Diferencias conciliables
La dimisi¨®n del responsable de pol¨ªtica institucional de UGT, Pedro D¨ªaz Chavero, representante del sindicato socialista en la mesa sobre la reforma de las pensiones, por sentirse desautorizado en el curso de las negociaciones con el Gobierno, ha situado de golpe la reforma del sistema de pensiones en el territorio de la baja pol¨ªtica, aquella que sirve para justificar las dificultades por las posiciones predeterminadas de los partidos. Las acusaciones de Rodrigo Rato lanzadas contra el PSOE por una supuesta injerencia en el di¨¢logo social son un buen ejemplo de enfado infantil porque se ha roto la solemnidad de la foto, en la que deber¨ªan estar todos los agentes sociales junto al presidente del Gobierno para ratificar el acuerdo; y la sugerencia de que el primer partido de la oposici¨®n estar¨ªa instigando una huelga general a cuenta de las reformas laborales no tiene m¨¢s fundamento conocido que la teor¨ªa conspirativa.
Pero no todas las torpezas est¨¢n del lado del Gobierno. El sindicato UGT lleva meses jugueteando con la amenaza de una huelga general, de cuya necesidad no logra convencer a CC OO. Una huelga general es el ¨²ltimo recurso ante una situaci¨®n desastrosa, y no parece que la coyuntura sea exactamente ¨¦sa. Una cosa es que CC OO haya encontrado una v¨ªa de entendimiento f¨¢cil con el Ejecutivo, y que UGT se sienta inc¨®moda por lo que considera un exceso de colaboracionismo, y otra muy distinta que esa percepci¨®n determine las decisiones estrat¨¦gicas del sindicato.
Resulta evidente que UGT tiene diferencias internas en la valoraci¨®n de la reforma propuesta por el Gobierno, y que esas diferencias deber¨ªan quedar resueltas a la mayor brevedad posible, en un sentido u otro. La reforma de las pensiones es un asunto demasiado grave como para que discrepancias asumibles por cualquier organizaci¨®n madura pongan en peligro la estabilidad del sistema.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.