La sagrada mona
Una teor¨ªa, no por repetida menos inexacta, se empe?a en atribuir la mona de Pascua a los moros. Concretamente, a los pobres moriscos y ser¨ªa una adehala obsequiada a sus se?ores por aquellos arrendatarios de sus campos. Derivar¨ªa del ¨¢rabe m?na, que significa provisiones, v¨ªveres. Empez¨® con los cronistas y viajeros rom¨¢nticos del siglo XIX. Y cada a?o se copia, resurge.
El abonar con huevos tributos est¨¢ legislado en las mismas cartas de poblaci¨®n valencianas. Pero de ah¨ª a que una hogaza dulce, guarnecida con huevos duros sea la m?na media una legua. A nivel popular, cualquier ruina, plato, uso o costumbre extra?a o antigua es 'cosa' u 'obra de moros'.
En catal¨¢n el sustantivo mona aparece documentado en Valencia, en el siglo XV, en el mismo sentido que en la actualidad y en los versos del primer libro impreso: V¨®s dejun¨¤s/ contra'l Satan, que ens mina,/ ara pastau/ amb D¨¦u la dol?a mona.
La mona forma parte del universo greco-latino y judeo-cristiano y de su concepci¨®n del pan como alimento del cuerpo y sostenimiento del alma. Se integra entre los panes rituales y ofrendas primiciales. Panes benditos, redondos como el Sol y cocidos por su vicario en la tierra, el fuego: bescuit de bodas, panoli, tonyes, rotllos, roscones de Reyes, pans bene?ts, tortas de san Juan, coca de Carnestoltes...
Su origen hay que buscarlo en un rito romano y en una palabra latina, mundum -en plural, munda-, un cesto adornado y repleto de pasteles. Se le regalaba a la diosa Ceres, protectora de la agricultura y abogada de los cereales. La oferta era el 19 de abril con motivo de sus fiestas, las Cerealia, en la floraci¨®n de los trigales, el espigar. Las espigas, s¨ªmbolo de los misterios naturales de la resurrecci¨®n, germinaci¨®n y crecimiento, eran atributo de Ceres y a¨²n adornan los Monumentos de Semana Santa. En abril los griegos ofrec¨ªan a Artemisa sabrosos panes circulares, muy parecidos a las tartas pascorales de las fiestas primaverales de los pastores romanos.
Antiguamente hubo 'monas' que eran una cestita con frutos secos y huevos frescos; de huevos se compon¨ªa la llamada 'mona' que se dada, por estas fechas, a los maestros. Otras portaban tantos huevos como a?os ten¨ªa el hijo o el ahijado y las regalaban, hasta los doce, los padres y padrinos. Hoy en d¨ªa se han impuesto las formas redondas o las figuras de animales con uno o dos huevos. En la Tinen?a de Benifass¨¤ se sortean durante las jornadas de Gloria monas colectivas, las rosques, con tres docenas de huevos.
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