'Yo acuso a Matas de espiarme'
'Me siento como si me hubieran violado', afirma Francesc Quetglas Rosanes, economista de 53 a?os, ex diputado del PSOE de Baleares y antiguo responsable de la Comisi¨®n de Urbanismo del Consell de Mallorca y del Centro Baleares-Europa. ?l es, seg¨²n sus palabras, la v¨ªctima, 'el espiado', en el supuesto caso de espionaje pol¨ªtico, mediante el pinchazo de su correo electr¨®nico, presuntamente cometido en 1998 y 1999 por el Gobierno auton¨®mico que presid¨ªa el actual ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas.
El hallazgo de un correo privado de Quetglas, conteniendo una propuesta del PSOE jam¨¢s difundida, en el ordenador personal del entonces secretario de Matas ha reactivado la investigaci¨®n.
Pregunta. Usted mantiene una acusaci¨®n de espionaje pol¨ªtico contra un ministro.
Respuesta. La denuncia la present¨® el Gobierno de izquierdas de Baleares el a?o pasado, cuando Jaume Matas a¨²n era jefe de la oposici¨®n en Baleares. Yo estoy personado como v¨ªctima, como sujeto perjudicado, tras acogerme a la v¨ªa para ejercer la acusaci¨®n que me ofreci¨® el juez que investiga el caso.
P. El PP insiste en se?alar que el posible trasvase irregular de correos electr¨®nicos se dio por 'un redireccionamiento fruto de un simple error'.
R. Mi correo estaba siendo pirateado desde el buz¨®n del secretario de Matas. No pueden explicar por qu¨¦ en presidencia se abri¨® y archiv¨® un escrito de diputados y alcaldes del PSOE incorporados como independientes en 1996, que quisimos tras las primarias socialistas lanzar un manifiesto por el consenso. Es la prueba definitiva y concluyente de que hubo una maniobra.
P. En 1998 Matas alarde¨® en el Parlamento de poseer otro texto, 'un documento interno de trabajo', lo blandi¨® en la C¨¢mara y le se?al¨® a usted como supuesto filtrador
R. Cre¨ª que iba de farol, que trataba de lanzar una cortina de humo. Aquel d¨ªa no imagin¨¦ que nos hab¨ªan violentado las redes de comunicaci¨®n de internet. Cuando mostr¨¦ al juez que aquel papel blandido por Matas era un soporte pirateado de mi correo, el caso tom¨® otro rumbo.
P. Usted acusa a un pol¨ªtico del PP con quien manten¨ªa una estrecha relaci¨®n personal.
R. Yo soy la v¨ªctima y Matas ahora me rehuye personalmente cuando coincidimos. ?ramos colegas funcionarios del Gobierno; nuestros hijos iban al mismo colegio y ten¨ªan una buena amistad. Desde que salt¨® el caso, nadie del PP -que reconoce que se pincharon mis correos- se ha dirigido a m¨ª ni me ha pedido disculpas. Nada ni nadie, y me duele.
P. Quiz¨¢ faltan las palabras.
R. Matas est¨¢ contra las cuerdas. ?C¨®mo explica que tuviera en su ordenador un documento m¨ªo, interno y jam¨¢s difundido del PSOE? Yo acuso al ministro de espiarme. ?Por qu¨¦ no se querella si no es cierto?. Si no fuera verdad, yo en su caso ya lo habr¨ªa hecho. Lo incomprensible de Matas son sus silencios, su falta de argumentos.
P. ?En qu¨¦ otras suposiciones sostiene que el PP penetr¨® en sus secretos?
R. Adem¨¢s de los dos textos de mi correo hallados en su poder, siempre sospech¨¦ de la gran capacidad de anticipaci¨®n que los conservadores ten¨ªan sobre proyectos legales y reformas territoriales y su alto grado de coincidencia con los nuestros, sin haber sido difundir. Matas quer¨ªa ser m¨¢s proteccionista que nadie y satisfacer al mismo tiempo a los sectores m¨¢s duros del PP. Quer¨ªa saber los planes del PSOE para desarticularlos.
P. Ligar cabos a los dos a?os de descubrirse casualmente el pinchazo puede sonar a oportunismo.
R. Coment¨¦, con malhumor, m¨¢s de una vez a mis colaboradores los adelantos del Partido Popular. Mi correo electr¨®nico era un continuo fluir de informes y an¨¢lisis pol¨ªticos y jur¨ªdicos. Yo mismo desde casa me enviaba por las noches apuntes, la agenda y trabajos esbozados. Pinchaban los mensajes que recib¨ªa y desvelaban los secretos de mis remitentes. Pero yo mismo era espiado, porque era usuario exterior del buz¨®n intervenido.
P. Pinchazos de correos electr¨®nicos, escuchas en la red, son episodios pol¨ªticos y jur¨ªdicos muy novedosos.
R. S¨ª, hasta ahora no hay antecedentes semejantes. Mire, yo no creo en las fantas¨ªas ni en las teor¨ªas conspirativas, pero supongo que no me equivoco si digo que mi pinchazo no fue el ¨²nico perpetrado. Al dejar el Gobierno, el PP de Matas limpi¨® los archivos, tritur¨® papeles y vaci¨® ordenadores. S¨®lo qued¨® una copia de un d¨ªa del archivo del sistema, un disco que ha servido para hallar la prueba.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en adelante?
R. Matas y el PP no tienen salida. S¨®lo dan evasivas, sin una argumentaci¨®n o salida contradictoria, cre¨ªble y contrastable. Esta historia acabar¨¢ con Matas. La prueba es inatacable, pueden estrujarse el cerebro para inventarse una historia convincente. En pol¨ªtica el delincuente tampoco nunca gana, como dec¨ªan en la radio.
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