Las plantas no pueden huir, pero se defienden
Los cient¨ªficos intentan interceptar y modificar la comunicaci¨®n entre vegetales y depredadores
Las plantas no pueden huir de los problemas, pero tampoco se quedan paralizadas ante ellos. Reclutan guardaespaldas entre estamentos superiores de la cadena alimenticia para matar a quienes se las comen. Ahora, los investigadores esperan interceptar estas l¨ªneas de comunicaci¨®n para proteger las cosechas amenazadas por los insectos. Este m¨¦todo plantea una posibilidad de controlar las plagas que ser¨ªa menos nociva para las personas y el medio ambiente que los pesticidas qu¨ªmicos que se utilizan habitualmente. Y al modificar los v¨ªnculos existentes entre las plantas y los depredadores se excluye a los insectos herb¨ªvoros del ciclo evolutivo, de forma que ¨¦stos no tienen muchas posibilidades de desarrollar medidas en contra de dichas estrategias.
De momento, el inter¨¦s de la industria por esta estrategia es limitado. No hay productos qu¨ªmicos maravillosos o variedades modificadas gen¨¦ticamente en el horizonte; en parte porque es dif¨ªcil modificar conjuntamente la ecolog¨ªa. 'No se trata de un producto que se pueda vender', afirma Consuelo De Moraes, del Centro de Entomolog¨ªa M¨¦dica, Agr¨ªcola y Veterinaria (Cmave) en Florida, perteneciente al Departamento de Agricultura de EE UU.
Para manipular las relaciones existentes entre las especies hace falta comprender el sistema ecol¨®gico. Por ejemplo, al reprimir una plaga podr¨ªa desatarse otra. Tambi¨¦n es un peligro llamar al lobo. 'No queremos cometer el error de atraer un parasitoide sin contar con un anfitri¨®n', dice De Moraes. Los parasitoides aprenden la asociaci¨®n que existe entre las se?ales qu¨ªmicas que las plantas emiten y sus anfitriones; si se rompe el v¨ªnculo podr¨ªan dejar de responder ante la se?al. Sin embargo, ya se ha utilizado el conocimiento de las defensas naturales de las plantas para dise?ar ecosistemas agr¨ªcolas resistentes a las plagas para los agricultores de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
Se sabe que las plantas que son atacadas por animales herb¨ªvoros producen sustancias qu¨ªmicas org¨¢nicas vol¨¢tiles para atraer a los depredadores de los herb¨ªvoros o a los parasitoides, los insectos que matan a otros insectos poniendo huevos en su interior. M¨¢s que la lesi¨®n f¨ªsica, son los componentes que se encuentran en la saliva de los herb¨ªvoros los que producen la respuesta.
Una opci¨®n para controlar las plagas consiste en incrementar esta respuesta, aumentando el volumen de la se?al, o reduciendo el umbral en el que la planta la produce. 'Es posible desarrollar variedades de cosechas que tengan una respuesta m¨¢s fuerte', afirma James Tumlinson, del Cmave. 'A¨²n no hemos llegado hasta ah¨ª, pero ¨¦sa es la direcci¨®n en la que nos encaminaremos en los pr¨®ximos a?os'.
Materias primas
Las materias primas ya est¨¢n ah¨ª. El equipo del Cmave ha descubierto una cepa de algod¨®n silvestre que crece en Florida y que produce entre cinco y diez veces m¨¢s sustancias que atraen a los parasitoides que las variedades cultivadas. Una opci¨®n consiste en el cultivo convencional de las plantas, fomentando sus respuestas ante los insectos. Pero John Pickett, del Instituto para la Investigaci¨®n de las Cosechas Cultivables de Rothamsted (Reino Unido), cree que cultivadores de plantas est¨¢n dejando de lado esta posibilidad al intentar hacer que las plantas sean permanentemente resistentes a las plagas.
Cultivadores e investigadores est¨¢n colaborando en Holanda. Marcel Dicke, de la Universidad de Wageningen, trabaja con las empresas agr¨ªcolas Prego Rijsenhout y Terra Nigra, y con la Fundaci¨®n Holandesa de Tecnolog¨ªa, para desarrollar variedades de la margarita Gerbera que sean m¨¢s resistentes a los ac¨¢ridos que se las comen, y m¨¢s atractivas para otros ac¨¢ridos que comen a los ac¨¢ridos que se comen la Gerbera. Lamentablemente, afirma Dicke, hacer de una vez una selecci¨®n para varias caracter¨ªsticas es desalentador para las compa?¨ªas agr¨ªcolas, que 'est¨¢n m¨¢s interesadas en los m¨¦todos m¨¢s sencillos'.
Las t¨¦cnicas moleculares podr¨ªan simplificar las cosas. Cabr¨ªa acelerar el proceso de selecci¨®n filtrando cultivos de plantas en busca de las enzimas que se sabe que ayudan a fabricar las sustancias vol¨¢tiles. As¨ª podr¨ªan saltarse muchas laboriosas pruebas de invernadero y de campo que implican la exposici¨®n a las plagas.
Pero, seg¨²n Dicke, 'pr¨¢cticamente no sabemos nada' de los genes implicados en las sustancias vol¨¢tiles de las plantas inducidas por los herb¨ªvoros. Por eso, tanto en Wageningen como en otras partes se est¨¢ estudiando la gen¨¦tica de defensa del modelo de la planta Arabidopsis, en espera de aplicar sus conocimientos a las cosechas. Dicke considera que la perspectiva m¨¢s prometedora combina el cultivo convencional de plantas con marcadores moleculares, evitando con ello la controversia que rodea a la modificaci¨®n gen¨¦tica.
