El Madrid da el gran estir¨®n

El Madrid no disimul¨® su crisis, pero dio el estir¨®n definitivo. Tiene la Liga a tiro, con un colch¨®n de puntos que parece suficiente para afrontar el ¨²ltimo trecho de la temporada. Todo esto con los n¨²meros en la mano, porque el juego no invita al optimismo. Gan¨® en Las Palmas con un f¨²tbol soso, sin vigor ni ideas, con los mismos defectos de los ¨²ltimos partidos. Al Madrid le faltan ideas y energ¨ªa: no recuerda en nada al exuberante equipo que bati¨® r¨¦cords de puntos y victorias en diciembre y enero. Ahora est¨¢ para aprovechar las peque?as cosas, una falta -como ocurri¨® frente al Numancia- o un remate aislado. Es lo que hizo Guti despu¨¦s de algo parecido a un contragolpe, concepto que no existe en el actual Madrid. Hace siglos que no tira un contraataque, en parte porque no dispone de delanteros r¨¢pidos, y tambi¨¦n porque hay unos cuantos que llevan plomo en las botas. El caso m¨¢s claro es el de Morientes, jugador de ¨¢rea que antes devolv¨ªa paredes y entraba al remate. ?ltimamente ni devuelve paredes, ni acude al ¨¢rea con fiereza. En estas jornadas, Morientes ha rematado muy poco para lo que se espera de un delantero centro. Si es por la lesi¨®n de pubis o por una repentina melancol¨ªa, no se sabe, pero el hombre pasa desapercibido.

Su papel fue representado por Guti, que no es delantero centro pero ha marcado goles cruciales en esta Liga. Sobre todo de cabeza. Sorpresas del f¨²tbol: nadie le ten¨ªa por cabeceador, y ah¨ª est¨¢ convertido en un Santillana imprevisto. Mal marcado por los centrales, Guti cabece¨® un centro de Figo y aprovech¨® el rechace de Nacho Gonz¨¢lez para conseguir el gol de la victoria. Fuera de eso, apenas hubo oportunidades. Ni del Madrid, ni del Las Palmas.

Fue un partido sin ¨¢reas, condicionado por el calor y por el seco estado del campo, que contribuy¨® a¨²n m¨¢s a rebajar la velocidad del juego. A ritmo de veteranos, los dos equipos se enredaron en un f¨²tbol malo por lento, pesado e impreciso. No se vieron tres pases decentes, ni los detalles de los jugadores de clase. El Madrid sali¨® sin Hierro y Ra¨²l, ausencias que le provocaron un sentimiento de orfandad. Sin dos de sus jugadores fundamentales, se emple¨® con bastante timidez.

Al Las Palmas s¨®lo se le ocurri¨® utilizar el carril de Jarni, cuya vitalidad contrast¨® con el cansino tono general. Antes de que se le acabara el aire, Jarni puso en graves dificultades a M¨ªchel Salgado, cuyas carencias defensivas son visibles. Jarni no encontr¨® ayuda. Guayre s¨®lo ofreci¨® una jugada decente, una diagonal que encontr¨® la permisiva colaboraci¨®n de los defensas madridistas. Jorge, otro jugador de clase, apenas tuvo impacto en el partido. Demasiado lejos del ¨¢rea, no logr¨® conectar nunca con los delanteros. El Las Palmas parec¨ªa tan fatigado como el Madrid, pero sin capacidad para hacer da?o en el ¨¢rea. No llegaba nunca.

Nadie cumpli¨® un papel importante en el Madrid, pero algunos ofrecieron alg¨²n signo alentador. Helguera, por ejemplo, funcion¨® bien como defensa. Despu¨¦s de su ingente gasto de energ¨ªa en el ecuador de la temporada, probablemente le venga de perlas jugar en el centro de la defensa. Celades mejor¨® sus actuaciones anteriores. Gan¨® confianza con el discurrir del encuentro y termin¨® distribuyendo el juego con criterio. De Flavio apenas hubo noticias. Se le vio atento, pero con poca contundencia, caracter¨ªstica que les falt¨® a los tres centrocampistas del Madrid. Buenos jugadores como son, ni Celades, ni McManaman, ni este Flavio, dan sensaci¨®n de poder¨ªo. En realidad, es un problema de todo el equipo, al menos en estas jornadas. El Madrid tuvo suerte de encontrarse con un rival de las mismas caracter¨ªsticas y de conseguir la victor¨ªa precisa en el momento justo. Una victoria que probablemente valga el campeonato.