Media marat¨®n Villa de Madrid

Me dirijo a ustedes para expresar una queja con respecto a la organizaci¨®n de la media marat¨®n Villa de Madrid.

Somos un grupo de amigos que participamos como atletas populares en este tipo de carreras.

El precio y los organizadores parec¨ªan garantizar una carrera agradable, pero encontramos muchas deficiencias.

En la mayor¨ªa de los avituallamientos era muy dif¨ªcil la recogida de agua por no decir imposible, como sucedi¨® en los dos primeros debido a la cantidad de gente y a la poca previsi¨®n de personas y agua que exist¨ªa. La mayor¨ªa de los puntos kilom¨¦tricos estaba mal marcada, dif¨ªcil de ver y a destiempo. Pero lo m¨¢s vergonzoso fue la llegada a meta. Lo ¨²nico que ofrec¨ªan al llegar a alguien que acababa de hacer 21 kil¨®metros era una medalla como regalito. Nada de agua, ni de glucosa, ni bebidas reponedoras. Si, como es habitual en estas carreras, quer¨ªas comer una naranja, ten¨ªas que pelearte con 500 personas a la vez, ya que s¨®lo dispon¨ªan de un cami¨®n peque?o para 7.000 participantes. En los puntos donde suministraban agua al llegar a meta ¨¦sta se acab¨® y s¨®lo te ofrec¨ªan hielo derretido de los bidones. La zona de masajes para corredores no estaba situada donde se anunci¨® en la inscripci¨®n y las colas que se formaban eran considerables.

Pero lo m¨¢s vergonzoso fue ver c¨®mo para la gente que lleg¨® un poco m¨¢s tarde no hubo naranjas ni hielo ni agua ni nada de nada. Algunos deambulaban por la zona de llegada esperando que alguien, como tuvimos ocasi¨®n de comprobar nosotros, le ofreciera un poco de agua.

La inscripci¨®n para la prueba era de 1.500 pesetas (m¨¢s de 7.000 personas inscritas), participaban como patrocinadores marcas como Nike, Ibercaja e instituciones como el Ayuntamiento de Madrid. Tanta publicidad, tantas personalidades para entregar premios, tanta marca deportiva y... ni agua. Los comentarios que se o¨ªan entre los atletas coincid¨ªan con los nuestros, pero a nadie de los medios informativos se le ocurri¨® preguntar.

Las comparaciones de precio y organizaci¨®n, sin tanto bombo ni tanto patrocinador famosillo que no aportan nada tangible a los atletas populares, entre esta media y otras realizadas recientemente son evidentes. Un reproche a los patrocinadores porque si creen que estos aportes patrocinan sus marcas entre los que practicamos deporte de forma popular y los mantenemos... lo llevan claro.