Estambul somete al Madrid a un tercer grado
El Galatasaray examina la fiabilidad del campe¨®n, en entredicho tras sus ¨²ltimas actuaciones
Alcanzado el tramo principal de la temporada, el Madrid levanta sospechas. Sus n¨²meros se mantienen intachables y le encumbran a¨²n como el mejor, tanto del campeonato espa?ol como de la Liga de Campeones, pero su cr¨¦dito ha ca¨ªdo. De pronto, todo son dudas alrededor del equipo. S¨ªntomas de agotamiento, pecados de suficiencia, faltas de atenci¨®n, jugadores pasados de rosca, fracturas en el centro del campo... El Madrid no es el de hace un mes. Se advierte desde fuera y tambi¨¦n desde dentro, donde la preocupaci¨®n no se consigue disimular. Y es sumido en este desconcertante clima de inquietud como tiene que afrontar hoy uno de los compromisos m¨¢s enrevesados del curso (20.45, TVE-1). Ante el Galatasaray, un adversario que se ha ganado en los ¨²ltimos tiempos el derecho a guardarle respeto, y en terreno enemigo, sobre el temible estadio Ali Sami Yen de Estambul donde, dicen, por culpa de la apasionada y ruidosa hinchada turca, los partidos los comienza el rival con un gol en contra.
Y es precisamente al propio valor de la competici¨®n que se dirime, a la proximidad del balance de cuentas, al que se agarra el Madrid para, mirando al pasado inmediato con responsabilidad y prop¨®sito de enmienda, afrontar con entereza el duelo de esta noche. 'El equipo no est¨¢ jugando con la soltura de hace un mes', afirm¨® su t¨¦cnico, Vicente del Bosque, en una versi¨®n suavizada del desplome del equipo, 'pero el est¨ªmulo de lo cerca que est¨¢ de conseguir una Copa de Europa debe ser suficiente para volver al buen camino'.
Del Bosque no acepta problemas de ¨ªndole f¨ªsico en el equipo -'los internacionales demostraron con sus selecciones la respuesta f¨ªsica de la que son capaces', indic¨® tal vez en un aviso para navegantes-, ni tampoco relacionados con la actitud - 'se nos puede acusar de todo menos de relajaci¨®n', enfatiz¨®. Simplemente reconoce que el equipo ya no es el que era, pero que hoy, en una cita de semejante envergadura, est¨¢ obligado a retornar a su mejor versi¨®n. 'Y los jugadores son conscientes de ello', declar¨®.
Roberto Carlos abund¨® en la misma l¨ªnea que su entrenador. Y a?adi¨® un matiz que le preocupa, la falta de concentraci¨®n con la que el Madrid aparece ¨²ltimamente por los partidos, con una permisividad impropia hacia los rivales. 'Nos pasa', dijo, 'porque estamos convencidos de que si el rival nos sorprende con un gol nosotros marcaremos luego dos. Pero eso nos obliga a pasar muchos minutos corriendo detr¨¢s del contrario para empatar. Y lo malo es que si no cambiamos, llegar¨¢ un d¨ªa que el contrario no nos deje empatar'.
Es el propio Madrid, la necesidad de corregir su imagen m¨¢s reciente, el factor al que los protagonistas blancos conceden mayor trascendencia. Pero hay m¨¢s aspectos que le obligan al Madrid a estar prevenido. Por ejemplo, el Galatasaray, que se est¨¢ haciendo un nombre en el f¨²tbol europeo. Vencedor de la ¨²ltima Copa de la UEFA, tambi¨¦n de la Supercopa, precisamente ante el Madrid (el 2-1 en M¨®naco, all¨¢ por el mes de agosto, aseguran los madridistas que no es una referencia fiable), el campe¨®n turco es especialmente fiero en su campo. Se trata de un bloque m¨¢s aguerrido que organizado, de car¨¢cter, al que algunas cualidades individuales hacen m¨¢s peligroso. El oficio de Popescu, la presencia del lateral derecho Capone, los desbordes de Hasan Sas, los goles indescifrables de Jardel... Y por supuesto, Hagi. Apenas le quedan un par de minutos en el oficio, sus piernas y su coraz¨®n ya resisten a duras penas, pero es un personaje clave en el Galatasaray. Liberado del trabajo sucio, es al compa?ero al que todos buscan en casos de apuro. Como sabe administrar con inteligencia su renqueante dep¨®sito y ya s¨®lo juega en competici¨®n europea, Hagi sigue siendo Hagi.
En el otro partido de la jornada, el Manchester United recibe al Bayern M¨²nich (Canal +, 20.45).
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