?Ojo con Terra!

Hace un par de meses tuve la malhadada idea de poner en mi casa una l¨ªnea ADSL, por parecerme ¨²til para acceder a Internet, aunque no fuera barata. Tras un mes de espera, me pusieron la dichosa l¨ªnea. A los pocos d¨ªas, mi tel¨¦fono empez¨® a hacer un ruido ensordecedor. He llamado numerosas veces a los 'servicios de atenci¨®n al cliente' de Terra, por cierto, un 902, es decir, bastante caro, y les he enviado numerosos e-mails suplic¨¢ndoles o exigi¨¦ndoles, seg¨²n la desesperaci¨®n m¨¢s o menos resignada, que me repararan la aver¨ªa. Siempre la respuesta, tras todo tipo de 'informaciones' confusas y contradictorias, as¨ª como tras numerosas esperas en el n¨²mero 902 pagado por m¨ª, ha sido la misma: 'Le atenderemos lo antes posible'.

Al parecer, Terra se ha apiadado del gasto telef¨®nico que hac¨ªa y ha decidido ayudarme: ahora no tengo l¨ªnea telef¨®nica, ni Internet, ni nada. De nuevo, la soberbia ha perdido al hombre, o, mejor dicho, a esta pobre mujer: por querer tener Internet, me quedo sin tel¨¦fono.

El problema es que no hay nada que yo, ni al parecer nadie, pueda hacer para que me devuelvan la l¨ªnea telef¨®nica. Yo s¨®lo puedo llamar al dichoso 902 de marras y all¨ª s¨®lo pueden, tras liarme, decirme que el servicio t¨¦cnico se pondr¨¢ en contacto conmigo 'lo antes posible'. Y yo me pregunto: ?c¨®mo, con se?ales de humo?, porque el tel¨¦fono me lo han quitado.