Coraz¨®n de maratoniano
'Para un poco, que me encuentro mal'. ?stas fueron las ¨²ltimas palabras de nuestro querido y admirado Diego Garc¨ªa, antes de fallecer en brazos de su compa?ero Alejandro G¨®mez. El desgraciado suceso nos sit¨²a ante un nuevo caso de muerte s¨²bita en un deportista que para la mayor parte de la sociedad resulta dif¨ªcil de entender por tratarse de un individuo joven que representa un modelo de buena salud y que hab¨ªa sido sometido a numerosos y exhaustivos controles m¨¦dicos durante su carrera deportiva.
Entre un 85% y un 96% de las muertes s¨²bitas de causa no traum¨¢tica ocurridas durante la pr¨¢ctica deportiva son debidas a causas cardiovasculares. Mientras que las cardiopat¨ªas cong¨¦nitas (miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica, miocardiopat¨ªa arritmog¨¦nica del ventr¨ªculo derecho, anomal¨ªas cong¨¦nitas de las arterias coronarias) y las miocarditis figuran como causas m¨¢s frecuentes, en deportistas menores de 35 a?os, la cardiopat¨ªa isqu¨¦mica es la causante de 9 de cada 10 muertes durante la pr¨¢ctica deportiva en los mayores de 35 a?os. En este grupo, la muerte ocurre con mayor frecuencia en deportes solitarios, como la carrera, a primera hora de la ma?ana y en sujetos que en el 50% de los casos han tenido alg¨²n s¨ªntoma premonitorio, que con frecuencia se trata de un dolor m¨¢s o menos espec¨ªfico, de una situaci¨®n de falta de riego y por tanto de ox¨ªgeno en el m¨²sculo card¨ªaco.
Aun siendo extraordinariamente infrecuentes (alrededor de 1 caso por cada 15 a 25.000 adultos sanos practicantes de carrera), la repercusi¨®n que tienen estos casos es con frecuencia aprovechada por todos aquellos que se resisten a aceptar los innumerables beneficios que el ejercicio f¨ªsico supone para la salud tanto f¨ªsica como psicol¨®gica.
Si bien es verdad que el riesgo de muerte s¨²bita puede verse multiplicado hasta por siete durante la carrera, seg¨²n la intensidad, las condiciones en las que se realiza la carrera y en sujetos con alguna cardiopat¨ªa de base, no lo es menos que los individuos que practican ejercicio f¨ªsico de forma regular tienen la mitad de probabilidades de sufrir un evento cardiovascular de tipo isqu¨¦mico. Seg¨²n algunos expertos, si se decidiera prohibir las carreras de fondo como las maratones populares, el n¨²mero de muertos entre los corredores se multiplicar¨ªa por tres hasta igualarse con el de sus coet¨¢neos con h¨¢bitos sedentarios.
Sabemos que el ejercicio aer¨®bico, aquel que involucra contracciones de grandes grupos musculares a una intensidad moderada y durante un tiempo m¨¢s o menos prolongado (carrera de resistencia, nataci¨®n, ciclismo), es el que induce unas adaptaciones m¨¢s relevantes sobre el coraz¨®n y el sistema circulatorio. Estas adaptaciones ir¨¢n encaminadas a aumentar su capacidad de transportar ox¨ªgeno a la musculatura en activo, tanto a trav¨¦s de un aumento en el volumen de sangre que expulsa el coraz¨®n, como de la capacidad del lecho vascular para acoger la mayor cantidad de sangre circulante.
Durante el ejercicio, el aumento en la demanda energ¨¦tica de la musculatura en activo, precisa que el coraz¨®n multiplique de cuatro a seis veces el gasto cardiaco o n¨²mero de litros que expulsa por minuto. Esto se consigue tanto por un aumento en el n¨²mero de latidos como en el volumen de sangre expulsado en cada latido. Para que el coraz¨®n pueda expulsar una mayor cantidad de sangre en cada latido, no s¨®lo debe ser capaz de contraerse sino tambi¨¦n de rellenarse adecuadamente. El coraz¨®n de un deportista entrenado en una especialidad de resistencia experimenta un proceso de remodelaci¨®n global y arm¨®nica que consiste tanto en un notable aumento en el di¨¢metro interno de las cavidades card¨ªacas (aur¨ªculas y ventr¨ªculos) y un ligero engrosamiento de las paredes del coraz¨®n, como en una mejora en las propiedades de contracci¨®n y sobre todo de relajaci¨®n del m¨²sculo cardiaco. Estas caracter¨ªsticas hacen que en la di¨¢stole o fase de relajaci¨®n el coraz¨®n pueda llenarse m¨¢s eficazmente, y expulsar una mayor cantidad de sangre y por tanto de ox¨ªgeno en cada latido. Esta mejora funcional es sobre todo importante durante el ejercicio, cuando debido al aumento en la frecuencia cardiaca la duraci¨®n de la di¨¢stole o fase de relajaci¨®n se acorta y por tanto un llenado m¨¢s eficaz posibilita el que pueda seguir aumentando el volumen de sangre expulsado en cada latido. Adem¨¢s, el ligero engrosamiento de las paredes sirve para que esa mayor cantidad de sangre pueda ser tambi¨¦n expulsada con mayor fuerza.
Otra de las adaptaciones que diferencian las que de forma fisiol¨®gica se producen por el entrenamiento a las que aparecen en algunas patolog¨ªas card¨ªacas, son las que residen en un ligero aumento en el calibre de las arterias coronarias y en su capacidad de dilataci¨®n durante el ejercicio, as¨ª como en un mayor n¨²mero de capilares por fibra de m¨²sculo card¨ªaco. Adem¨¢s sabemos que en carreras de ultraresistencia s¨®lo han podido encontrarse signos de cansancio pero no de lesi¨®n del m¨²sculo cardiaco.El hecho demostrado es que todas las adaptaciones cardiovasculares descritas se traducen en una mejora significativa de la condici¨®n f¨ªsica del individuo. Todas estas adaptaciones son las que permiten que los deportistas de especialidades de fondo no s¨®lo puedan vivir entre uno y cinco a?os m¨¢s, fundamentalmente por una menor mortalidad cardiovascular, sino por una clara mejor¨ªa en su calidad de vida: se ha comprobado que requieren menos atenci¨®n m¨¦dica por enfermedad cardiaca, respiratoria o c¨¢ncer.
Luis Serratosa es m¨¦dico especialista en Medicina del Deporte. Servicio de Cardiolog¨ªa. Consejo Superior de Deportes.
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