo segundo, debido en gran parte a la gran debilidad de los sindicatos y de las izquierdas en nuestro pa¨ªs. Los salarios en el sector agrario, en hosteler¨ªa, en servicios personales y en comercio (sectores donde se concentra el 82% de la inmigraci¨®n) son en Espa?a de los m¨¢s bajos en la UE. Tambi¨¦n quisiera expresar mi desacuerdo con las aseveraciones hechas por autores como Sami Na?r, que en su intento de estimular una respuesta positiva a la inmigraci¨®n, indican que ¨¦sta salvar¨¢ la supuesta crisis de la Seguridad Social, causada por una transici¨®n demogr¨¢fica desfavorable. En realidad, no hay tal crisis, y en el caso de que la hubiera no se resolver¨ªa mediante la perpetuaci¨®n y/o extensi¨®n de salarios bajos. Grandes sectores de la izquierda en Espa?a est¨¢n poco preparados para responder a este problema puesto que ya no piensan en t¨¦rminos de clase y han aceptado acr¨ªticamente los argumentos economicistas de car¨¢cter conservador sobre la inmigraci¨®n.
Para romper con el racismo es importante, tal como aconsejaba Martin Luther King, que el trabajador blanco advierta que tiene m¨¢s en com¨²n con el trabajador negro por ser trabajador que con el empresario por ser blanco. Recordemos que Martin Luther King fue asesinado cuando ayudaba a la sindicalizaci¨®n y las reivindicaciones de los trabajadores de saneamiento (negros y blancos).
En este aspecto, la intervenci¨®n m¨¢s importante para eliminar el caldo de cultivo del racismo es evitar la polarizaci¨®n del mercado laboral (mercados laborales fuertes, como en los pa¨ªses socialdem¨®cratas escandinavos, tienen muchos menos problemas raciales que mercados laborales deteriorados como el catal¨¢n y el espa?ol) y aumentar la seguridad y el bienestar de las clases populares a trav¨¦s de la expansi¨®n de los servicios del Estado de bienestar, tales como escuelas, vivienda, sanidad y servicios de ayuda a la familia. No es cierto que la mayor¨ªa de ayudas de vivienda p¨²blica en Catalu?a sean para los inmigrantes, como se?al¨® la se?ora Ferrusola. S¨ª es cierto, en cambio, lo que ella no dijo; que la ayuda de la Generalitat a las viviendas p¨²blicas para todos los ciudadanos, nativos o inmigrantes, es de las m¨¢s bajas de la UE. El gasto social como porcentaje del PIB en Espa?a es de los m¨¢s bajos en la UE, y en Catalu?a es incluso menor. Las pol¨ªticas de gran austeridad social (y de apoyo a la desregulaci¨®n del mercado laboral) que son llevadas a cabo por las opciones conservadoras que gobiernan en Catalu?a y en Espa?a est¨¢n aumentado la inseguridad, que es la base del racismo. Lo que se requiere es una extensi¨®n muy notable del deficitario Estado de bienestar catal¨¢n y espa?ol, que no debe centrarse en programas asistenciales a inmigrantes, sino en programas universales que beneficien a todos y no s¨®lo a unos cuantos; es decir, a toda la poblaci¨®n.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Pompeu Fabra.
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