Ian Baldwin, del Instituto Max Planck para Ecolog¨ªa Qu¨ªmica en Jena (Alemania), cree que otro de los motivos para que la industria se muestre reacia a explorar las interacciones entre plantas y depredadores es que la mayor parte de la investigaci¨®n se ha hecho s¨®lo en laboratorio. 'Si yo me dedicara a cultivar semillas, lo que pedir¨ªa es que me demostraran que el sistema funciona en el campo', afirma Baldwin. Puede que sus ¨²ltimos experimentos supongan un avance para convencer a los cultivadores.
Alarma
A partir de los estudios del tabaco silvestre que crece en Utah, se calcula que los elementos de atracci¨®n y los repelentes reducen las poblaciones de herb¨ªvoros aproximadamente en un 90%. El depredador m¨¢s importante es un insecto con una dieta muy amplia. Baldwin afirma que es buena se?al que un depredador generalizado responda ante las se?ales de alarma de las plantas, y ante los componentes exclusivos de la mezcla vol¨¢til que los investigadores han verificado. Esto demuestra que puede que no sea necesario comprender todos los detalles ecol¨®gicos de cada sistema englobado por la planta, el herb¨ªvoro y el depredador, para hacer uso de la comunicaci¨®n existente entre la planta y el depredador.
En lugar de esperar hasta que las plagas se conviertan en un problema e intentar resolverlo despu¨¦s roci¨¢ndolas, puede que sea m¨¢s inteligente dise?ar ecosistemas agr¨ªcolas que puedan val¨¦rselas por s¨ª solos. Una colaboraci¨®n entre el Centro Internacional de Fisiolog¨ªa y Ecolog¨ªa de los Insectos de Mbita Point, en Kenia, y Rothamsted ya lo ha conseguido, y con un considerable ¨¦xito, en ?frica oriental.
Las poblaciones de plagas siempre son altas en los tr¨®picos. La agricultura africana est¨¢ lista para recibir soluciones ecol¨®gicas. Los investigadores cultivaron una mezcla de plantas que bautizaron como de empujar y tirar. Alrededor de los campos de ma¨ªz y sorgo sembraron especies que gustan a las mariposas, y as¨ª las sacaron de la cosecha. Entre las cosechas cultivaron especies que repelen a los insectos o que atraen a sus depredadores, incluyendo una planta, la hierba de melaza, o Melinis minutiflora, que libera constantemente sustancias que atraen a los parasitoides. En principio, la especie 'intercosecha' es ¨²til, como el pasto para el ganado o las legumbres que devuelven nitr¨®geno al suelo.
Se pusieron en marcha las pruebas de Kenia, la plantaci¨®n de empujar y tirar ha avanzado 'magn¨ªficamente', seg¨²n Picket. El Gobierno de Uganda est¨¢ dispuesto a fomentarla, Malawi est¨¢ interesado, y los agricultores et¨ªopes la han asumido espont¨¢neamente. Tambi¨¦n hay inter¨¦s en Suram¨¦rica, China e India.
El anuncio de los mensajes qu¨ªmicos
Si las se?ales qu¨ªmicas de las plantas fueran anuncios, parecen estar dirigidos a determinados mercados. El estudio publicado en Nature demuestra que cuando las orugas atacan, las plantas de tabaco emiten una se?al qu¨ªmica de ocupado para evitar que otras mariposas hembras pongan sus huevos en ellas. Las plantas s¨®lo env¨ªan la se?al al abrigo de la oscuridad, cuando las hembras vuelan en busca de un lugar donde poner sus huevos, seg¨²n han descubierto Consuelo de Moraes y sus colegas del Cmave. Durante el d¨ªa liberan un c¨®ctel qu¨ªmico muy distinto. Para la mariposa hembra el identificar una planta que ya tenga orugas tiene varias ventajas. Puede evitar la competencia para su v¨¢stago, y alejarse de las plantas asediadas que ya habr¨¢n movilizado las defensas qu¨ªmicas que las hacen menos sabrosas. Los investigadores han recogido e identificado las sustancias qu¨ªmicas que liberan las plantas del tabaco infectadas por el gusano Heliothis virescens. Para asegurarse de que las mariposas no identificaban por la vista las plantas da?adas, el equipo verific¨® su respuesta ante las mezclas sint¨¦ticas de las sustancias qu¨ªmicas liberadas por la noche, descubriendo que ten¨ªan el mismo efecto repelente. ?Se podr¨ªan usar estas sustancias qu¨ªmicas para alejar a las mariposas de los cultivos? Los cient¨ªficos tienen sus dudas. 'Los repelentes s¨®lo funcionan si las mariposas tienen un lugar adonde ir', dice James Tumlinson, qu¨ªmico del Cmave. Los expertos en control de plagas y los agricultores tienen que estudiar el panorama completo, ya que una mezcla diversa de plantas puede alejar a las mariposas de los cultivos, y tambi¨¦n proporcionar un h¨¢bitat para los enemigos naturales de los insectos. Adem¨¢s, si una mariposa hembra se enfrenta a un campo de tabaco de 405 metros cuadrados con olor a repelente, puede acabar perdiendo la sensibilidad a la se?al y poner los huevos en cualquier parte.
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