El director del Liceo cree que el rechazo del C¨ªrculo a las mujeres ha da?ado la imagen del teatro
Seg¨²n Caminal, el espect¨¢culo duro no ha sido el 'Ballo', sino las asambleas del club
Prestigiosos medios de comunicaci¨®n, como la BBC, el Financial Times y The New York Times, entre otros, rebotaron la noticia a todo el mundo: el C¨ªrculo del Liceo, el club del teatro de ¨®pera de Barcelona, no admit¨ªa a Montserrat Caball¨¦ entre sus paredes. ?El Liceo resisti¨¦ndose a la entrada de su diva! Cuando Caminal se dio cuenta de la confusi¨®n que reinaba, que llev¨® incluso a la vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Amparo Rubiales, a recomendar a las mujeres que no pisaran el teatro, empez¨® a hacer llamadas y declaraciones para frenar tal desprop¨®sito. Ahora reconoce que reaccion¨® tarde. Pero las responsabilidades por la merma de imagen las achaca a otros. 'Me parece grav¨ªsimo que se utilizara la figura de Montserrat Caball¨¦ para el ingreso de las mujeres en el C¨ªrculo, cuando no exist¨ªa ninguna garant¨ªa de que su incorporaci¨®n como socia fuera definitiva', dice.
Se muestra cauto a la hora de expresar su opini¨®n sobre c¨®mo se ha cerrado moment¨¢neamente la crisis en el club, con la dimisi¨®n de la junta y la convocatoria de elecciones a la presidencia en oto?o. 'Como barcelon¨¦s tengo una opini¨®n formada, pero adem¨¢s soy director del teatro y debo respetar las cuestiones internas del C¨ªrculo, del que, por cierto, no soy socio. Creo que con la crisis no ha salido ganando nadie, pero a partir de ahora la apertura del club a la sociedad va a resultar m¨¢s dif¨ªcil'.
La crisis ha significado, en efecto, el triunfo de los sectores m¨¢s reaccionarios, que han cedido s¨®lo en el aspecto m¨¢s llamativo, la admisi¨®n de socias, por efecto de la presi¨®n social. Sin embargo, de la disputa no ha surgido un grupo compacto y representativo que se opusiera al inmovilismo de estos socios. En el censo del C¨ªrculo hay, sin duda, personalidades para integrar este frente: Josep Rigol, Oriol Bohigas, Santiago Dexeus, Antoni Negre, Narc¨ªs Serra, Maci¨¤ Alavedra, Llu¨ªs Bassat y Josep Maria Bricall, entre muchos otros. Es cierto que algunos de ellos reprobaron p¨²blicamente la carcundia de sus consocios, pero ninguno lleg¨® a plantearse el abandono de la entidad.
Las relaciones entre el teatro y el C¨ªrculo del Liceo han sido estrechas, aunque en los ¨²ltimos tiempos no han estado exentas de fricciones, como suele ocurrir entre vecinos que comparten propiedades en un mismo inmueble. Lo cual no empece que el club se hiciera mecenas del teatro, al que aporta cada a?o 20 millones de pesetas.
La fractura empez¨® a fraguarse mucho antes del incendio, en concreto en el a?o 1991, cuando diversas voces, lideradas por Iniciativa per Catalunya, reclamaron la expropiaci¨®n, en vista de que las inicialmente previstas obras de ampliaci¨®n coliseo l¨ªrico s¨ª pasaban por ocupar diversos solares que daban a la calle de la Uni¨® y reubicar a los vecinos en nuevos pisos construidos en el barrio.
Pero los vientos expropiatorios amainaron (aunque la ¨²ltima palabra la tiene el Tribunal Supremo, que todav¨ªa no ha dictado sentencia sobre el ¨²ltimo recurso interpuesto). Los distinguidos socios pudieron de este modo seguir disfrutando sin molestias de los elegantes salones modernistas, tanto m¨¢s por cuanto, en concepto de indemnizaci¨®n por la ocupaci¨®n de algunos de sus espacios en la reconstrucci¨®n del teatro siniestrado, cobraron 295 millones de pesetas.
Nuevos momentos de tensas negociaciones entre las dos instituciones se produjeron mientras se realizaba la obra. Seg¨²n los nuevos planos del Liceo, se precisaba ocupar 1.873 metros cuadrados propiedad del C¨ªrculo. Para ello hubo que reformar las cocinas del club y dar acceso a una escalera a fin de que los socios pudieran utilizarla como salida de emergencia. El coste de estas reformas, pagadas con fondos p¨²blicos, fue de 127 millones de pesetas.
El dimisionario presidente del club, el galerista Joan Anton Maragall, ha planteado ahora realizar nuevas reformas, aprobadas durante la tumultuosa asamblea del 31 de enero, en la que se decidi¨® la modificaci¨®n estatutaria para posibilitar que las mujeres fueran socias. Esas reformas, que se realizar¨¢n en dos fases -la primera, con un coste estimado de unos 100 millones de pesetas, prevista para este verano-, han suscitado nuevas cr¨ªticas entre la oposici¨®n, que se queja de la progresiva descapitalizaci¨®n del C¨ªrculo, sin m¨¢s ingresos que los que percibe por cuotas. Efectivamente, la situaci¨®n actual ya no es la de antes del incendio, cuando el alquiler de diversos espacios al teatro rentaba al club unos ingresos fijos de m¨¢s de seis millones de pesetas al a?o.
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